Al igual que en una típica república bananera, Mahmoud Abbas convocó a un confuso grupo de gente que estaba sentada alrededor de él como si fueran una especie de gobierno, firmó solicitudes para unirse a instituciones de la ONU y sostuvo una votación, que fueron aprobadas por unanimidad, por supuesto, con los aplausos de la gente a su alrededor.
La «televisión palestina», el portavoz de la república bananera, transmitió en vivo el «histórico» evento.
Hasta ahora, para el espectáculo. Pero, ¿su firma tiene aún alguna validez legal? Abbas, quien tiene 80 años, fue nombrado como chairman de la Autoridad Palestina en enero de 2005, bajo el patrocinio de Israel. Terminó su mandato en enero de 2010. El «parlamento» palestino fue elegido en enero de 2006, también bajo el patrocinio de Israel, y también terminó su mandato en enero de 2010. Cabe señalar que Abbas es el que rápidamente disolvió el Parlamento, porque Hamas había ganado.
Así es como Abbas se convirtió, sigilosamente, de «chairman» en «presidente», y la «Autoridad Palestina» está tratando sigilosamente de convertirse en “estado”.
Dicho sea de paso, no hay ningún documento Oslo que mencione una «Autoridad Palestina». Eso también fue hecho sigilosamente por el predecesor de Abbas, Yasser Arafat.
En otras palabras, cada lector de este artículo puede ser denominado «presidente de Palestina» igual que Abbas, que es hoy en día una persona privada, sin ninguna autoridad especial. Estados Unidos, que estaba al tanto de este truco, determinó que las negociaciones serían entre Israel y la OLP, en lugar de la Autoridad Palestina, un cuerpo que de hecho ni siquiera existe. No tiene ningún líder legal, no tiene ningún parlamento, no tiene partidos registrados, no tiene elecciones y no tiene ningún gobierno, porque el gobierno tendría que recibir la aprobación del parlamento, pero este último no existe, ya que se disolvió.
Incluso los regímenes tiránicos, como en Siria, necesitan falsas elecciones cada cierto número de años para crear una falsa impresión de legalidad, pero en la Autoridad Palestina ni siquiera eso es posible. Después de todo, Hamas ganará todas las elecciones, la organización jihadista ganará fuerza y Fatah – que pertenece a un museo – caerá estrepitosamente. Todo el mundo entiende eso. Así que esa es la trampa que enfrentan los árabes que viven en Jerusalén oriental: Si van a elecciones – pondrán a Hamas en el poder; si no van – no tienen legitimidad.
Ahora también entendemos por qué ese grupo de 20 personas, que ha controlado la AP y sus fondos durante las últimas dos décadas, ya está alcanzando una edad muy avanzada – por qué no tiene ninguna posibilidad de renovación, atrapado en su propio dilema. Está claro que Hamas ni siquiera permitiría tales elecciones en Gaza y, como sabemos, esta AP está dividida en dos entidades hostiles: Gaza y Judea y Samaria. La vejez de este liderazgo sirve como prueba de la continuada ilegalidad.
La ONU puede ignorar la falta de autoridad legal de Abbas, pero tiene la obligación legal de examinar la firma y la obligación de declarar que no es válida y que carece de toda autoridad. Y si la ONU no lo hace, Israel debe recordárselo, por medio de una demanda legal.
Este engaño palestino, que ha estado sucediendo desde hace dos décadas, debe llegar a su fin, y los que pretenden tener derechos de acuerdo con el «derecho internacional» no pueden ignorarlo cuando es inconveniente.
Esto se asemeja a una situación en la que George W. Bush o Jimmy Carter firmaran decretos oficiales del gobierno EE.UU., o Hosni Mubarak estuviera haciendo lo mismo en el gobierno egipcio.
Sin elecciones y renovada legitimidad no hay un solo funcionario de la Autoridad Palestina con autoridad. Y así, desde el punto de vista jurídico, cada documento que firme debe ser rechazado.
Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
que se lo coman los gusano a este hijo de allàh (diablo)como herodes por atrevido .