El Profesor Kobi Peleg (55) está acostumbrado a tomar decisiones desgarradoras. Fue llamado, en numerosas oportunidades, para manejar los esfuerzos israelíes en el alivio de situaciones de desastres naturales. La última fue cuando lideró a un equipo de soldados israelíes que traían ayuda médica al centro de Filipinas, como consecuencia de un tifón masivo, acontecido en noviembre, 2013. Su primera vez fue en 1988, cuando acordó ser vice director del hospital de campaña de las FDI establecido en Armenia luego de un gran terremoto.
“La gente que se ocupa de desastres sabe que cada acontecimiento es diferente a otros”, dice el director de programas en manejo de emergencia de desastres de la Universidad de Tel Aviv. “Nunca se sabe para qué estar preparado. Se tienen lineamientos y supuestos básicos, pero tiene que ser muy flexible en cómo manejar la situación”.
En Filipinas, el Cuerpo Médico y Comando del Frente Interno de las FDI, puso en funcionamiento un hospital de campaña, durante dos semanas, en la Isla Cebú. Peleg trabajó de manera cercana con equipos de Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud, el Ministerio de Salud de Filipinas, el Ministerio de Relaciones Exteriores y el American Jewish Joint Distribution Committee (JDC).
“Mucho del alivio que dimos fue más humanitario y no para heridos, como lo fue luego del terremoto de Haití en 2010. Vimos alrededor de 2686 pacientes. Hicimos 60 operaciones, asistimos a 69 mujeres que dieron a luz y salvamos vidas, pero no todo fue el resultado directo del tifón”. Por ejemplo, Peleg aseguró fondos del JDC para pagar la extracción de un tumor ocular en una niña de dos años, porque sus padres no podrían afrontar el procedimiento. “La niña, en poco tiempo, afrontara una cirugía en la gran ciudad, y esperamos que – como resultado- una vida joven más será salvada por una suma relativamente pequeña”, informó Peleg desde el lugar. “Este es solo uno de los numerosos ejemplos”.
El equipo de 148 soldados israelíes llegó al norte de Cebú, bajo el comando del Coronel Ramtin Sabat, que encabeza la Unidad de Investigación y Rescate de las FDI, en la zona devastada. Las casas estaban destruidas o les faltaban los techos, había árboles arrancados y la infraestructura colpasada. La población local, de casi 230.000 personas, estaba sin electricidad en un clima cálido y húmedo. Trayendo generadores, alimentos, agua y equipamiento médico, incluyendo quirófanos y máquinas de rayos X, el equipo israelí trató, solo en la primera semana, a más de 1700 pacientes. Una mujer local, como agradecimiento, llamó a su hijo recién nacido “Israel” luego que naciera en el hospital de campaña.
Cuando los pacientes no podían ser tratados localmente, Peleg arregló la evacuación al hospital central de Cebu, a tres horas del lugar. Coordinaba los casos con la Ministro de salud provincial, quien, una y otra vez, decía que nunca había visto un trato tan cuidadoso a cada paciente como el del equipo médico israelí.
“Creemos que tenemos que ayudar a las gente de todo el mundo; estamos dispuestos a colaborar en todas las situaciones de emergencia, sin importar dónde estén”, dice Peleg.
“Cuando llegamos con nuestro hospital de campaña y equipos a Armenia, no teníamos relaciones formales con URSS, ni con Indonesia, donde fuimos luego del terremoto, a fines de 2009. No lo pensamos. Fui en dos oportunidades. ¿Si ayudaría a palestinos? Sin duda, para mí no es una pregunta”.
Peleg ayudó en Indonesia como parte de un equipo de Evaluación y Coordinación de Desastres de Naciones Unidas (UNDAC). Es uno de los cuatro directores de emergencia nacional de ONU en Israel. Durante su servicio en el Cuerpo Médico de las FDI, formuló procedimientos operativos estándar para incidentes de bajas internas masivas y las puso en práctica durante la primera guerra del Golfo. Luego que Peleg se retiró de lo militar (2001), pasó a ser director del Centro Nacional de Israel de Investigación en Medicina para Trauma y Emergencia del Instituto de Epidemiología e Investigación en Política de Salud del Instituto Gertner en el Chaim Sheba Medical Center en Tel Hashomer. Su permanencia comenzó durante un periodo de serios ataques terroristas en Israel. Peleg juntó todos los datos sobre incidentes de muertes masivas en la primera base de datos de su tipo, que está en uso en todo el mundo. “Incluso luego del ataque terrorista en la maratón de Boston (2013), el New Yorker citó a un director de emergencia diciendo que usaban la Base de Datos De Trauma Nacional Israelí”, dice Peleg.
Les da un profundo agradecimiento a su esposa y a sus dos hijos por apoyarlo en sus difíciles y peligrosas misiones internacionales. Siempre tiene que dejar todo y correr. “Cuando uno se ocupa de pérdidas masivas y desastres, hay que ser muy cuidadoso y ser sensible, por un lado, y suficientemente duro para tomar decisiones muy, pero muy, difíciles”; dice Peleg. “Con lo que uno trata en con esas situaciones es quién tiene una alta opción de sobrevivir. A veces, se sabe que alguien murió porque no había suficientes recursos para tratarlo. Al fin de cuentas, se trata de salvar el mayor numero de vidas posibles y eso es algo a tener en cuenta, siempre”.
que Dios lo bendiga