El aparato de seguridad de Israel pensaba que tenía una inteligencia adecuada sobre Gaza. Y fue absolutamente sorprendido. No solamente era el laberinto de túneles descubiertos, mucho más extenso de lo esperado, sino las reservas: miles de armas, misiles antitanque rusos, artefactos explosivos, y grandes cantidades de tranquilizantes, esposas, jeringas, cuerdas. Herramientas para capturas y secuestros a gran escala.
Algunos de los túneles son muy profundos, lo suficientemente grandes como para que circulen vehículos. Fueron excavados con martillos eléctricos, en su mayoría a unos 20 metros por debajo del suelo, y reforzados con hormigón realizado in situ en los talleres adyacentes a los túneles.
Los túneles servían como centros de mando, puntos de infiltración en Israel, almacenes de armas, escondites de lanzadores de cohetes, y vías por donde se movían y ocultaban los combatientes durante el combate urbano. Los túneles excavados en Israel fueron creados en parejas paralelas, con múltiples ejes a la superficie en los múltiples puntos de entrada. Dentro de la Gaza urbana, el laberinto podría permitir a los combatientes moverse sin ser vistos entre sus casas y callejones.
Gaza había sido atado con alambre para la guerra, y en una escala más avanzada de lo que esperaba la inteligencia militar israelí, y esa fue la razón por la que las Fuerzas de Defensa de Israel perdieron a más de 40 soldados en la primera fase perimetral la Operación Margen Protector.
Las áreas de las ciudades estaban unidas con cientos de trampas explosivas. El comandante de la División de Gaza del IDF, el brigadier general Mickey Edelstein, manifestó que en una sola calle en Khan Yunis, en el sur de Gaza, los soldados habían encontrado bombas-trampa en 19 de 28 hogares. Tres soldados israelíes murieron por un artefacto explosivo cuando entraron en un edificio designado como una Agencia de las Naciones Unidas para la Ayuda a los Refugiados de Palestina. El ejército israelí ha admitido que estaba sorprendido por la magnitud de las trampas de bombas por toda Gaza.
Israel ha estado participando de este modo en un combate terrestre muy limitado en Gaza, ya que toda la zona era una trampa repleta de explosivos, emboscadas y objetivos civiles. El centro de control militar más grande conocido de Hamas estaba colocado en el sótano de un hospital.
Es por eso que el uso por el ejército israelí de los bombardeos ha creado un pesado coste en vidas civiles.
»Hamas ha planeado estos túneles durante años, y planeaba utilizarlos para secuestrar a soldados», dijo el principal portavoz del IDF, el brigadier general Moti Almoz, en una reciente conferencia de prensa.
En realidad, se ha comprobado que Hamas tenía una agenda mucho más amplia. Los secuestros podían asestar tanto golpes psicológicos a Israel como estratégicos. Hamas quería golpes estratégicos. Quiere la yihad. Después de haber dedicado tanto esfuerzo a los preparativos de la guerra, según algunas estimaciones el 40% de su presupuesto, Hamas, con Irán, creó la capacidad para realizar un ataque importante contra Israel.
La inteligencia israelí está reuniendo pruebas del laberinto de túneles y de los miembros de Hamas capturados, y de la escala de un esfuerzo que iba a tener la capacidad de lanzar un ataque coordinado que implicaría a miles de los aproximadamente 15.000 combatientes capacitados de Hamas en Gaza.
Hamas también ha duplicado su arsenal de cohetes entre el 2012 y este año, con cientos de misiles que pueden alcanzar Jerusalén y Tel Aviv según el jefe de investigación de la inteligencia militar del ejército israelí, el brigadier general Itai Brun. Misiles más poderosos iban de camino en marzo, suministrados por Irán y procedentes de Siria, pero la nave de carga Klos-C, un buque iraní bajo bandera panameña que llevaba la carga de los misiles M-302 tierra-tierra, fue interceptado por las fuerzas especiales israelíes de la Marina en el Mar Rojo.
Con cada revelación en las últimas semanas, el estado de ánimo dentro de Israel es que la operación Margen Protector ha evitado una catástrofe para el país, un ataque terrorista masivo emergiendo desde el subsuelo e incubado por el odio implacable de Hamas.
La magnitud de la infraestructura bélica revelada da garantías de que Israel estaba lejos de conocer la magnitud de esta operación. Todavía no se sabe la escala completa de lo que se construyó, lo que se quería con este trampolín para la guerra y lo que se ha destruido. Algunos túneles también se han descubierto en Cisjordania, algunos abastecidos con materiales para fabricar bombas.
Es por esto que el gobierno de Israel, y su opinión pública, reaccionó con furia cuando el secretario de Estado de EEUU John Kerry sugirió la semana pasada que Israel acordara un alto el fuego que incluyera un cese de su operación para encontrar y destruir los túneles. La propuesta fue considerada simplemente como absurda. (Las abundantes referencias a un lavado de cara de Kerry reflejan el desprecio con que llevó a cabo su proposición.) Incluso el famoso escritor israelí, y conocido pacifista, Amos Oz, ha condenado a Hamas por crear una red de guerra a través de la población civil de Gaza. En el otro extremo del espectro político, el ministro de Economía Naftali Bennett, el líder del partido nacionalista Hogar Judío, manifestó de los preparativos de guerra descubiertos: »Sin la operación terrestre, hubiéramos despertado un día con un 11-S israelí».
Tal es la naturaleza del debate entre Israel y Palestina que muchas personas consideran todo esto como cosechas que siembra Israel. A pesar de que Israel golpea contra una máquina de guerra, se le culpa de crear las condiciones que motivaron la amenaza. El resultado de esta trampa de la lógica – y la norma diferencial aplicada a los musulmanes asesinatos por judíos y por otros musulmanes -, es que la mayoritaria cobertura de los medios, y la indignación, se ha dirigido hacia Israel por las muertes no intencionales de niños en Gaza, algo que nunca sucede con la matanza de musulmanes por musulmanes, en una escala mucho más masiva en Irak y en otros lugares. Sólo en Siria, en tres años de guerra, se ha visto morir a entre 120.000 y 170.000 personas, entre ellas a más de 11.000 niños. Esta violencia también ha derramado en Irak, con masacres atávicas de los presos por los yihadistas del Estado islámico.
Las profundas animosidades son la fuente última de este sangriento absolutismo que incluso se ha podido escuchar en las calles de Sydney la semana pasada, en los cánticos de los manifestantes, algunos incluso ondeando la bandera negra del Estado Islámico: »Palestina es tierra musulmana… Judíos y cristianos no permanecerán… De Lakemba a Gaza… Nunca se podrá detener al Islam».
Ha sido un golpe de suerte el que los asesinos de Hamas secuestraran y mataran a los tres adolescentes mártires de Israel. Dios escribe recto con renglones torcidos.