Introducción de David Horowitz
Una publicación del Centro para el Estudio de la Cultura Popular
TABLA DE CONTENIDOS
La importancia de este Texto – por David Horowitz
1. Los Orígenes del Problema de los Refugiados
2. Las Ocho Etapas de la Creación del Problema
3. La Cuestión de la «Ocupación» y los Asentamientos
Nota Bibliográfica
LA IMPORTANCIA DE ESTE TEXTO
Por David Horowitz
La guerra en el Medio Oriente [1] tiene cerca de sesenta años de antigüedad. La mayoría de la gente viva actualmente no está familiarizada con su historia y orígenes, además de que carece de conocimiento acerca de los hechos. Este estado de ignorancia provee un campo fértil para que los inescrupulosos creen mitos que justifiquen sus intenciones [2] destructivas. La maquinaria de propaganda política ha creado muchos mitos para alimentar su guerra en contra del Estado judío » .
Israel es la única democracia en el Medio Oriente, la cual elige a sus líderes en elecciones libres y garantiza derechos a sus ciudadanos, honrándolos. Aun así, Israel es el objetivo de aquellos que dicen luchar por los «derechos humanos». Existen alrededor de un millón y medio de árabes viviendo como ciudadanos en Israel, quienes eligen representantes al parlamento israelí y que tienen más derechos que los ciudadanos árabes de cualquier Estado árabe. Aun así, Israel es el objetivo de aquellos que dicen luchar por la «justicia social». La sola creación de Israel es referida por sus enemigos árabes como » la Nakba «, o la «catástrofe», cuya clara implicación es que Israel no debería existir. Aun así, Israel es el objetivo de aquellos que dicen apoyar la autodeterminación y se oponen al genocidio. Israel fue la víctima –en su mismo nacimiento- de una agresión no provocada por parte de cinco monarquías y dictaduras árabes. Ha sido el objetivo de una guerra árabe que ha continuado ininterrumpidamente por cerca de sesenta años, pues los Estados árabes se niegan a hacer la paz. Aun así, Israel es la víctima de ataques terroristas –bombardeos suicidas- que buscan la extinción de los judíos pero que también matan mujeres y niños palestinos. Aun así, Israel es el objetivo de aquellos que dicen hablar por la humanidad y por un futuro «libre».
¿Cómo puede ser esto posible? ¿Cómo puede vestirse el mal en ropajes de justicia? ¿Cómo puede una guerra genocida para destruir un pueblo democrático justificarse como una lucha de «liberación nacional»? Esto sólo es posible mediante la creación de mitos políticos que racionalizan la agresión y justifican la guerra contra poblaciones civiles.
En «1984», la novela futurista de George Orwell, el Ministro de la Verdad del Estado Totalitario proclamaba: El Conocimiento es Ignorancia; la Libertad es la Esclavitud. La naturaleza del doble lenguaje político nunca cambia y su agenda es siempre la misma: La cerrazón de la memoria histórica al servicio del poder. «La lucha del hombre contra el poder», escribió el escritor checo Milan Kundera, «es la lucha de la memoria contra el olvido». Solamente una memoria restaurada puede demoler mitos totalitarios y convertir al hombre en libre.
David Meir-Levi ha escrito un texto que recobra la memoria de los hechos que yacen en el corazón del conflicto del Medio Oriente. Estos hechos son cruciales no solamente para la restauración de la historia que la política ha oscurecido, sino para la supervivencia de un pueblo que vive en la sombra de su propia destrucción. Todo interesado en la justicia querrá leer este pequeño libro.
1. LA CUESTIÓN DE LOS REFUGIADOS
La versión árabe del trágico destino de los refugiados árabes que huyeron del mandato palestino antes y durante la guerra de 1948, y desde Israel inmediatamente después de la guerra, ha dominado de tal forma el pensamiento de inclusive historiadores bien educados, comentaristas, periodistas y políticos, que es casi dado por un hecho que la creación del Estado de Israel causó la huída de casi un millón de desgraciados, desahuciados y desesperanzados refugiados árabes. Israel causó el problema y por ende Israel debe resolverlo . Esta aseveración, a pesar de ser visceralmente acoplable y todo menos canonizada por la propaganda antiisraelí que la hace el núcleo de su narración del conflicto en el Medio Oriente, es inequívoca y totalmente falsa.
Orígenes del Problema
El Estado de Israel fue creado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) mediante un proceso pacífico y legal. No fue creado de tierras palestinas sino a partir del Imperio Otomano, el cual fue reino de los turcos durante cuatrocientos años hasta que lo perdieron al ser derrotados en la Primera Guerra Mundial. No existían tierras «palestinas» en ese tiempo pues no existían personas proclamando ser palestinas. Había árabes que vivían en la región de Palestina, quienes se consideraban a sí mismos sirios. Sólo después de la Primera Guerra Mundial los estados de Jordania, Siria, Líbano e Irak también fueron creados –también artificialmente a partir del Imperio Turco, por los victoriosos británicos y franceses. Jordania fue creada en casi 80% del Mandato Palestino, el cual fue originalmente designado por la Liga de las Naciones como parte de la tierra natal judía. A partir de entonces, los judíos han tenido prohibido adquirir propiedad allí. Dos terceras partes de sus ciudadanos son árabes palestinos, pero es regida por una monarquía hachemita.
En 1947, el plan de partición emitido por la ONU ordenaba la creación de dos Estados a partir del 20% del Mandato Palestino: el Estado de Israel para los judíos, y otro Estado para los árabes. Los árabes rechazaron su Estado y lanzaron la guerra contra Israel. Esta es la causa primordial del problema de los refugiados árabes.
Los refugiados árabes eran apenas 725,000 personas que huyeron debido a la guerra que iniciaron los Estados árabes –no los árabes palestinos. Los Estados árabes –dictaduras todos ellos- no deseaban un Estado no-árabe en el Medio Oriente. Los dirigentes de 8 países árabes, cuyas poblaciones superaban por mucho en número a los asentamientos de judíos en el Imperio Turco, iniciaron la guerra con invasiones simultáneas desde tres frentes contra el recientemente creado Estado de Israel. Éste imploró la paz y ofreció amistad y cooperación a sus vecinos. Los dictadores árabes rechazaron tal oferta y respondieron con una guerra de aniquilación contra los judíos. La guerra fracasó. Sin embargo, el estado de guerra ha continuado ininterrumpidamente debido al fracaso de los Estados árabes –Arabia Saudita e Irak en particular- en firmar un tratado de paz con Israel. Hasta este día, los Estados árabes y los palestinos se refieren al fracaso de su agresión y a la supervivencia de Israel como an-Nakba (la catástrofe).
De no haber existido agresión árabe, guerra e invasión a manos de ejércitos árabes (cuyo intento era genocida), no solamente no habría ya refugiados árabes sino también existiría un Estado palestino en Cisjordania y Gaza desde 1948.
En la guerra, Israel adquirió territorio adicional. Ante la ausencia de un tratado de paz entre beligerantes, la ley de las naciones permite la anexión de territorio del agresor después de un conflicto –aunque el territorio en cuestión pertenecía a los turcos y posteriormente a los vencedores de la Primera Guerra Mundial. De hecho, Israel ofreció restituir territorio, que adquirió defendiéndose contra la agresión árabe, a cambio de una paz formal. Hizo esta oferta durante las pláticas del Armisticio de Rodas y la conferencia de Lausana en 1949. Los dirigentes árabes rehusaron el territorio pues buscaban mantener un estado de guerra con tal de destruir al Estado de Israel. De haber sido aceptada la propuesta de Israel, pudo haber una pronta y justa resolución a todos los problemas que han afligido a la región desde entonces. El único problema que no habría sido resuelto, a satisfacción de los árabes, sería su deseo de borrar el Estado de Israel.
Después de la victoria, Israel emitió una ley que permitía a los refugiados árabes reinstalarse en Israel, previa firma de un formato en el que renunciaban a la violencia, juraban lealtad al estado de Israel así como convertirse en pacíficos ciudadanos productivos. Durante las décadas en las que estuvo en vigor esta ley, más de 150,000 árabes han tomado ventaja de la misma para proseguir una vida productiva en Israel. Los judíos no poseen opción similar de convertirse en ciudadanos de los Estados árabes en los cuales son rechazados.
Debería ser completamente obvio para cualquier observador razonable y equilibrado de esta historia, por ende, que no es Israel quien causó el problema de los refugiados árabes, ni que es Israel quien ha bloqueado su solución. Al contrario, el problema de los refugiados árabes fue el resultado directo de la agresión por parte de los Estados árabes, así como de su negativa, tras fracasar a borrar el estado de Israel, a firmar un tratado de paz o hacerse cargo de los refugiados árabes que permanecieron fuera de las fronteras de Israel.
Los Refugiados Judíos
Hubo otros refugiados a partir del conflicto árabe-israelí que aquellos del lado árabe deciden olvidar convenientemente. Entre 1949 y 1954, cerca de 800,000 judíos fueron forzados a huir de tierras árabes y musulmanas donde habían vivido durante cientos y quizá miles de años –Irak, Marruecos, Túnez, Jordania e Irán, Siria, Egipto, Líbano y otros países musulmanes. Estos judíos eran ciudadanos pacíficos de sus países árabes y de ninguna manera una población hostil. Sin embargo, fueron forzados a punta de pistola a huir sin nada más que la ropa puesta. La única razón de su expulsión fue vengar la vergüenza de su derrota en su guerra de agresión, tomándosela contra la ciudadanía judía de países árabes.
La mayoría de estos judíos refugiados vinieron a Israel, donde se integraron a la normalidad por el novato y pequeño país. Los Estados árabes (y más tarde la OLP ) se rehusaron a hacer lo mismo por los refugiados árabes, pues prefirieron mantener el agravio para usarlo en su guerra contra Israel.
Algunos observadores han sugerido que la situación dual de los refugiados debe entenderse como «intercambio de población –árabes huyeron a países árabes de la forma en que judíos huyeron rumbo a país judío, ambos como resultado de la guerra de 1948, ambos bajo condiciones que su facción considera como evacuaciones forzadas. Por otro lado, nadie de la facción árabe ha sugerido lo obvio: Si los refugiados judíos fueron reubicados en territorio abandonado por árabes que huyeron, ¿por qué no reubicar refugiados árabes en las tierras que los judíos fueron forzados a abandonar en países árabes? Una razón por la cual nadie ha sugerido esto es porque ningún Estado árabe, con excepción de Jordania, permitirá a refugiados árabes convertirse en ciudadanos.
Tomando en cuenta los activos confiscados de los refugiados judíos cuando éstos fueron echados de territorios árabes y musulmanes, uno puede concluir que los judíos han pagado ya ingentes «reparaciones» a los árabes, con o sin garantía. Las propiedades y pertenencias de los refugiados judíos, confiscados por los gobiernos árabes, han sido conservadoramente estimados en cerca de 2.5 miles de millones en dólares de 1948. Si invertimos ese dinero a una modesta tasa del 6.5% a lo largo de 57 años, se obtendría una suma de $80 mil millones, los cuales los gobiernos árabes y musulmanes donde están las tierras de las que fueron expulsados los judíos bien podrían aplicar para el beneficio de los refugiados árabes. Dicha suma es suficiente como reparación para los refugiados árabes. No hay manera de calcular el valor de la propiedad de árabes dejada bajo control de Israel; sin embargo, no hay estimados tan altos como los 2.5 miles de millones de 1948. Así que, hipotéticamente, la facción árabe ha obtenido ya lo mejor del acuerdo.
Durante las muchas guerras del siglo 20, decenas de millones de refugiados fueron generados en Europa y Asia. En 1922, 1.8 millones de personas fueron reubicadas para resolver la guerra entre Turquía y Grecia. Tras la Segunda Guerra Mundial, cerca de 3,000,000 de alemanes fueron echados de países de Europa del Este y reubicados en Alemania. Cuando el subcontinente de India fue dividido, más de 12 millones de personas fueron transferidas entre India y Paquistán.
Dichos sucesos de refugiados han sido resueltos, con excepción de los casi 725,000 árabes que huyeron de Israel durante la guerra de 1948 y a quienes los Estados árabes y la Autoridad Palestina han mantenido en campos de refugiados.
El Problema de los Refugiados Árabes
Otra ironía debe ser considerada en el contexto del asunto de los refugiados. Israel manejó su problema de refugiados judíos destinando grandes cantidades de recursos a la educación e integración de la población refugiada judía a su sociedad. Estos refugiados nunca se convirtieron en una carga para el mundo, nunca necesitaron la asistencia de la ONU , y nunca les fueron negados sus derechos civiles y humanos por su país anfitrión. Al contrario, a pesar de las dificultades de discriminación, adaptación y privaciones iniciales, ellos y su descendencia se han convertido en ciudadanos productivos de la única democracia del Medio Oriente, al igual que han contribuido a una de las sociedades tecnológica y socialmente más avanzadas del mundo.
El destino de los refugiados árabes ha sido diametralmente opuesto a esta obvia solución a sus problemas. El liderazgo árabe ha mantenido a propósito a sus hermanos palestinos en tugurios de refugiados, a veces alcanzando el grado de campos de concentración, con su miseria perpetuada por dirigentes maquiavélicos para su uso como arma de propaganda contra Israel y el Occidente.
Los refugiados palestinos en Gaza fueron forzados ahí en 1948 no por Israel sino por los egipcios, quienes los vigilaban y en caso de huir se les disparaba, además de que nunca se les dio la ciudadanía o pasaportes egipcios (estos datos son recogidos por el mismo Yasir Arafat en su biografía autorizada Arafat: ¿Terrorista o Pacificador? , 1982, de Alan Hart). Los refugiados en Líbano eran retenidos bajo condiciones similares pero con una represión menos draconiana. Se les impedía ejercer casi 70 profesiones, no se les daba ciudadanía, y no se les permitía viajar. Solamente Jordania les dio ciudadanía a los refugiados.
Sakher Habash, un miembro mayor del Comité Central Fatah, sucintamente explicó la razón de la calculada negativa de los dirigentes árabes, incluyendo los dirigentes palestinos, a ayudar a los refugiados para que recobrasen su vida normal. Durante una ponencia en 1998 en la Universidad Shechem ‘s An-Najah, Habash dijo: «Para nosotros, el asunto de los refugiados es una carta ganadora que significa el fin del Estado de Israel» En otras palabras, la guerra, el terrorismo, el aislamiento diplomático de Israel, campañas mundiales de relaciones públicas para demonizarlo; todo ello puede fallar (y ha fallado hasta ahora). No obstante, mientras esta última carta triunfadora esté viva, la esperanza de la destrucción de Israel aún late en los corazones de los árabes revanchistas.
Los palestinos que huyeron de Israel en 1948 y que aún están vivos no tienen el derecho legítimo de regresar a Israel, pues el liderazgo árabe que los representa (las naciones árabes hasta 1933 y posteriormente la Autoridad Palestina ) aún se encuentra, de jure y de facto , en guerra contra Israel; y estos refugiados, por lo tanto, son aún hostiles potenciales. El derecho internacional no requiere que un país en guerra cometa suicidio mediante la admisión de cientos de miles de personas potencialmente hostiles. En el contexto de un tratado de paz, en 1949, los refugiados árabes pudieron tomar ventaja de la oferta de Israel, pero sus líderes se rehusaron.
Por supuesto, el actual reclamo palestino del «Derecho de Retorno» está acompañado por el reclamo de que no son 725,000 refugiados (menos los que han muerto en el ínterin) sino 5 millones . Este número sirve a muchas intenciones políticas, pero desde el punto de vista del derecho internacional, las generaciones nacidas en una población de refugiados que han sido reubicados y que viven en el exilio no tienen el status legal de refugiados. Eso significa que el status legal de refugiado actualmente se aplica solamente a aquellos árabes sobrevivientes que huyeron en 1948, entre los cuales la mayoría son de edad avanzada.
Un Resumen de los Hechos
La prolongada crisis de los refugiados árabes es una crisis artificialmente mantenida durante 60 años a manos de dirigentes árabes, cuyo fin es explotar el sufrimiento de su propia gente (crear un «niño de póster» para el victimismo palestino [3] ); es una base para la propaganda anti-israelí, un centro de entrenamiento para terroristas árabes, y una carta de triunfo para la jihad anti-Israel (por Sakher Habash) para cuando todo lo demás (guerra, terrorismo, diplomacia internacional) falle.
«Haq el-Auda», la «ley del retorno» para árabes palestinos respecto a sus propias casas y granjas y huertas, las cuales han sido parte de Israel durante los últimos 57 años, es una impostura.
Hace 60 años había casi un millón de judíos en los Estados árabes del Medio Oriente: Honestos ciudadanos trabajadores contribuyendo a la cultura y economía de sus países de residencia. Hoy, ya casi no quedan judíos en países árabes del Medio Oriente, y leyes racistas segregacionistas prohíben inclusive a turistas judíos la entrada a algunos países árabes.
En Israel, por el otro lado, los árabes que no huyeron ascendían a 170,000 en 1949; y ahora ascienden a más de 1,400,000. Tienen 7 representantes en el Parlamento israelí, jueces ocupando posiciones en las cortes israelíes y en la Suprema Corte de Israel, y Doctores en Filosofía y renombrados profesores enseñando en colegios y universidades israelíes. Son una población que goza de más libertad, educación y oportunidades económicas que cualquiera otra población árabe en cualquier parte del mundo árabe.
Los dirigentes árabes causaron el problema de refugiados árabes en 1948 por su guerra de agresión contra el naciente Estado de Israel, siendo éste una creación legítima de la ONU ; los dirigentes árabes, desde entonces, han mantenido la población árabe de refugiados y le han negado cualquier posibilidad de una vida normal en países árabes con el fin de usar el sufrimiento que ellos mismos han causado, como un arma en su guerra sin fin contra Israel.
Durante todas estas décadas, los campos de refugiados y sus explotadores árabes han sido financiados con miles de millones de dólares de la ONU , los EE.UU., el Reino Unido, la Unión Europea , entre otros.
2. LAS OCHO ETAPAS DE CREACIÓN DEL PROBLEMA
La salida de árabes de lo que pronto se conocería como Israel sucedió en ocho etapas:
Uno. Tan pronto como la primavera de 1947, meses antes del plan de partición de la ONU de fecha 29 de noviembre del mismo año, estaba claro que habría una guerra sin importar cómo se dibujara la línea de partición. En antelación a esta guerra, muchos de los árabes acomodados (los effendi) de Galilea Occidental, desde Haifa hasta Acco y las poblaciones intermedias, cerraron sus casas y partieron a Beirut o Damasco. Con su riqueza y relaciones, podían esperar la guerra en condición de seguridad. Nadie imaginaba que el joven Estado de Israel pudiera ganar una guerra contra los Estados árabes. Los árabes que se fueron pensaron que estarían fuera del ámbito de peligro, y que cuando la guerra terminara volverían a sus hogares. Las estimaciones actuales de observadores objetivos (Conor Cruise O’Brien, en su libro «The Siege», quizá el más objetivo) es que aproximadamente 70,000 huyeron.
Dos. Estos refugiados causaron una súbita ausencia de liderazgo político y social entre los árabes de Galilea y, por ende, cuando las hostilidades se desarrollaron en el invierno de 1947 muchos de los árabes pobres ( Felahin) huyeron también, siguiendo el ejemplo de sus líderes. A diferencia de los effendi , los felahin carecían del dinero y relaciones para hacer un viaje confortable fuera del peligro; muchos de ellos sencillamente caminaron hasta Líbano o Siria con cualquier cosa que pudieran cargar en sus manos. Sus líderes habían huido, lo cual los llevó a asumir que las cosas estaban muy mal, así que concluyeron que debían partir también. Asimismo, estaban seguros, según la prensa árabe del momento, que regresarían a sus casas en cuanto la guerra terminara y los judíos fueran exterminados o expulsados de Israel.
No hay números conclusivos respecto a este éxodo, pero algunos estimados fluctúan alrededor de las 100,000 personas. Eran tantos los que salían que los Estados árabes sostuvieron una conferencia especial en Beirut para decidir cómo manejar a todos los árabes que se desbordaban por las fronteras. Y establecieron campos especiales, más tarde conocidos como campos de refugiados. Estos árabes estaban saliendo por su propia voluntad y nadie, ni Israel ni los Estados árabes, estaban animándolos, atemorizándolos, u ordenándoles que lo hicieran. La guerra aún no había comenzado.
Tres. Después del 29 de noviembre de 1947, comenzaron las hostilidades entre la Haganah israelí y los voluntarios paramilitares árabes, los cuales se contaban en decenas de miles.
La prensa árabe y los discursos públicos dejaban en claro que sería una guerra de aniquilación, como aquellas de las grandes hordas de mongoles matando todo en su camino. Los judíos perecerían o huirían. Israel estaba peleando no una guerra de independencia, sino una guerra de supervivencia.
Con el fin de defender ciertas áreas donde los judíos estaban totalmente rodeados por árabes (como los judíos de Jaffa, aldeas judías o kibbutzim en partes de Galilea y el área cerril central, y en Jerusalén), la Haganah adoptó tácticas para atemorizar que pretendían sembrar el terror en la población árabe de dichas áreas, de tal forma que se retiraran a áreas seguras. Así entonces la Haganah estaría en posibilidad de defender a esos judíos que, en otras circunstancias, estarían inasequibles y por ende vulnerables a las intenciones genocidas de los árabes.
Muchos árabes en partes de Galilea occidental, Jaffa, y partes de Jerusalén occidental, huyeron debido a tácticas tales como rumores de que un enorme ejército judío del occidente estaba a punto de desembarcar en la costa, granadas de mano arrojadas a los patios delanteros de las casas, disparos desde vehículos a las paredes o rejas de las casas, rumores circulando por parte de judíos árabe-parlantes respecto a que la Haganah era más grande de lo que realmente era y que estaba a punto de surgir con un masivo ejército judío, etc.
Aquí es importante hacer notar que los judíos fueron responsables en esta parte de la huída árabe; pero no era porque deseaban limpiar étnicamente al país o arrasar a los árabes, sino porque sabían que judíos superados en número, indefensos en enclaves árabes, serían masacrados (como fue el caso de los judíos en las villas de Gush Etzion y en el cuadrante judío de la Ciudad Vieja en Jerusalén, y como sucedió en Hebrón en 1929). Era la exigencia de su lucha de supervivencia contra un enemigo más grande y mejor armado lo que los llevó a tácticas como las descritas anteriormente.
También es importante no olvidar estos hechos: De haber aceptado los líderes árabes el plan de partición de la ONU , habría existido un Estado de Palestina desde el 29 de noviembre de 1947 para los árabes, junto a Israel. De no haber invadido los árabes, no habría problema de refugiados. Manteniendo en mente estos dos hechos, queda claro que la carga de la culpabilidad por el inicio del problema de los refugiados descansa total y únicamente en los Estados árabes que invadieron, en claro desafío de la resolución 181 de la ONU y del derecho internacional.
Cuatro. El liderazgo árabe de entre las fuerzas paramilitares y las fuerzas de Siria fueron vociferantes en sus anuncios respecto a que querían que los árabes se fueran, de tal forma que pudieran tener territorio libre en el cual perpetrar su genocidio sobre los judíos. Cuando la guerra terminara y los judíos fueran expulsados o exterminados, los residentes árabes podrían regresar y tener tanto su propia tierra como la de los judíos.
No podemos saber cuántos árabes huyeron debido a esos anuncios; sin embargo, dado que un número de voceros árabes tras la guerra admitieron haber hecho esto y se arrepintieron públicamente de haber creado el problema de los refugiados, está claro que el mensaje de los líderes árabes hacia muchos árabes del área fue un gran factor en la huída [4] .
También es importante señalar en este momento que hubo casos en los que líderes judíos públicamente pidieron a los árabes que no se fueran. El alcalde de Haifa es el mejor ejemplo de esto. Bajo riesgo de su propia vida, él manejó su vehículo a través de la sección árabe de Haifa, usando un megáfono para decir en árabe a los residentes que desestimaran la propaganda árabe. Sin embargo, decenas de miles huyeron. Los incrédulos funcionarios británicos que presenciaron este hecho lo documentaron en una variedad de fuentes. Y aquellos árabes que permanecieron allí, salieron ilesos y se convirtieron en ciudadanos de Israel [5] .
Los británicos también documentaron para el mundo en fenómeno parecido en Tiberias (un pueblo en el cual la población árabe superaba en número a los judíos). Los árabes literalmente eligieron abandonar aunque no estaban en directa amenaza de los judíos y solicitaron ayuda a los británicos. Decenas de miles abandonaron el lugar bajo guardia británica, mientras los judíos, tanto civiles como Haganah, observaban. En un giro ligeramente diferente, los árabes de Safed (Tzefat) huyeron antes de que la Haganah atacara, aunque las fuerzas árabes en Safed superaban en número a los judíos en una proporción de 10 a 1.
En cualquier lugar donde los árabes eligieron permanecer, salieron ilesos y posteriormente se convirtieron en ciudadanos de Israel.
Ha habido un conjunto de ensayos escritos por historiadores contradiciendo la verdad de la aseveración respecto que los líderes árabes le dijeron a su gente que huyera. Sin embargo, en los libros The Siege de Conor Cruise O’Brien y Myths and Facts of the Middle East Conflict de Mitchell Bard, se ofrece prueba irrefutable de la existencia de dichos pronunciamientos.
Cinco. Deir Yassin: Los eventos acaecidos en Deir Yassin aún son candentemente debatidos. Pero por su propia voz, los líderes árabes hoy día aceptan que las mentiras creadas por los árabes acerca de la «masacre» ficticia fueron urdidas con el fin de azuzar a los ejércitos árabes para pelear contra los judíos, atemorizar a los árabes, y animarlos a huir [6]. La villa se sitúa cerca de Jerusalén, sobre el camino desde Tel Aviv. La Jerusalén judía estaba bajo ataque, y su única oportunidad era este único camino a Tel Aviv. Un contingente de tropas iraquíes había entrado a Deir Yassin el 13 de marzo de 1948. Algunas fuentes sugieren que se les requirió que se fueran. Aparentemente no lo hicieron, dado que sus cuerpos armados eran numerosos entre los muertos después de la batalla. Era obvio que intentarían cortar el camino. Hacerlo habría significado el fin de la Jerusalén judía. Así que el 9 de abril de 1948 un contingente del Irgun (un grupo de asalto paramilitar) entró a la villa. Esta operación era completamente legítima en el contexto de las reglas de combate, dado que la presencia del ejército iraquí convertía a la villa en un objetivo militar legítimo.
Su intento (capturar la villa y echar a los iraquíes) era totalmente claro por la escenificación, pues entraron con vehículo y megáfono pidiendo a la población civil huir de la villa. Desdichadamente este vehículo cayó en una zanja, así que algunos de los aldeanos quizá no escucharon el mensaje; sin embargo, muchos sí lo hicieron y huyeron antes que el Irgun llegara a la villa. En lugar de rodear la villa y prevenir su escape, el Irgun dejó numerosas rutas abiertas para que los civiles huyeran, las cuales cientos de ellos utilizaron. No obstante, los iraquíes se habían disfrazado como mujeres –es sencillo ocultar armas debajo de las volátiles batas de la burqa- y se habían escondido entre mujeres y niños del poblado. Así que, cuando los combatientes Irgun entraron, se encontraron con fuego ¡disparado por «mujeres»!
Cuando los combatientes Irgun dispararon de vuelta mataron a mujeres inocentes debido a que los iraquíes estaban vestidos como mujeres y escondiéndose tras ellas. Después de sufrir más de 40% de bajas en sus filas, los Irgun tuvieron éxito en matar o capturar a los iraquíes. Entonces, mientras estaban en grupo, aún vestidos como mujeres y habiéndose rendido y acordado ser tomados como prisioneros, algunos de los iraquíes abrieron fuego con armas escondidas bajo sus ropajes de mujer. Los combatientes Irgun fueron capturados con la guardia baja, más fueron eliminados, y otros abrieron fuego dentro del grupo. Los iraquíes que se habían rendido fueron eliminados juntos con aquellos que sólo habían pretendido hacerlo y que habían abierto fuego.
Cuando la Haganah llegó encontraron a las mujeres muertas y a otros civiles y por lo tanto, incorrectamente, acusaron al Irgun de homicidio y masacre. Pero la Cruz Roja , que fue llamada a asistir a los heridos y a los civiles, no encontró evidencia de una masacre. De hecho, inclusive la más reciente revisión de la evidencia (julio de 1999), por parte de académicos árabes en la Universidad Beir-Zayyit de Ramallah, indica que no hubo masacre sino un conflicto militar en el cual civiles fueron eliminados en fuego cruzado. El total de árabes muertos, incluyendo a los soldados iraquíes, de acuerdo al cálculo en Beir Zayyit, fue de 107.
Así que ¿de dónde viene la idea de una masacre? Las mismas fuentes árabes que confiesan haber apresurado a los árabes a huir, han aceptado que voceros árabes de aquel momento cínicamente exageraron las bajas de la batalla de Deir Yassin, tejiendo historias de violación tumultuaria, violencia en mujeres embarazadas, muerte de fetos cortados de la matriz de su madre por judíos sedientos de sangre, y homicidio masivo con cuerpos arrojados en una mina cercana. Las mismas fuentes árabes admiten que su propósito con estas mentiras era azuzar a las naciones árabes para entrar al conflicto con mayor acritud, de tal forma que los judíos fueran destruidos por el asfixiante número de invasores árabes [7] .
El plan fue contraproducente. Como resultado de esta propaganda, los civiles árabes entraron en pánico y huyeron por decenas de miles. Esto fue confirmado en 1993 por el documental de PBS llamado The Fifty Years of War en el cual sobrevivientes de Deir Yassin fueron entrevistados. Ellos testificaron que suplicaron al Dr. Hussein Khalidi, director de la Voz de Palestina (la estación palestina de radio en el este de Jerusalén), que editara esas mentiras y fabricaciones de atrocidades que nunca ocurrieron. Él les respondió: «¡Debemos capitalizar esta gran oportunidad!»
La huída de árabes había comenzado muchos meses antes de Deir Yassin. Así que no pueden atribuirse a Deir Yassin los cientos de miles de árabes que buscaron refugio con antelación al 9 de abril de 1948. Además, mientras la propaganda árabe afirma que Deir Yassin fue uno de los muchos ejemplos de masacre y exterminio por parte de los judíos, no existe otro ejemplo documentado de comportamiento similar por parte de éstos. En todo caso, Deir Yassin no fue un ejemplo, sino una excepción.
En suma, no fue lo que pasó en Deir Yassin lo que causó la huída de decenas de miles de árabes. Fueron las mentiras inventadas por el Alto Comando árabe y por el Dr. Hussein Khalidi del canal de radio noticias «Voz de Palestina» los que provocaron el pánico. Uno difícilmente puede culpar a Israel por ello.
Además, tenemos información de una fuente famosa, el mismo Yassir Arafat (su biografía autorizada, por Alan Harta, Arafat: Terrorist or Peace Maker ), respecto a que las mentiras de Deir Yassin fueron esparcidas «como una bandera roja frente a un toro» por los egipcios. Así que, habiéndolos aterrorizado con estas historias, los egipcios procedieron a desarmar a los árabes del área y los enviaron a campos de detención en Gaza (los actuales campos de refugiados de Gaza). ¿Por qué los egipcios hicieron esto? De acuerdo con Arafat, fue para sacar a los árabes del área porque Egipto quería mano libre para librar su guerra. Egipto tenía toda la intención de conquistar el Neguev y la parte sur de la planicie costera. No querían interferencia de los árabes locales.
Deir Yassin no fue una masacre; nada siquiera vagamente incrimina a los judíos sobre lo que sucedió. No sabemos porqué muchos árabes huyeron como resultado de la propaganda árabe respecto a Deir Yassin. Cientos de miles es un buen estimado. La mayoría de ellos terminaron en campos de detención egipcios en Gaza.
Seis. Además de Deir Yassin, hay otros dos incidentes en los cuales se dice que refugiados árabes huyeron debido a acciones militares israelíes: Lydda y Ramala.
Ambos poblados están asentados el camino de Tel Aviv a Jerusalén. Conforme se intensificó el asedio a Jerusalén, las fuerzas israelíes se percataron que para salvar a los judíos del occidente de Jerusalén de la derrota y posible aniquilación, debían mantener ese camino abierto. Así que una noche entraron a ambos poblados y sacaron a los residentes árabes. Los sacaron de sus camas y los enviaron caminando a través de los campos a las áreas bajo control jordano, a algunos kilómetros de distancia.
Ninguno fue eliminado. No hubo masacre, sino que fueron sacados. Por otro lado, fueron sacados porque sus villas se asentaban en el camino a Jerusalén, y la única manera de garantizar la supervivencia de 150,000 judíos en Jerusalén era controlando este camino.
Siete. Para el 15 de mayo de 1948 los británicos habían evacuado a sus fuerzas del Dominio Palestino Británico, y la Haganah , que se había convertido en la Fuerza de Defensa Israelí (IDF [8] ), tuvo manos libres. Los países árabes también tuvieron manos libres para atacar, y fue lo que hicieron. Ejércitos de ocho dictaduras árabes se posaron sobre el área desde Líbano, Siria, Jordania, Irak y Egipto (voluntarios y soldados de Arabia Saudita, Yemen y Marruecos también arribaron). Superaban en número a la IDF aproximadamente cinco a uno. Durante el próximo mes los israelíes pelearon una terrible guerra defensiva y apenas pudieron mantener a los invasores fuera. Había cerca de 63,000 voluntarios de la IDF pero armas para sólo 22,000.
En junio de 1948 la ONU impuso un cese al fuego. Para julio, cuando los árabes reiniciaron hostilidades, los israelíes habían utilizado el cese al fuego para importar armas y aeronaves de Rusia y Alemania a través de Checoslovaquia. Mejor armada ahora, la IDF totalizaba 65,000 y las posibilidades se redujeron a 2 a 1. Y aquellas posibilidades eran buenas para los determinados combatientes judíos.
Cuando se reinició la lucha en julio, la IDF fue a la ofensiva y tuvo éxito sacando a los ejércitos árabes fuera tanto de las áreas judías como de grandes áreas que la ONU pretendía que fueran el Estado palestino (Galilea occidental y la planicie costera del sur al norte de Gaza). Cuando esta ofensiva comenzó, más árabes huyeron. Como se mencionó anteriormente, los árabes que permanecieron no fueron lastimados y se convirtieron en ciudadanos de Israel.
Contrario a la propaganda revisionista árabe, nunca hubo un intento de masacrar árabes a pesar de que los árabes claramente sí intentaban masacrar judíos. Muchos civiles murieron en fuego cruzado, y la vasta mayoría de los árabes que huyeron lo hicieron innecesariamente, a iniciativa propia o debido a que el liderazgo árabe les mintió e intimidó. En por lo menos dos casos específicos unos pocos árabes fueron echados por la IDF como medida defensiva. No era parte de ningún plan limpiar étnicamente el territorio o masacrar a los árabes. Estas acusaciones son parte de un nuevo y mendaz revisionismo apuntado a exonerar a los árabes tanto de su culpabilidad como agresores como de su papel en la creación del problema de los refugiados árabes. Su intención es transferir la culpa de ellos mismos –donde pertenece – a Israel.
Prueba de que Israel nunca pretendió limpiar étnicamente a los árabes de Palestina se puede ver en los siguientes hechos: 1) la ausencia completa de cobertura por parte de prensa internacional, incluida la prensa árabe y la abiertamente hostil prensa occidental, respecto a alguna acción de semejante tipo por parte de Israel; 2) la ausencia completa de estas acusaciones por parte de voceros árabes durante aquella época, inclusive en el clímax de la huída (posterior a Deir Yassin) y por muchos años después; y 3) el destino de los árabes que se quedaron: Éstos se convirtieron en ciudadanos israelíes y disfrutan más libertad, democracia, representación política, alta calidad de vida, mejor educación, y oportunidades económicas que muchos árabes en cualquier parte del mundo árabe hoy en día.
Finalmente, después del cese al fuego de febrero de 1949, el cual marcó el fin de la guerra, aún hubo una huída continua de decenas de miles de árabes. Los judíos no hicieron absolutamente nada para motivar o forzar dicha huída.
Ocho. Durante las pláticas del Armisticio de Rodas en febrero de 1949, Israel ofreció restituir a los árabes las tierras que ahora ocupaba como resultado de la guerra y que originalmente eran para el Estado palestino, si los árabes firmaban un tratado de paz. Esto hubiese permitido a cientos de miles de refugiados regresar a sus casas. Pero los árabes rechazaron la oferta porque, como ellos mismos admiten, estaban a punto de montar una nueva ofensiva. Habían perdido el primer asalto pero esperaban más y más asaltos hasta que alcanzaran la victoria. Su nueva ofensiva tomó la forma de 9,000 ataques terroristas contra Israel desde 1949 hasta 1959.
En la conferencia de Lausana, que tuvo lugar desde agosto hasta septiembre de 1949, Israel ofreció repatriar 100,000 refugiados inclusive sin un tratado de paz. Pero los Estados árabes rechazaron la oferta porque aceptarla significaba tácitamente reconocer al Estado de Israel.
En otras palabras, a pesar de las ofertas israelíes de repatriación, los árabes insistieron en mantener a los refugiados árabes en reclusión y sufrimiento. Los voceros árabes en Siria y Egipto fueron citados en sus periódicos diciendo: Mantendremos a los refugiados en sus campos hasta que la bandera de Palestina hondee sobre todo el territorio. Solamente regresarán a casa como victoriosos, sobre las tumbas y cadáveres de los judíos.
Además, como algunos árabes fueron tan cándidos de anunciar en público, el problema de los refugiados serviría como «un dolor en el trasero de Europa», como una palanca moral para ser usada contra Israel con el fin de ganar el apoyo emocional del Occidente en contra Israel.
Conclusión
El problema de los refugiados árabes fue creado por beligerantes dictadores árabes que desafiaron a la ONU , invadieron Israel, motivaron a los árabes a huir, y después mantuvieron a propósito a los refugiados árabes en un estado de pobreza con fines de propaganda. El papel de Israel en la creación del problema de los refugiados fue uno relativamente menor, restringido a contextos legítimamente militares, e inclusive trató de revertirlos después de la guerra, aunque fue desairado por los Estados árabes.
El problema de los refugiados fue por ende perpetrado por los Estados árabes a través de su negativa a dar cumplimiento a las resoluciones de la ONU y de la Convención de Ginebra, su negativa a integrar cualquier refugiado en países árabes de baja población (excepto Jordania), su negativa a entrar a negociaciones de paz con Israel, y su negativa a secundar cualquier paso rumbo a la solución tomado por Israel u otros.
Al perpetuar el problema de los refugiados, los líderes árabes buscaron ganar una palanca seudo moral contra Europa e Israel, mantener un «dolor humano» al frente de su guerra de propaganda, y usar el asunto como un arma política, todo ello contra Israel.
Aún tanto tiempo después como en 1979, cuando Egipto firmó un tratado de paz con Israel, los egipcios se rehusaron a lidiar con el asunto de los refugiados en la franja de Gaza y optaron, al contrario, por ceder toda la franja de Gaza a Israel. Un patrón similar fue establecido en el tratado de paz de Jordania con Israel de 1994. Jordania había integrado miles de palestinos en su economía y no vio ninguna necesidad o responsabilidad de lidiar con aquellos en Cisjordania.
Los abusos, exageraciones, mentiras y distorsiones perpetradas tanto por los gobiernos árabes como por la Agencia de Refugiados de la ONU y por los voceros de los refugiados, hicieron imposible que inclusive en 1949 se identificara una población refugiada bona fide .
En 1967 los Estados árabes de nuevo lanzaron una agresiva guerra contra Israel y, como resultado, Israel se convirtió en la autoridad gobernante en la franja de Gaza, la Península del Sinaí, los Altos del Golán, y Cisjordania. Bajo el mandato israelí de 1967 a 1992, la población palestina de Cisjordania experimentó el más alto estándar de vida de cualquier país árabe con excepción de los Estados petroleros. Lo mismo es verdad de los árabes israelitas. ¡La población árabe de Cisjordania y Gaza se ha triplicado desde junio de 1967!
En contraste, desde la transferencia de la autoridad en Cisjordania a la OLP [9] en 1993, las condiciones de la población palestina han declinado estrepitosamente. El estándar de vida de los palestinos de Cisjordania se ha erosionado y el PIB [10] es una décima de lo que era bajo control israelita. Esto se debe a la apropiación indebida de más de $5.2 miles de millones por la dirigencia de la Autoridad Palestina , canalizando dicha suma a las cuentas personales de Arafat y de sus tenientes para usarla en el acopio de armas, en detrimento de la infraestructura; y esto obedece a la continua guerra de terror contra la cual Israel debe ejercitar controles defensivos y disuasiones.
La justicia para los judíos y para los refugiados árabes pudo haber sido parte de un acuerdo de paz si los Estados árabes hubieran tenido voluntad. Hoy, las soluciones son posibles, pero solamente si la Autoridad Palestina cesa en su nueva guerra de terror.
APÉNDICE
Fuentes que confirman que los líderes árabes le dijeron a su pueblo que huyera y reportes relacionados con la salida de los refugiados árabes:
- «El primer grupo de nuestra quinta columna consiste en aquellos que abandonaron sus casas… A la primera señal de problema ellos corren para escapar de compartir la carga de la lucha» – Ash-Sha’ab , Jaffa, 30 de enero de 1948
- «(Los aldeanos que huyen)… están trayendo desgracia en todos nosotros… al abandonar sus villas» – As-Sarih , Jaffa, 30 de marzo de 1948
- «Cualquier esfuerzo se está haciendo por los judíos para persuadir a la población árabe de permanecer y seguir con sus vidas normales, para abrir sus tiendas y negocios y asegurarles que sus vidas e intereses estarán seguros» – Cuarteles de la policía británica en el distrito de Haifa, 26 de abril de 1948 (citado en Battleground , por Samuel Katz).
- «La evacuación masiva, provocada en parte por el miedo, en parte por orden de los líderes árabes, dejó en pueblo fantasma el cuadrante árabe de Haifa… Mediante el retiro de trabajadores árabes sus líderes esperaban paralizar Haifa» – Revista Time , 3 de mayo de 1948, página 25
- «Las calles árabes (de Palestina) están curiosamente desiertas (porque)… siguiendo el pobre ejemplo de la clase adinerada, ha habido un éxodo desde Jerusalén, pero no en la misma extensión como desde Jaffa y Haifa». — London Times , 5 de mayo de 1948
- «Los civiles árabes entraron en pánico y huyeron ignominiosamente. Las aldeas fueron frecuentemente abandonadas antes de ser amenazadas por el progreso de la guerra.» – General John Glubb «Pasha», The London Daily Mail , 12 de agosto de 1948
- «El hecho de que haya estos refugiados es una consecuencia directa del acto de los Estados árabes al oponerse a la partición y al Estado judío. Los Estados árabes accedieron a esta política unánimemente y deben compartir en la solución del problema.» – Emile Ghoury, secretario del Alto Comité Palestino Árabe, en una entrevista con el Beirut Telegraph , 6 de septiembre de 1948 (misma aparecida en The London Telegraph , agosto de 1948)
- «El factor más potente [en la huída de palestinos] fueron los anuncios hechos al aire por el Alto Ejecutivo Árabe-Palestino, urgiendo a renunciar a todos los árabes de Haifa… Fue claramente intimado que los árabes que permanecieran en Haifa y aceptaran protección judía serían considerados como renegados.» – London Economist , 2 de octubre de 1948
- «No debe olvidarse que el Alto Comité Árabe motivó la huída de los refugiados de sus casas en Jaffa, Haifa y Jerusalén.» – Estación de Difusión Árabe del Cercano Oriente, Chipre, 3 de abril de 1949.
- «Los árabes de Haifa huyeron a pesar del hecho de que las autoridades judías garantizaron su seguridad y derechos como ciudadanos de Israel» – Monseñor George Hakim, Obispo Católico griego de Galilea, New York Herald Tribune , 30 de junio de 1949
- «Las autoridades civiles y militares (israelíes) expresaron su profundo desconsuelo por esta grave decisión (tomada por los delegados militares árabes de Haifa y la dirigencia actuante del Alto Comité Árabe Palestino de evacuar Haifa a pesar de la oferta israelí de una trgua). El alcalde judío de Haifa hizo un apasionada llamado a la delegación (de líderes militares árabes) para reconsiderar esta decisión» – Memorando de la Liga Árabe, citado en The Refugees in the World , de J. B. Schechtman, NY 1963, pp. 192f .
- Sir John Troutbeck, Oficina Británica del Medio Oriente en Cairo, hizo notar en cablegramas a sus superiores (1948-49) que los refugiados (en Gaza) no tienen amargura alguna contra los judíos, pero albergan intenso odio hacia los egipcios: «Dicen ‘sabemos quiénes son nuestros enemigos (refiriéndose a los egipcios)’, declarando que sus hermanos árabes los persuadieron de innecesariamente dejar sus casas… inclusive escuché decir que muchos de los refugiados darían la bienvenida a los israelíes si vinieran y tomaran el distrito»
- «Los Estados árabes que han animado a los árabes palestinos a dejar sus casas temporalmente con el fin de dejar el camino libre a los ejércitos invasores árabes, han fallado en mantener su promesa de ayudar a estos refugiados.» – El diario jordano Falastin , 19 de febrero de 1949.
- «El Secretario General de la Liga Árabe, Asma Pasha, aseguró a los pueblos árabes que la ocupación de Palestina y de Tel Aviv sería tan simple como un desfile militar… Consejo fraternal fue dado a los árabes de Palestina para dejar sus tierras, casas, y propiedad para permanecer temporalmente en Estados vecinos hermanos, a fin de que las armas de los ejércitos invasores árabes se los podaran» – Al Hoda , un diario libanés con sede en Nueva York, 8 de junio de 1951.
- «¿Quien trajo a los palestinos a Líbano como refugiados, sufriendo ahora por la maligna actitud de periódicos y líderes comunales, quienes no tienen honor un conciencia? ¿Quién los trajo en trapos y sin dinero, después de haber perdido su honor? Los Estados árabes, Líbano entre ellos, lo hicieron.» – El semanario musulmán de Beirut Kul-Shay , 19 de agosto de 1951.
- «Nosotros aplastaremos el país con nuestras armas y borraremos cualquier lugar donde los judíos busquen refugio. Los árabes deben conducir a sus esposas e hijos a áreas seguras hasta que la lucha haya muerto.» – Primer Ministro de Irak, Nuri Said, citado en Sir An-Nakbah («The Secret Behind the Disaster»), por Nimr el-Hawari, Nazareth, 1952.
- «El éxodo árabe… no fue causado por la actual batalla, sino por la descripción exagerada difundida por los líderes árabes para incitar a luchar contra los judíos… por la huída y caída de las otras aldeas son nuestros líderes quienes son responsables por su diseminación de rumores exagerando los crímenes judíos y describiéndolos como atrocidades con el fin de inflamar a los árabes… al esparcir rumores de atrocidades judías, asesinatos de mujeres y niños, etc., ellos inyectaron miedo y terror en los corazones de los árabes en Palestina, hasta que huyeron dejando sus hogares y propiedades al enemigo.» – El diario jordano Al Urdun , 9 de abril de 1953.
- «Los gobiernos árabes nos dijeron: Salgan para que podamos entrar. Así que nos salimos, pero ellos no entraron.» Un refugiado citado en Al Difaa (Jordania) 6 de septiembre de 1954.
- «Todo el éxodo se debió en parte a la creencia de los árabes, animada por la jactancia de una prensa nada realista y las irresponsables elocuciones de algunos de los líderes árabes de que podía ser sólo una cuestión de semanas antes de que los judíos fueran derrotados por los ejércitos de los Estados árabes, y los árabes palestinos permitidos para reentrar y retomar posesión de su país.» – Edgard Atiyah (Secretario de la Liga Árabe, Londres, The Arabs , 1955, p. 183)
- «Tan pronto como los primeros meses de 1948, la Liga Árabe emitió órdenes exhortando a la población a buscar refugio temporal en países vecinos, después a retornar a sus fueros… y obtener su parte de la propiedad judía abandonada.» – Boletín del Grupo de Investigación para Problemas Migratorios Europeos, 1957.
- «Los israelíes argumentan que los Estados árabes animaron a los palestinos a huir. Y, de hecho, los árabes aún viviendo en Israel recuerdan ser urgidos a evacuar Haifa por los comandantes militares árabes que querían bombardear la ciudad.» Newsweek , 20 de enero de 1963.
- «El 15 de mayo de 1948, arribó… En ese día el mufti de Jerusalén apeló a los árabes de Palestina a dejar el país, porque los ejércitos árabes estaban a punto de entrar y pelear en su nombre.» El diario de Cairo Akhbar el Yom , 12 de octubre de 1963.
- Al listar las razones del fracaso árabe en 1948, Khaled al-Azm (Primer Ministro de Siria) hace notar que «… el quinto factor fue el llamado de los gobiernos árabes a los habitantes de Palestina para evacuarla (Palestina) y dejar con rumbo a los países árabes colindantes. Desde 1948, somos nosotros quienes hemos demandado el retorno de los refugiados, mientras somos nosotros quienes los hicieron irse. Trajimos desastre a un millón de refugiados árabes invitándolos y trayendo presión para que se fueran. Los hemos acostumbrado a mendigar… hemos participado en degradar su moral y nivel social… luego los explotamos al ejecutar crímenes de homicidio, asolada y arrojando piedras sobre hombres, mujeres y niños… todo esto en servicio de propósitos políticos.» – Khaled el-Azm, Primer Ministro de Siria después de la Guerra de 1948, en sus memorias de 1972, publicadas en 1973.
- «Los Estados árabes triunfaron en diseminar a la población palestina y destruir su unidad. No los reconocieron como un pueblo unificado hasta que los Estados del mundo lo hicieron, y esto es reprochable.» – Abu Mazen (Mahmoud Abbas), del diario oficial de la OLP , Falastin el-Thawra («Lo que Hemos Aprendido y lo que Debemos Hacer»), Beirut, Marzo de 1976.
- «Desde 1948, los líderes árabes se han acercado al problema palestino de una manera irresponsable. Han usado a la población palestina para propósitos políticos; esto es ridículo, y quizá podría decir criminal…» Rey Hussein, Reino Hachemita de Jordania, 1996.
- «Abu Mazen adjudica que los Estados árabes son la causa del problema de los refugiados palestinos» ( Wall Street Journal , 5 de junio de 2003): Mahmoud Abbas (Abu Mazen) escribió un artículo en marzo de 1976 en Falastian al-Thawra , el diario oficial de la OLP en Beirut: «Los ejércitos árabes entraron a Palestina para proteger a los palestinos de la tiranía sionista, pero en cambio los abandonaron, forzándolos a emigrar y dejar su hogar, imponiéndoles un bloqueo político e ideológico y tirándolos en prisiones similares a los guetos en los cuales los judíos vivían en Europa del Este.» Como Abu Mazen aludió, fue en gran parte debido a las amenazas y difusión del miedo por parte de líderes árabes que algo como 700,000 árabes huyeron de Israel en 1948 cuando el nuevo Estado fue invadido por ejércitos árabes. Desde entonces, la creciente población refugiada, ahora alrededor de los 4 millones según estimados de la ONU , han sido acorralados en escuálidos campos diseminados a lo largo del Medio Oriente – en Líbano, Jordania, Siria, Gaza, y Cisjordania. En 1950, la ONU estableció la Agencia de las Naciones Unidas para el Alivio y Trabajos [12] como un esfuerzo de alivio temporal para los palestinos refugiados. El antiguo director de la UNRWA Ralph Galloway estableció ocho años después que, «los Estados árabes no quieren resolver el problema de los refugiados. Ellos quieren mantenerlo como un dolor abierto, como un arma contra Israel. Los líderes árabes no les importa un bledo si los refugiados árabes viven o mueren. Lo único que ha cambiado desde [1949] es el número de palestinos copados en estos campos de prisión»
3. LA CUESTIÓN DE LA OCUPACIÓN Y LOS ASENTAMIENTOS
Además del problema de los refugiados, los dos asuntos más importantes en la guerra de propaganda árabe contra Israel son las presunta ocupación judía de tierras árabes y la existencia de asentamientos israelíes en Cisjordania y la franja de Gaza. Para quitar la cáscara [13] de los mitos que rodean estas cuestiones y proceder a las realidades subyacentes, es necesario revisar su historia dentro del contexto de la guerra árabe contra Israel, la cual ha seguido sin interrupción desde la creación de éste en 1948, y la cual incluye la hostilidad árabe hacia los judíos antes de eso.
Que el blog continúe siempre y nos alegre al visitarlo, mi cabeza descansa un poco después de navegar por el odio.
Gracias.