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| domingo diciembre 22, 2024

Otra manera de echar a los israelíes al mar


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Se dieron por finalizados los esfuerzos para reiniciar las conversaciones de paz entre Israel y la Autoridad Palestina, debido a que su presidente Abu Mazen, decidió unirse a la organización terrorista Hamas. Un verdadero golpe mortal que el líder de los palestinos asestó a los intentos de paz, pues esa organización se opone a reconocer el derecho que tiene Israel de existir en el Medio Oriente.

Al margen de los motivos que el líder de los palestinos pudo tener para unirse con Hamas, no se debe negar porque es muy evidente, que Abu Mazen nunca hizo grandes esfuerzos para pactar la paz con Israel, como lo hubiera hecho si hubieran sido genuinas sus esporádicas demostraciones de amistad. Por considerar insalvables a obstáculos que en realidad no lo son, por exigir condiciones sabiendo de antemano que Israel jamás las puede conceder, por su manera de recibir a los asesinos que Israel libera y por sus antecedentes antisionistas puestas de manifiesto en su libro titulado “El otro lado: Las relaciones secretas entre el sionismo y el nazismo”, es muy probable que Abu Mazen no tiene ni nunca tuvo intención alguna de firmar una paz con Israel. No es ilógico conjeturar entonces, que su acercamiento a Israel haya sido impulsado por rencor y venganza contra Hamas. No olvidemos la horrorosa masacre con la que Hamas expulsó a Al Fatah de Gaza en el año 2007.

Pero así como “el olvido que todo destruye”, según dice el tango “Volver” que tan bien cantaba el querido y recordado Carlos Gardel, también es muy posible que el tiempo y el olvido hayan destruido ese rencor haciendo que el deseo de volver a su no olvidado correligionario supere a posibles “pactos problemáticos con los sionistas”. Y como también lo expresa ese mismo tango cuando al cantarlo se escucha “siempre se vuelve al primer amor”, Abu Mazen abandonó sus fingidas intenciones de paz en la zona, para volver a abrazar al líder de Hamas, uno de los más recalcitrantes enemigos de Israel, al que tratará de convencer que tambien finja, para que juntos estudien la mejor manera de echar a los israelíes al mar.

Samuel Auerbach.
Natanya, Israel.

 
Comentarios

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