Las negociaciones para un alto el fuego entre Israel y Gaza son complicadas y están destinadas a ser interminables. Esto se debe principalmente a la determinación de Hamas de abandonar el campo de batalla con logros claros de su ala militar, especialmente a ojos de la población de Gaza. Estos logros deben ser lo suficientemente claros como para justificar ante la calle palestina – también en Judea y Samaria – la intensificación de los disparos contra Israel, que resultaron en la Operación Margen Protector. Además, Hamas no ve a Egipto como un mediador honesto y quiere que Qatar y Turquía participen en las negociaciones, considerando que no tienen prejuicios. De hecho, lo que está sucediendo ahora son negociaciones acerca de las negociaciones, con lucha.
Mientras tanto, los que sufren son las personas de la población de Gaza, entre los que Hamas se esconde y lucha. Hasta el sexto día de la operación de las FDI, parecía que los civiles de Gaza apoyaban la coalición de Hamas y la Jihad Islámica, en particular la de sus alas militares, que están manejando los combates. El martes se vio un cambio en este apoyo.
Los civiles de Gaza, incluidos los partidarios de Hamas, han comenzado a expresar resentimiento hacia las organizaciones militantes que han convertido sus vidas en un infierno. Tales expresiones de insatisfacción, tanto a los periodistas extranjeros como en conversaciones privadas, se han vuelto cada vez más comunes, y bien podrían marcar el comienzo de disturbios en contra de Hamas.
Entre los miembros del establishment de defensa de Israel, esto fue visto como una señal de que los objetivos de la operación, debilitar principalmente a Hamas, estaban al alcance, y empezaron a creer que la organización no tardaría en tratar de poner fin a los combates. Pero, sorprendentemente, tales predicciones no se han cumplido. Hamas insiste en ciertas condiciones para las negociaciones – no sólo en cuanto a la elección del mediador, sino también exigencias intrínsecas a Israel, a Egipto y a Mahmoud Abbas (Abu Mazen). En esto, los respectivos líderes de la Jihad Islámica y Hamas están totalmente coordinados y tienen las mismas demandas.
Los jefes de defensa israelíes también se sorprendieron por la deslucida respuesta a los folletos de las FDI y los mensajes electrónicos advirtiendo a los residentes de los barrios del norte de Gaza que evacúen. Las FDI informaron a las más de 100.000 personas de estas áreas que se estaba preparando para atacar y que deberían abandonar para evitar daños. De las alrededor de 120.000 personas en esos barrios, sólo 20.000 se refugiaron en instalaciones de UNRWA. La mayoría permaneció en sus casas tras las amenazas de Hamas. Si abandonaban, anunció Hamas, ajustarían cuentas con ellos después de la guerra.
Hamas también instruyó a la agencia para refugiados de la ONU, no abrir sus instalaciones como refugios para los que huyen de los barrios que han recibido advertencias de las FDI. Funcionarios de UNRWA se negaron, y es probable que Hamas trate también de ajustar cuentas con ellos después de la operación.
Pero el problema fundamental es que los habitantes de Gaza tienen más miedo de desobedecer a Hamas que de ignorar las advertencias de las FDI. Israel tuvo una evaluación muy diferente de esto antes de la operación, cuando los funcionarios de las FDI conjeturaron que la mayoría de la población de los barrios del norte de Gaza los desocuparían, como fue el caso en el sur Líbano durante la Segunda Guerra del Líbano
http://www.ynetnews.com/articles/0,7340,L-4544714,00.html
Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
COMO PARA NO?