Imaginen cómo se ve la paz; se perfila como una foto de niños judíos y árabes, israelíes y palestinos, jugando al fútbol y corriendo juntos por espacios abiertos; se perfila como la cooperación entre médicos israelíes y palestinos que conduce a un desarrollo comercial y tecnológico que queda materializado como consecuencia de la cooperación entre las partes y lleva a fotógrafos y artistas a un diálogo abierto fructífero.
Esas imágenes se convierten en realidades diarias en las acciones del Centro Peres para la Paz, a pesar de todas las disputas políticas y las barreras existentes en la sociedad.
El Centro Peres fue creado hace 17 años por el presidente de la Nación y Premio Nobel, Shimon Peres y se desempeña actualmente en áreas de medicina, negocios y ambiente, cultura y tecnología, educación para la paz por medio del deporte. Cada una de las secciones, activa e incentiva proyectos que aportan al cambio de percepción y la aceptación del otro, entre la población de la región. Por ejemplo, el Departamento de Deporte impulsa el proyecto de escuelas gemelas para futbol y paz; un proyecto que funciona en comunidades periféricas en las que se reúnen los participantes, niños y jóvenes, después de las hora de clase y acceden a la convocatoria en acciones que no serían posibles en otro encuadre o en sus comunidades. La sección de deportes provocó un despertar de la conciencia y el progreso de la sección del futbol para mujeres, en las comunidades israelíes y palestinas, en las que no había mucha apertura. Se trata de un área especial que logra llevar a los participantes a actividades deportivas que atraviesan fronteras, en las que aprenden valores sobre el trabajo en equipo y la aceptación del otro por medio de la cooperación y la tolerancia mutua.
En el transcurso de mi especialización en el Centro participé de una serie de actividades multiculturales de la Sección de Deportes, como parte del programa de entrenamiento y accedí a una experiencia impresionante: niños que se comunican entre sí en lengua árabe y hebrea, intercambian palabras básicas en los dos idiomas y hacen grandes esfuerzos por aprender sobre la cultura y los hábitos del otro, además de la actividad del fútbol, alrededor de la cual se realizan encuentros conjuntos. Lo más impresionante es que todos los participantes jóvenes viven a una distancia reducida uno del otro y, de todos modos, cabe deducir, que no se encontrarían ni se comunicarían sin estar vinculados a ese proyecto.
¿Cómo una generación de jóvenes, judíos y árabes, podrán superar los obstáculos del miedo, hostilidad y violencia existente desde hace decenas de años, sin la posibilidad de contactarse unos a otros? Pareciera que, la observación continua de las noticias y la atención a políticos y líderes, no logrará justamente ese objetivo.
El Departamento de Salud y Medicina al servicio de la paz activa dos proyectos en el Centro Peres; destinados a complementarse entre sí. Ambos son indispensables y tienen una gran influencia. El proyecto Saving Children, que salva la vida de bebés y niños palestinos, brinda respuesta médica israelí, a niños y bebés, que requieren tratamientos complejos que no son posibles en la Autoridad Palestina. Durante la permanencia del paciente y su familia en los diferentes hospitales de Israel, se crea, por primera vez, una especial relación y se genera un diálogo con el entorno israelí. Así la vida de muchos niños es salvada, y en el camino se tejen nuevas relaciones basadas en la confianza y la seguridad.
Lo que es seguro es que el Centro Peres no solo se preocupa por una solución médica rápida sino también dirige un proyecto de generación de posibilidades en el área médica. Ese plan se llama proyecto de formación médica y permite, a médicos y personal médico palestino, especializarse en los hospitales de Israel. Los médicos especialistas atraviesan un período de aprendizaje de la lengua hebrea y pasan a ser, luego, parte integral del personal médico de Israel. Después del período de formación en Israel, cuando los médicos palestinos vuelven a sus comunidades y trabajan en los hospitales de la Autoridad Palestina, se esfuerzan por mantener la relación constante con el personal en Israel, intercambiar y sumar conocimientos, a fin de llevar al sistema de salud palestino, a un nivel más alto.
Para mi alegría, pude visitar el Centro de Salud Sheba de Tel Hashomer, en el transcurso de mi especialización en el Centro, como parte de la visita de la Ministro de Salud holandesa y su comitiva al hospital. Encontré allí a uno de los participantes del proyecto de formación de médicos. Era un joven médico especialista que me contó cómo se conduce en hebreo como lengua profesional y elogió al personal israelí que se esfuerza por aprender términos profesionales en su lengua madre, el árabe.
Accedí a participar en un seminario interesante, dirigido por el personal del proyecto de líderes jóvenes, que tuvo lugar en Jerusalem Oriental, en el que tomaron parte 30 jóvenes judíos y árabes, israelíes y palestinos, activos en el área de la media social y que participan del proyecto de generación de posibilidades de negociación entre jóvenes líderes. Durante el seminario, conducido por un profesor elegido por la Universidad de Harvard, los participantes aprendieron técnicas de negociación correcta y lograron conocer y vincularse unos con otros, por primera vez, cara a cara. Fue admirable incorporarme a esa actividad y ser parte en el lugar.
Esos ejemplos, constituyen una pequeña parte del total de proyectos que pone en funcionamiento el Centro Peres, adecuados a las necesidades de las diferentes comunidades de la región que influyen en nuestro entorno cercano y lejano, por medio del acercamiento de las personas. Durante los últimos cinco meses, en los que me especialicé en los departamentos de relaciones exteriores en el Centro, fui testigo de una tarea excepcional, carente de frenos y que atraviesa las fronteras del personal del Centro propiamente, cuyo objetivo es llevar los proyectos s su concreción e invertir en cada actividad que ocurre, día tras día, semana tras semana –comenzando por las fuentes de financiamiento correctas, lograr los permisos de entrada y preocuparse porque los encuentros conjuntos transcurran de forma agradable, medir y evaluar los proyectos antes, durante y después que terminen.
En los últimos meses, pude ver diferentes partes de cosas que daba por sobreentendido. Entre la observación y el interés en las noticias diarias, la absorción de los lugares negativos y los temores por la situación de seguridad existente en nuestra región, vi también cómo se ve la esperanza y descubrí la parte óptima del conflicto.
Logré ver cosas concretas y positivas que conducen a la sociedad a la comprensión mutua y la convivencia y yo fui parte de ello. Pienso que es importante que cada uno tome parte en esa meta y su organización, destinando tiempo o recursos y elevando la conciencia en el mundo entero, sobre la difusión de mensajes de paz.
Noa Naftali, cursó una especialización en el Departamento de Relaciones Exteriores y Alistamiento de Recursos del Centro Peres para la Paz
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