El Primer Ministro Benjamin Netanyahu y el Ministro de Defensa, Moshe Ya’alon están haciéndole ahora a Hamas lo que el Presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi, desde julio de 2013, le ha estado haciendo a la Hermandad Musulmana.
Así como al-Sisi trabajó sistemáticamente para evitar un «renacimiento político» de la Hermandad Musulmana en Egipto, así ha estado trabajando el gobierno israelí – usando a las FDI y al Shin Bet – para frustrar la posibilidad de que Hamas, que está afiliado a la Hermandad Musulmana, se apodere de la calle palestina en la Margen Occidental.
Excepto que hay una obvia diferencia: aunque Israel está actuando sistemática y minuciosamente contra Hamas, no lo está haciendo con la misma brutalidad y violencia que usó al-Sisi. Su estilo es diferente, pero el objetivo es el mismo.
El sistema de defensa estaba preocupado porque el Islam radical se estaba filtrando en Israel y la Margen Occidental desde hace al menos dos años.
El primero en advertir contra esta amenaza fue la división de investigación de la Inteligencia Militar. El Shin Bet no estaba tan preocupado.
Pero el temor aumentó cuando el Presidente de la Autoridad Palestina Mahmoud Abbas e Ismail Haniyeh, hasta hace poco el primer ministro de Hamas en Gaza, anunciaron la firma de un acuerdo de reconciliación.
Este mayor temor se convirtió en casi pánico cuando resultó que la amenaza se estaba convirtiendo en una realidad, cuando la reconciliación estaba empezando a concretarse en la forma de un gobierno de unidad.
El casi pánico se convirtió en completa histeria cuando el ISIS (el Estado Islámico de Irak y Siria), que estaba inspirado en las enseñanzas de Osama bin Laden, se apoderó del norte de Irak.
Se podría decir que hoy Jerusalén ve el peligro que Israel enfrenta del jihadista Islam radical como casi igual al peligro que representa el programa nuclear militar de Irán.
El secuestro de los adolescentes le permitió al liderazgo en Jerusalén hacer lo que estaban pensando hacer de todos modos.
El secuestro puede haberle hecho ganar a Hamas algún crédito en la calle palestina, pero esto es sólo un logro a corto plazo. A largo plazo, Hamas podría perder la oportunidad de alcanzar su objetivo estratégico – una toma del control político y físico de la calle Palestina, particularmente en la Margen Occidental, como ya ha sucedido en Gaza.
Debe quedarles claro, tanto a los ciudadanos de Israel como a los palestinos en la Margen Occidental, que la operación contra Hamas, que se extendió durante toda la noche a Nablus, los campamentos de refugiados cercanos y la zona de Belén, no estaba destinada a lograr la liberación de los adolescentes secuestrados, sino a frustrar una toma de control, por parte de Hamas, de la Autoridad Palestina y de la OLP.
Las computadoras de Hamas que fueron incautadas en Belén el lunes a la noche no tienen ni siquiera el más débil vínculo con los jóvenes secuestrados, pero contienen información que ayuda a Israel, e indirectamente también a la Autoridad Palestina, para la destrucción de la «Dawah» – la actividad cívica, social y económica que es la fuente del poder de Hamas, y la principal herramienta utilizada para reclutar militantes y reforzar el apoyo en la calle palestina.
Aun así, esta actividad también podría ayudar a encontrar a los adolescentes secuestrados, ya que provoca ansiedad en la población palestina y coloca al liderazgo de Hamas ante un dilema: ¿Deberían favorecer los intereses políticos a largo plazo de la organización y darle a Israel lo que quiere, o continuar escondiendo a los adolescentes secuestrados y, posiblemente, incluso negociar su liberación, a sabiendas de que cada día que pasa los aleja cada vez de la posibilidad de convertirse en la facción palestina dominante? El secuestro podría acabar con Hamas, exactamente como el derrocado presidente egipcio Mohamed Morsi y el celo de sus hombres pusieron fin a la Hermandad Musulmana.
Hay una condición, sin embargo, para detener exitosamente una toma de control de Hamas de la Margen Occidental – Israel no debe perder el apoyo internacional a sus operaciones contra Hamas en los territorios.
Este apoyo tiene varias fuentes. El mundo considera la misma naturaleza de secuestrar adolescentes como un acto de terrorismo. Además, este apoyo surge de la ansiedad de EE.UU. y Europa por la aversión y la crueldad del ISIS en Irak, Siria y recientemente en Nigeria, Kenia, Somalia y otros lugares.
El mundo occidental y Europa oriental están empezando a darse cuenta de que el Islam jihadista se está disparando y los pone en peligro, tanto física como culturalmente, tanto como pone en peligro a los gobiernos de Irak y Siria.
Por lo tanto, Israel tiene permiso para actuar libremente para reprimir a Hamas, siempre y cuando la operación no implique francas violaciones de los derechos humanos – como castigos colectivos – o derramamiento de sangre.
Otro aspecto importante es que Israel es un miembro de una coalición de estados de Medio Oriente que temen al Islam radical, sufren por su terrorismo y están decididos a frustrarlo. Egipto y Jordania lideran la carga contra el Islam radical. Es por eso que Egipto está exigiéndole a Israel «mostrar moderación» en su operación en la Margen Occidental, pero no le pide detener las operaciones contra Hamas. Esto no es una coincidencia. Tampoco es una coincidencia que Jordania, similarmente, demande moderación, pero con un lenguaje más débil. Los jordanos saben mejor que nadie cuan peligroso es Hamas, incluso para ellos.
Pero nosotros, los israelíes, no debemos crear una situación que llevaría a Jordania, Egipto y Arabia Saudita a actuar en contra nuestra. Esto podría ocurrir si, por ejemplo, Israel lanzara una amplia operación militar en Gaza.
En la situación actual, cuando la calle dicta las movidas a los regímenes árabes y no a la inversa, una amplia operación en Gaza, que podría resultar en demasiadas bajas, podría volcar a los jordanos y a los egipcios a las calles, y entonces tanto el rey Abdullah como al-Sisi tendrían dificultades para seguir con este silencioso apoyo a las acciones de Israel.
Objetivo secundario – recuperar a los secuestrados
Después de la mayor y principal operación destinada a impedir el copamiento político de Hamas en los territorios palestinos, la segunda operación tiene la intención de encontrar a los adolescentes secuestrados y traerlos a salvo a casa.
Esta operación, evidentemente claro, es principalmente una operación de inteligencia. Aunque hay grandes fuerzas en el terreno, su actividad está dirigida principalmente a la recolección de inteligencia.
Las detenciones, los registros, los puestos de control y los cierres, a fin de cuentas, tienen el propósito de llevar a cabo la «inteligencia de oro» que permitiría a las fuerzas de seguridad capturar a los secuestradores y obligarlos a revelar dónde están escondidos los adolescentes secuestrados.
El envío de grandes fuerzas al terreno también está pensado como contingencia para la posibilidad de que los palestinos salgan a las calles y comiencen a manifestarse a gran escala como resultado de la intensa actividad de las fuerzas de seguridad.
La experiencia de la primera Intifada muestra que una gran presencia de tropas de las FDI en el terreno sirve tanto como disuasión y permite la dispersión rápida de las manifestaciones y sin derramamiento de sangre.
Es por eso que ahora hay tres brigadas y media de de las FDI sobre el terreno, además de ingeniería y otras fuerzas, que aparentemente no están directamente relacionadas con los esfuerzos de encontrar a los adolescentes secuestrados. Pero serán llamadas a la acción siempre y cuando la situación se agrave por cualquier razón. Estas brigadas también son necesarias para suprimir otro peligro – crímenes nacionalistas judíos.
En la búsqueda de los adolescentes secuestrados, debemos mostrar paciencia. Los secuestradores fueron hábiles y aprendieron las lecciones de frustrados intentos de secuestro anteriores. También conocen bien el difícil terreno y cuentan con el apoyo de la población. Además, disfrutaron de la ventaja del tiempo – ocho horas que les permitieron esconder bien a los adolescentes secuestrados – y a ellos mismos.
Todo esto les da una ventaja que sólo puede ser superada con el terco trabajo de Sísifo, que produce resultados. ¿Cuándo? Es difícil de decir. Incluso podría tomar años; también hay que reconocerlo. Hemos estado en esta situación antes, cuando los soldados de las FDI Avi Sasportas e Ilan Saadon fueron secuestrados y asesinados.
Los secuestradores serán finalmente atrapados, y podrían tener que confesar dónde escondieron a los adolescentes secuestrados. Mientras tanto, están siendo cuidadosos e incluso todavía tienen que comenzar con la negociación, porque se sienten como si las FDI les pisaran los talones. Una sensación que está probablemente justificada.
Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
http://www.ynetnews.com/articles/0,7340,L-4531605,00.html
Debes estar conectado para publicar un comentario. Oprime aqui para conectarte.
¿Aún no te has registrado? Regístrate ahora para poder comentar.