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| domingo abril 28, 2024

¡Perdón, Israel!, parte 2


Israeli-flag

¡Perdón, Israel! Porque desde que se firmó el armisticio (1949) hasta la Guerra de Suez (1956), Egipto entrenaba fedayines que partían desde Gaza con el propósito de cometer la mayor cantidad posible de asesinatos contra civiles. No hubo protestas ni condenas por esa criminal agresión. Ninguna.

En 1956 estalló el conflicto por el Canal de Suez. Israel necesitaba poner fin a la incesante incursión de fedayines. Quería hacer saber al presidente Naser que sus delitos no serían tolerados. En poco tiempo conquistó Gaza y la entera Península del Sinaí. Pero un acuerdo de Estados Unidos y la Unión Soviética exigió el inmediato retiro de Israel, sin que obtuviera ningún compromiso sobre el cese de las incursiones de fedayines. Sólo consiguió que un contingente de la ONU patrullase su frontera.

Los atentados contra Israel prosiguieron, como era de prever. No sólo desde Egipto, también desde Siria y Jordania. En 1967 Naser decidió borrar a Israel de una santa vez. Se armó y desafió sin disimulo. Bloqueó el Golfo de Akaba. Llenó de tropas el Sinaí. Manifestó que se lanzaría a una guerra despiadada desde el sur, mientras Siria bombardearía desde el norte. Exigió que las tropas de la ONU se fueran, para tener abierta su llegada al corazón de Israel.

¡Perdón, Israel! El mundo no se manifestó contra este inminente genocidio. Un genocidio de verdad. La ONU, en vez de aumentar su dotación de fuerzas para impedir la matanza, obedeció a Naser. Entonces Israel, ante un riesgo mortal, tomó la iniciativa poco antes que sus enemigos. Fue la Guerra de los Seis Días, en que derrotó a Egipto, Siria y Jordania.

Pero de nuevo el mundo no fue justo con Israel. Resonaba en todos los medios internaciones la exigencia de que Israel se retirase de los territorios conquistados. Era el triunfador y debía comportarse como el vencido. Era la primera vez en la historia del mundo que se realizaba semejante inversión de roles. Los diplomáticos no accedieron a respaldar la legítima exigencia de Israel para que terminase la hostilidad árabe. No machacó sobre el deber árabe de reconocer a Israel y permitir que esa región empezara a vivir en paz. Una paz duradera. No. Predominó la tesis de que Israel debía retirarse sin exigir nada. Como si hubiera sido quien había deseado esa desproporcionada guerra. Los dirigentes de los países árabes se reunieron en Jartum (Sudán) y firmaron los célebres y nefastos Tres Noes: no al reconocimiento de Israel, no a la paz con Israel y no a las negociaciones con Israel. Semejante ofensa y agresividad no fue replicada por el mundo como merecía. Y las consecuencias se hicieron sentir. Porque siguió el clima de guerra, la inseguridad y el cultivo del odio. ¡Perdón. Israel!

Mientras, en los territorios que antes habían pertenecido a Egipto, Siria y Jordania, los árabes recibieron buen trato por parte de las autoridades israelíes. Sus municipios continuaron siendo gobernados por árabes, lo mismo que sus mezquitas, escuelas, centros de salud, organizaciones sociales y demás instituciones. Empezaron a mejorar su nivel económico por la afluencia de turistas y el intercambio comercial con el resto de Israel. Sus espacios eran recorridos sin problemas. No había muros de separación ni checkpoints. Muchos jóvenes que habían sido jordanos empezaron a estudiar en establecimientos israelíes.

Hasta que el clima de mutuo acercamiento fue roto por los atentados de varios grupos terroristas, en especial la OLP. Baste de ejemplo el asesinato de atletas israelíes en las Olimpíadas de Munich.

***

En octubre de 1973 Egipto sorprendió a Israel durante el recogimiento de Iom Kipur. Su inesperado ataque le dio una gran ventaja. Siria atacó por el norte. La conflagración fue más sangrienta que nunca. Israel podía ser derrotado y, en consecuencia, desaparecer. Es el único país del mundo que no puede permitirse una sola derrota, porque implicaría su extinción. ¡Perdón, Israel! Porque el mundo se limitó a contemplar. Tras duras batallas, Israel logró expulsar al invasor. Entonces comenzaron las negociaciones, que exigían –otra vez– retiradas israelíes sin compromisos de la otra parte. Los sacrificios y esfuerzos sólo debía hacerlos Israel. Nada importante se pedía a los Estados árabes. Basta con leer la prensa de ese tiempo. ¡Cuánta discriminación!

Unos cinco años después el presidente Anuar el Sadat de Egipto se ofreció a visitar Israel como gesto de buena voluntad. Israel lo aceptó enseguida, con enorme júbilo. Sadat se asombró por la vibrante bienvenida que le dio la población, que hizo flamear banderitas de Egipto e Israel en el camino que llevaba del aeropuerto hasta Jerusalén. Como registra la historia, este gesto fue recompensado por Israel con enormes concesiones: devolvió pozos petroleros, carreteras y aeropuertos en el Sinaí, cedió los hermosos centros turísticos que había construido en Sharm el Sheik y Taba. Incluso ofreció entregarle la Franja de Gaza, pero Egipto prefirió no hacerse cargo de los palestinos que allí vivían. Fue otra prueba del inconfesado malestar que le producen.

Las organizaciones guerrilleras palestinas, con apoyo soviético y cubano, ignoraron el camino de la paz y aumentaron sus ataques contra objetivos civiles. La OLP se hizo fuerte en Jordania e intentó apoderarse de su Gobierno. Entonces el rey Husein no tuvo piedad y lanzó sus tropas contra ella. Siria no le permitió refugiarse en su territorio. Los palestinos, cercados, sufrieron la muerte de unas veinte mil personas. Los jefes de la OLP consiguieron llegar al Líbano y, desde allí, organizaron nuevas incursiones asesinas contra Israel. ¡Perdón, Israel! El mundo no condenó con fuerza semejante conducta. La paz con Egipto había demostrado la voluntad conciliadora de Israel y ya no se justificaba seguir con estas agresiones. Pero los atentados no cesaban. Entonces Israel se vio obligado a ingresar en el Líbano para terminar con la plaga. Por desgracia, los conflictos étnicos, religiosos y políticos que existían en ese país agravaron esa trágica conflagración. Finalmente, la cúpula de la OLP decidió emigrar a Túnez.

Pero la acción corrosiva de las organizaciones guerrilleras envenenaron la atmósfera en los llamados territorios ocupados (que Israel tuvo la prudencia de no incorporar a su soberanía, como había hecho Jordania en 1949). El resultado fue un levantamiento llamado Intifada que sorprendió tanto a israelíes como a árabes. 

Mientras, el mapa del Medio Oriente sufría graves sacudones: en Irán se impuso el régimen de los ayatolás y pronto estalló una espantosa guerra entre ese país e Irak. En el sur del Líbano se afirmó la organización chiita Hezbolá. Después Irak se apoderó de Kuwait y estalló la primera Guerra del Golfo. El líder de la OLP se embanderó con el presidente de Irak, que terminó derrotado.

Fue el momento en que Israel consideró posible llegar a un acuerdo con la desprestigiada OLP. El debilitado Arafat aceptó participar en las conferencias de Oslo y se dieron grandes pasos hacia un arreglo amistoso. A partir de ese momento, y gracias a la aparente buena disposición de los árabes, Israel permitió que los árabes de Palestina consiguieran lo que jamás tuvieron en toda su historia: un Gobierno autónomo. Nunca, pero nunca, los árabes de Palestina pudieron obtener semejante institución. Entendemos que no les alcanza, que quieren más, que prefieren un Estado independiente. Muy atendible. Pero ese Estado será viable en la medida en que esté comprometido con la paz y el desarrollo. No para imitar a Hamás y construir túneles que permitan asaltos al corazón de Israel o acumular perversamente misiles y explosivos en escuelas, hospitales y mercados para que no se los pueda combatir sin generar víctimas civiles.

¡Perdón, Israel! Por no exigir a la Autoridad Palestina –que existe gracias a ti– una conducta orientada hacia una paz confiable y duradera. Por no exigirle que estimule sentimientos de confraternidad con los judíos. Por no acusarla de permitir –y estimular– prédicas llenas de odio

 
Comentarios

soy peruano y he llegado a estimar tanto a israel que me preocupa su futuro tanto como si se tratase del mio. Esa idea de «lanzar a los judios al mar» siempre vivira en las entrañas del palestino. Con esto digo que nunca habra paz con los arabes. Me preocupa mucho que los politicos de derecha religiosa le resten importancia a la consolidacion de la mayoria judia, necesaria para que israel no pierda su caracter judio. Insistir con anexionarse cisjordania es un suicidio demografico que generaciones futuras les maldeciran y culparan de las desgracias. Imaginense si la inmigracion judia de la ex URSS no se habria dado por ciscunstancias de la historia, la poblacion arabe en israel seria algo del 30 o 40% de la pobacion, cifras que nos habria indicado que el fin de israel estaba cerca como tantas veces paso a los hebreos de la antiguedad. Una retirada unilateral de cisjordania no es un suicidio, sino una opcion viable que con los avances en la tecnologia de armas defensivas como el domo de hierro, pueden dar mas tranquilidad a israel. Pero eso si, el conflicto con los arabes siepre estara presente, se retiren o no de cisjordania.

YO SOLO ME PREGUNTO..PORQUE TANTO ODIO HACIA NOSOTROS LOS JUDIOS Y A ISRAEL?????
AI lguien pudiera darme una explicacion entendible, estoy abierta a escuchar, no quiero
caer en lugares comunes como envida, palabra que escuche muchas veces…..

debemos estar mas unidos que nunca la union hace la fuerza,cuidemos a cada hermano como si fueramos nosotros mismos creo en la justicia divina !!!!!! los valores judios estan en nuestra tora no nos apartemos de ella

Buena pregunta, Bea. Me la formulé tantas veces….
La palabra envidia es la que mas explica eso, no encuentro otra y me convence.
Mirá las estadisticas de desarrollo, de logros, bienestar, desarrollo tecnológico y artístico de israel y comparalo con el de sus pobres vecinos. No es entendible?
Si alguien tiene otra respuesta, x favor que la diga.

Hay algo espiritual en todo esto, soy cristiano ante todo, Israel cumplió un propósito en el plan de Dios para que viniera el Mesías, Jesús, los judíos (la dirigencia religiosa entonces) , no aceptaron a Jesus, aparte de las muchas veces que se rebelaron contra Dios, a través de la historia han sufrido las consecuencias de la desobediencia que se menciona en el libro de Deuteronomio. Pero Israel todavía está en el plan profético de Dios, y se irá cumpliendo cuando los judíos se vuelvan al Jesús el Mesías, claramente identificado en Isaias 53, Dios dice en Zacarías 12:10 dice que en aquel día los judíos mirarán al que traspasaron, adios mismo, manifestado en Jesús, un misterio mencionado por el aposto Pablo en la epistola a los Romanos Cap. 11.

En cuanto a los musulmanes, en gran parte descendientes de Ismael, también hijo de Abraham, que se establecieron en la peninsula arabiga (Genesis 25:18) , Dios les habia profetizado a Ismael (sus descendientes) , que sería hombre fiero y contenciosos, Gen 16:12 y Gen 21:18, y hay unaq memoria ancestral de resentimiento por haber Ismael y su madre sidos expulsados de la tribu de Abraham, Y Dios ha permitido que a lo largo de la historia perturben a Israel,

Perdòn! Si Una y Otra ves, pero como Se entera el Mundo? Ahora por Los medios de comunicaciòn, es possible obtener noticias verdaderas. Los canales Como CNN, no informan, parecen tener agenda contra LA verdad.

A Israel le asiste la legitimidad histórica de ocupar el suelo sobre el que se asienta, y mas aún , si tenemos en cuenta, que tambien le perteneceriá hacerlo sobre el territorio de la actual jordania ….
Por si esto fuera poco, Israel acató la resolucion adoptada entonces por la ONU, con vista a fomentar la implatacion de dos estados en «palestina» uno judio y otro árabe, la cual fue desechada por estos últimos, dando lugar a la succesivas guerras a las que Israel se vió arrastrado, asi como a la aparicion de un terrorismo despiadado, que aun persiste en la figura de Hamas y Hizbulá … Si los palestinos se conforman finalmente como estado reconocido internacionalmente, se lo deberan paradogicamente a la existencia misma de Israel, algo que hubieran podido alcanzar desde el primer momento, de haber aceptado acatar entonces, la resolucion de la ONU a la que aludia anteriormente … conflictos, guerras, muertes, ruinas y desolacion, nos hubieramos evitado, de haberlo hecho asi, pero sabido es, que los «palestinos núnca pierden la oportunidad de perder la oportunidad» tal como acertadamente manifestára en su dia, aquel recordado ministro israeli de asuntos exteriores; Abá Eban …

Es importate recordar que Cisjordania es Judea y Samaria y que fue invadida por Jordania en el 48 para atacar a Israel desde ahí.Entonces,Jordania le cambio el nombre por el de Cisjordania.

Cisjordania se convertiría en una nueva Gaza si Israel de manera unilateral se retirará sin un tratado de paz.La cúpula de Hierro para parte pero no todos los ataques!

En cuanto a lo espiritual,yo soy cristiana pero no creo que jesús sea el mesías.Es más ni siquiera creo que se llamará Jesús! creo que el cristianismo es totalmente tendencioso respecto al tema.Pero si se que Jesús vivió y murió como judío.Te pido perdón Israel por el daño que té hacen los injustos de este mundo!

Por retomar el comentario de Rosa, estimo que «todos» en efecto deberiamos pedirle perdon a Israel, por los siglos de ostracismo y persecucion que ha debido padecer a manos de los injustos, en contrapartida con lo mucho y bueno que este pueblo ha sabido brindar a la humanidad en su conjunto …
Por ultimo desearia preguntarle a Rosa, ¿como se puede compatibilizar el reconocerse «cristiana» con la no aceptacion de la Mesianidad de Jesus? … jústo por curiosidad …

Holaa Eliseo perdona por tardar en responderte! En realidad no es muy complicado.Soy cristiana culturalmente porque vengo de un cultura cristiana pero yo creo en Dios a mi manera! si Dios se manifestó en contra del sacrificio de Isaac por que iba a enviar a un supuesto hijo al sacrificio? Dios está encontrar de los sacrificios! y lo de ser hijo de un Dios y una mortal es igual que Hércules! Si vemos el arte paleografía cristiano muchas el paganismo se fue cristianizando y viceversa.Hemos distorsionado al judaísmo
y a Jesús! una pena.

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