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| domingo diciembre 22, 2024

70 años después. El Palmaj: historia y mito


palmaj

Nuevos vientos soplan por estas latitudes.Serios problemas afectan al país, pero sería injusto dejar pasar desapercibido en Israel el 70 aniversario de la creación del “Palmaj”. Son pocos los que quedan aún en vida de la gloriosa generación del “Palmaj” y que jugaron un papel tan importante en la creación de Israel. Su valentía, camaradería, amor a esta tierra se han convertido en un mito. Y son estos mitos los que forjaron identidades nacionales y crearon tradiciones. A mis amigos Shaike, Shraga, David, Amos, Rojele y Leizer sólo les queda el recuerdo y la nostalgia

Para hablar del Palmaj hay que remontarse a los orígenes de la “Haganá”. Ya durante la ocupación otomana en Eretz Israel se pensó en una organización de defensa global del yishuv alrededor de la ya existente “Hashomer” (que actuaba en forma local). Al crearse el Mandato Británico, cuya constitución declaraba que su meta específica era ayudar a la creación de un hogar nacional en Eretz Israel, se pensó que ese organismo de defensa no era necesario, puesto que Inglaterra había asumido la responsabilidad de preservar el orden civil con la ayuda de las fuerzas legalmente constituidas de la comunidad.

Los ataques árabes a Tel-Jai en la Galilea Norte, en 1920, en los cuales cayó Yosef Trumpeldor, y el fracaso de las actividades de auto-defensa organizadas por Jabotinsky en Pésaj de ese año, destruyeron esas ilusiones: se llegó a la conclusión de que era imposible depender delas autoridades británicas y que el yishuv tenía que crear una fuerza de defensa completamente libre de autoridad extranjera, la cual, por consideraciones tanto de seguridad como de orden político, tendría que ser clandestina. Así surgió la “Haganá”, que dependía de la recién creada Asociación de Tabajadores. Se empezó la compra de armas y se establecieron los primeros cursos de instructores. Los disturbios árabes de 1929 provocaron un cambio drástico en la posición de la “Haganá”: sin la intervención de las fuerzas de seguridad inglesas y con la total pasividad de la policía árabe, fueron los pocos voluntarios enrolados en la “Haganá” los que salvaron a las comunidades judías de Jerusalem, Tel-Aviv y Haifa de una matanza.

En contraste, los lugares en los cuales no funcionaba aún la “Haganá”, como Hebrón, Safed y Motza, sufrieron masacres y destrucciones.

En 1931`las instituciones civiles del yishuv formaron un comando nacional de la “Haganá”. Desde un principio se decidió aceptar la autoridad de las instituciones nacionales judías, especialmente el Departamento Político de la Agencia Judía, y mantener un marco independiente de los partidos políticos existentes.

Durante los disturbios árabes que se prolongaron de 1936 a 1939 la “Haganá”maduró y de una simple milicia se convirtió en un cuerpo militar organizado, a pesar de que sus miembros se integraban en forma voluntaria. Las ciudades y comunidades judías fueron provistas de todo tipo de elementos de seguridad, se cercaron los kibutzim y moshavim y se organizaron los “slikim”, que eran refugios o sótanos secretos donde se almacenaban las armas, ubicados en los lugares más insólitos.

Para financiar estas operaciones se estableció un nuevo impuesto llamado “kofer hayishuv” (rescate de la comunidad), y que existió hasta 1948 cuando surgió el Estado de Israel.

Cabe mencionar que durante los disturbios árabes de 1929 jugó un papel redominante Amin El-Hussein, el Mufti de Jerusalem, figura con declarada posición antijudía a quien los ingleses, después de haberlo encarcelado por promover disturbios, no sólo liberaron sino nombraron Jefe del Consejo Supremo Musulman. Los disturbios se inciaron cuando los árabes se negaron a permitir que los judíos construyesen en el Muro de los Lamentos una separación entre hombres y mujeres para el servicio de Yom-Kipur, como había sido la costumbre durante cientos de años. Ello creó enorme descontento en el yishuv, hecho que fue aprovechado por el Mufti para propagar rumores de que los judíos pretendían conquistar los Santos Lugares musulmanes, como la Mezquita de Omar y la de El-Aksa, e izar sobre ellas la bandera blanco-azul. La reacción árabe fue tremenda. No es una coincidencia que,en la actualidad la propagación de rumores similares han llevado a disturbios organizados y ordenados por la Autoridad Palestina, no sólo en Judea y Samaria donde tienen control absoluto, sino también entre los pobladores árabes residentes y ciudadanos de Israel.

La falta de voluntarios no fue el único obstáculo para la actuación de la “Haganá”. Sus miembros fueron perseguidos constantemente por las autoridades británicas, a pesar de que era claro que sus actividades eran necesarias para salvaguardar a la población judía. En varias ocasiones fueron arrestados sus líderes, y los ingleses continuaron la búsqueda y confiscación de armas. En 1939 los ingleses publicaron el “Libro Blanco” que restringía tanto la inmigración judía a Eretz Israel como la compra de tierras.

Durante la Segunda Guerra Mundial, fuertes contingentes de la Haganá (30.000) se enlistaron en la Brigada Judía como parte del ejército británico, siguiendo lo expresado por Ben Gurión de “pelear contra el Libro Blanco como si no hubiese guerra, y contra los nazis como si el Libro Blanco no existiera”, e invirtieron enormes esfuerzos para asegurar entre ellos el liderazgo judío y el carácter sionista. Desarrollaron una gran red de adquisición de armas dentro del ejército británico y, al terminar la guerra, se ocuparon de los sobrevivientes de los campos de concentración y de los refugiados de los países en los cuales estaban estacionados, e iniciaron la inmigración ilegal principalmente a través de puertos italianos.

Al conocerse en el yishuv las dimensiones del Holocausto la “Haganá” hizo lo imposible por llegar detrás de las líneas enemigas, mediante la organización de paracaidistas de Eretz Israel, para ayudar a la resistencia y al rescate. Treinta y un paracaidistas fueron enviados a Yugoeslavia, Rumania, Italia, Hungría, Eslovaquia y Austria, de los cuales doce cayeron prisioneros y tres, Jana Senesh, Javiva Raich y Enzo Sireni, fueron asesinados.

Durante la Segunda Guerra Mundial el yishuv se encontró varias veces no sólo en peligro de guerra sino de aniquilamiento total. En 1941 el ejército italiano se estableció en Libia, cruzó la frontera egipcia y se acercó peligrosamente a Alejandría. En 1942 el ejército alemán derrotó a los ingleses en el Norte de Africa y marchó hacia Egipto, mientras que, en el norte, Siria, que se encontraba bajo mandato del régimen de Vichy, era franca aliada de los alemanes, y hasta les permitió construir aeropuertos para sus actividades. La derrota británica en Grecia y Creta (en la cual participaron miembros de la brigada judía) fue total, cayendo prisioneros 1.400 jóvenes israelíes, de los mejor entrenados en las artes militares, quienes quedaron fuera de servicio durante el resto de la guerra. Lo ingleses estuvieron a punto de abandonar Eretz Israel y concentrar sus tropas en la India e Iraq. Ante esa situación, con tantos jóvenes fuera del país, el yishuv en su totalidad y la Haganá en particular consideraron seriamente el peligro que representaba la combinación alemana-árabe, y en abril de 1941 decidieron crear una fuerza de choque llamada “compañías de asalto”, “plugot majatz” o en sigla, “Palmaj”.

Apenas tres días después de haber sido constituido el Palmaj, salieron 23 de sus miembros (adiestrados en operaciones marítimas tras haber ayudado a la inmigración ilegal), acompañados de un oficial inglés, en una misión que consistía tanto en bombardear las refinerías de petróleo en el puerto de Trípoli, Siria, como acumular la mayor información posible. Los ingleses no podían llevar a cabo ese operativo en forma directa, puesto que no había aún una declaración formal de guerra contra la Francia de Vichy. La operación fracasó, y hasta el día de hoy se desconoce lo sucedido con los miembros del Palmaj.

Cuando los ingleses temieron una invasión alemana a través de Siria en combinación con otra por el sur a través de Egipto, pidieron ayuda al recién creado Palmaj para cruzar la frontera siria y recabar información. Basados en ella, los ingleses invadieron Siria pocos días después, guiados y dirigidos por miembros del Palmaj..

Convencidos los ingleses de la importancia estratégica de este grupo, aceptaron costear los gastos de entrenamiento de 300 miembros, y así reconocieron tácitamente la existencia e importancia de la “Haganá”.

Tras la batalla El-Alamein, desapareció el peligro inmediato de la invasión alemana, y los británicos cambiaron su actitud hacia el Palmaj e inclusive dejaron de pagar el entrenamiento.

La Haganá se encontró con un serio problema financiero para el sostenimiento y entrenamiento de los soldados, para comprar armas y para establecer bases seguras y estables en la clandestinidad. La respuesta fue original: los miembros del Palmaj se tenían que mantener solos, caso único en la historia militar. Las bases se establecieron en los kibutzim que podían absorber grupos de 30 o 40 jóvenes, a quienes permitía trabajar 14 días del mes y entrenarse el resto del tiempo en lucha cuerpo a cuerpo, métodos de sabotaje, tiro al blanco y, sobre todo, en mejorar su condición física. Los “palmajnikim” no tenían uniforme, no recibían sueldo, se afiliaban en forma voluntaria, no tenían ningún derecho adicional y vivían muy modestamente. El trabajo se convirtió en un valor en sí. Las caminatas a lo largo de todo el país, siempre acompañados de una Biblia, les permitió conocer y amar a esa tierra en la cual tuvieron lugar los sucesos históricos que podían identificar: a través de estos recorridos. Conocieron asimismo a los otros pobladores de esa tierra, los árabes, con los cuales habían tenido poco contacto. La disciplina era estricta, y debido a la intensa camaradería y apoyo eentre sus miembros, no había necesidad de castigos. Lo peor que podía sucederle a un miembro era ser expulsado de la Haganá.

Un difundido error considera al Palmaj como un cuerpo autónomo. En realidad,si bien en cuestiones administrativas dependían del comandante de la zona y gozaban de cierta independencia, en cuestiones operativas estaban directamente subordinados a la Haganá; Itzjak Sadé fue su primer comandante. Asimismo se sentaron las bases del Pal-Yam (comando naval) y se estableció el primer núcleo de lo que posteriormente sería la fuerza aérea israelí.

Hasta la guerra de independencia en 1948, mientras que en la Haganá había 45.000 miembros (10.000 de ellos activos), el Palmaj contaba sólo con 3.000 y a pesar de ello se convirtió en un pequeño ejército nacional, no restringido solamente a la auto-defensa. Sus principales funciones consistieron en:1.- Durante la Segunda Guerra Mundial, organizar la lucha de guerrillas en contra de la invasión alemana e italiana en caso de que llegasen a Siria, Egipto,Líbano y Palestina. 2.-Después de la guerra, llevar a cabo las principales operaciones militares en tierra y mar contra el mandato británico. 3.-Jugar un papel central contra una posible invasión de países árabes. 4.-Castigar a los terroristas árabes que atacaban a la población judía. 5.-Asumir la ofensiva en la primera oportunidad. 6-Ayudar a establecer poblaciones judías en áreas de importancia política y estratégica. Sus servicios de inteligencia y el perfeccionamiento de los métodos de sabotaje fueron de alto nivel.

En 1947, a raíz de la Declaración de la Partición de Palestina en dos estados, uno áabe y otro judío, la situación del yishuv empeoró. El Palmaj contaba ya con tres bigadas: 1.-Yftaj, que jugó un papel predominante en la liberación de la Alta Galilea y Safed y en el rechazo de las fuerzas invasoras sirias y libanesas; posteriormente peleó en el Neguev y Sinaí en el frente sur.

Harel, que ensanchó el corredor de la sitiada Jerusalem y liberó el Monte Sión y varios de sus suburbios. 3.-Néguev,que peleó contra los egipcios en el sur.

En 1948, Ben Gurión, Primer Ministro y Secretario de Defensa del gobierno provisional, decidió que el Palmaj se integrase al recién creado Ejército de Defensa (Zahal), al igual que los demás grupos clandestinos como el Etzel y el Leji. Sin embargo, los líderes del Palmaj sostenían que era necesario mantener un marco separado para contribuir de manera especial a Zahal.

Muchos de los oficiales más distinguidos del ejército israelí surgieron de las filas del Palmaj, entre ellos cuatro jefes de estado mayor: Moshé Dayan (quien fue también Secretario de Defensa), Itzjak Rabin, (el asesinado Primer Ministro y también Secretario de Defensa), Jaim Bar-Lev y David Eleazar (Dado). Fueron “palmajnikim”Itzjak Sadé e Igal Alón; Ezer Weizman, fundador de la fuerza áerea y luego Presidente; Tzvi Zamir, que encabezó el Mossad durante la Olimpíada de Munich; escritores como Jaim Guri, el desaparecido poeta nacional Yehuda Amijai, y muchos otros.

El sentido de camaradería, la enorme amistad, el auto sacrificio y heroísmo del Palmaj se volvieron un mito y un modelo a seguir en Israel. El haber sido camaradas en armas creó entre ellos lazos superiores y más fuertes que las diferencias ideológicas o políticas.

La experiencia quedó plasmada en el Museo del Palmaj en Tel-Aviv.

El material fue tomado del “Libro Verde del Palmaj” prestado por Shraga Barnif.
https://www.youtube.com/watch?v=ks8gqngvF_A&feature=youtu.bee

 
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