En medio del toque de sirenas del “Día del Holocausto y el Heroísmo” y del “Día del Recuerdo a los Caídos en la Guerras de Israel y las Victimas del Terrorismo” nos hemos reunido esta mañana para evocar los 66 años de Israel.
A lo largo de ese periodo hemos logrado consolidar un país moderno con una economía pujante y sostenible, sustentada en gran medida en ciencia y tecnología de avanzada y una democracia estable que refleja una sociedad vibrante que hace oír su voz.
El joven Israel que desde sus inicios fue considerado por sus vecinos como un estado ficticio y tratado un hijo bastardo que hay que desentrañar de la región, ha madurado y desarrollado sus músculos y les ha hecho recordar, porfiadamente, que estamos aquí porque esta es la tierra que recibimos en heredad de nuestros padres y es nuestra casa permanente.
Nos hemos congregado también para reafirmarnos en la lucha para superarnos y contribuir a construir no solo un país mejor sino un mundo mejor, que ese es nuestro pacto con el legado de nuestros antepasados y con la historia judía.
Los toques de sirenas, que nos llegan hasta la fibra intima de nuestro ser, nos obliga ante quienes fueron sacrificados por ser judíos y ante quienes dieron sus vidas para conseguir y mantener nuestra libertad, que somos parte de una cadena que nos señala ser fuertes – pero también inteligentes – para que nuestros hijos no tengan que escuchar la sirenas de la guerra.
feliz aniversario,viva Israel para siempre.