Suena la sirena. Mi esposa y yo salimos hacia el lugar protegido del edificio. Mi hija y mis nietas también salen de su casa, el departamento ubicado justo frente al mío. Las caritas de mis nietas muestran temor, pero también se las ve tranquilas. Saben que están en un lugar seguro, saben que hay un sistema Cúpula de Hierro que derriba los misiles, saben que hay un ejército que está luchando por su seguridad y la seguridad de millones de niños de todo Israel.
De pronto una imagen llega a mi mente, la imagen de otro niño en otro lugar. Ahí no hay sirenas, ahí no hay lugar seguro, no tiene a donde ir, porque aquellos que gobiernan en ese lugar, envenenados por una cultura de odio y muerte, lo ponen en primera fila, impidiéndole huir de las bombas. Su objetivo es exhibir después obscenamente su cuerpito ensangrentado como víctima inocente de las bombas de Israel.
Sin embargo, no es Israel culpable de esa muerte, Israel sólo lanzó esa bomba que lo mató para destruir una lanzadera de misiles que desde la casa de ese niño está disparando hacia otros niños israelíes.
¿Entonces quién es culpable de esa muerte?
Aunque parezca extraño el menor de los culpables es Hamas. Ellos simplemente son fanáticos enloquecidos por una doctrina que hace un culto de la muerte.
Tampoco es Irán el gran culpable, a pesar de su prédica de odio y de suministrar armamento a Hamas.
No, los culpables son otros.
Es culpable Qatar, por suministrar fondos a Hamas.
Es culpable la UNRWA, que devuelve a Hamas los misiles hallados en sus escuelas y permite que se las use como base de lanzamiento.
Es culpable la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, integrada por una gran cantidad de países en los cuales los Derechos Humanos son permanentemente pisoteados, que en forma automática condena a Israel, sin tener en cuenta los Derechos Humanos de los civiles israelíes.
Es culpable la Unión Europea por enviar millones de dólares a Hamas, dólares que son empleados para comprar armas y no para ayudar al pueblo.
Es culpable EEUU con su política totalmente equivocada en Medio Oriente y con la ceguera de su gobierno con respecto a la realidad del mundo.
Es culpable la izquierda, que vive enceguecida con su discurso sesentista y organiza manifestaciones de apoyo hacia un grupo dictatorial que quiere establecer un gobierno teocrático a nivel mundial. Y organizan “Flotillas Humanitarias” tratando de romper un bloqueo que es completamente legal de acuerdo a las Convenciones de San Remo.
Son culpables los corruptos gobiernos latinoamericanos que siguen echando a EEUU la culpa de su propia incapacidad de llevar adelante sus países, y creen que al atacar a Israel atacan al “enemigo imperialista”.
Es culpable la Autoridad Palestina, con su política ambigua y su negativa a negociar como está estipulado en los Acuerdos de Oslo.
Es culpable la ONU por no tomar la decisión de enviar una fuerza internacional que desmilitarice Gaza y restaure la paz en la región.
Todos ellos son culpables de alimentar al monstruo. Todos ellos son culpables de que, gracias a Hamas, el futuro de ese niño de Gaza sea truncado.
Que la sangre de ese niño y de otros tantos niños de Gaza caiga sobre ellos.
lloro por los niños israelies asesinados por los palestiinos desde mayo de 1947 y lloro pòr los niños palestinos utilizados como escudos humanos por sus propias madres