Israel avanza en su operativo contra Hamás en Gaza, pero está perdiendo su reputación entre la comunidad internacional, según un análisis de «The Economist». La formación de dos Estados podría ser la única solución al conflicto, sugiere la revista.
En el pasado Israel pasaba por ser uno de los países más desarrollados de Oriente Medio con un fuerte apoyo del Congreso de Estados Unidos, sostiene «The Econimist».
«Ahora, mientras Israel vence en la guerra, no logra ganar reputación entre la comunidad internacional», sugiere la publicación. El análisis subraya que en la situación actual resulta crucial que Israel preste atención a las voces críticas.
Muchos europeos creen que los israelíes son racistas. De hecho, sólo el 39% de los encuestados en Estados Unidos, donde la mayoría de población solía apoyar a Israel, justifica la política israelí, mientras que un 75%, con menos de 29 años, se muestra contraria a las acciones del Estado judío.
Así las cosas, no es de extrañar que muchos israelíes crean que la crítica es sólo una fachada que encubre un odio hacia los judíos en general. Sin embargo, subraya la revista, la opinión pública es importante y sería un error que el país la ignorara completamente.
«El cambio en la opinión pública se justifica porque Israel es responsable de la muerte de más de 1.800 palestinos en las últimas semanas. Aunque se pueda sostener que Hamás es una organización terrorista, ningún Estado democrático puede estar orgulloso de una estrategia militar que desemboca en la muerte de tantos niños», agregó el análisis.
Según la publicación, Israel debe prestar atención a propuestas de solución que pasarían por la creación de dos Estados, lo que podría ser el único modo de terminar el conflicto.
«Sin la formación de dos Estados los israelíes y los palestinos se quedarán en la misma área», supone el artículo.
«Israel convertió Gaza en una cárcel al aire libre y sigue manteniendo el bloqueo para contener a Hamás», añade «The Economist».
Tras estas medidas, unidas al control de seguridad en Cisjordania, muchos palestinos se indignan y empiezan a simpatizar con los islamistas. Si Israel pierde el apoyo de los palestinos moderados – opinia la revista – la población en Cisjordania también podría estallar.
Según la revista, el primer ministro Binyamín Netanyahu pronto tendrá una gran posibilidad de demostrar que no hizo oído sordos a las críticas. Después de la probable derrota de Hamás en Gaza Israel podría volver a negociar, pero esta vez podría proponer una solución factible para garantizar paz en la región.
«Cada político que apoya a Netanyahu debe persuadirlo para que lo haga», destaca el análisis
«peor seria perder 6 millones mas de Judios!»