La noticia de que cientos de palestinos de Gaza se ahogaron el otro día cuando se hundieron las embarcaciones en las que trataban de llegar a Europa demuestra una vez más la hipocresía de la actitud mundial respecto a los palestinos. Al fin y al cabo, la comunidad internacional considera refugiados genuinos a dos tercios del total de habitantes de Gaza, aunque la gran mayoría de ellos hayan nacido y vivido siempre en la Franja. Y, como refugiados genuinos, no deberían haber tenido que embarcarse en desvencijadas naves de contrabandistas en un desesperado intento por llegar a Europa; deberían haber podido recurrir a la ONU para que se organizara debidamente su reasentamiento desde sus campamentos, al igual que hacen miles de otros refugiados todos los años. Pero no pueden, porque los palestinos son los únicos refugiados del mundo a los que se les niega el derecho fundamental al reasentamiento.
Es cierto que también son los únicos refugiados del mundo para los que la condición de tales es hereditaria y puede transmitirse a los descendientes a perpetuidad, generación tras generación. Según la definición empleada por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), que se encarga de todos los refugiados del mundo, excepto de los palestinos, sólo a unos pocos miles de ancianos gazatíes, que fueron desplazados personalmente en 1948, se les consideraría refugiados hoy en día, y no a los 1,2 millones que actualmente figuran en las listas de la ONU. Así que sería perfectamente legítimo que la comunidad internacional argumentara que los gazatíes no merecen tener derecho al reasentamiento porque en realidad no son refugiados.
Pero no lo hace. De hecho, el mundo no sólo ha adoptado la insólita definición de refugiado promulgada por la agencia exclusiva para los refugiados palestinos, la UNRWA, sino que apoya activamente esa definición financiando el presupuesto de dicha agencia, siempre creciente para mantenerse al mismo ritmo que la siempre creciente cifra de refugiados. Y una vez aceptada la tesis de que esos palestinos nacidos y criados en Gaza en realidad son refugiados procedentes de un Israel que nunca han visto, la comunidad internacional se ve moralmente obligada a asegurarse de que gozan de los mismos derechos que los demás refugiados.
En cambio, los palestinos son los únicos refugiados del mundo a los que se les niega el derecho al reasentamiento. Mientras que Acnur reubica a decenas de miles de refugiados cada año, la UNRWA no ha reasentado a un solo refugiado en sus 65 años de existencia. Al contrario: en las escuelas que gestiona para los refugiados palestinos adoctrinan a éstos desde el jardín de infancia en que no hay más que un camino para acabar con su status de refugiados: regresar a las ciudades o pueblos de Israel de los que huyeron sus ancestros; lugares que la mayoría de ellos no han visto en su vida y que, en algunos casos, ni siquiera existen ya. En resumen: como Israel nunca aceptaría voluntariamente a los cinco millones de refugiados de las listas de la UNRWA, ésta les dice que la única salida a su situación es la destrucción de Israel.
Según una encuesta realizada a finales de agosto, nada menos que a un 43% de los gazatíes les gustaría emigrar. Muchos de esos emigrantes en ciernes se encuentran, presumiblemente, entre los dos tercios de habitantes de la Franja registrados como refugiados, lo que significa que deberían tener derecho a ayuda para la reubicación. Así que aquí tienen una modesta sugerencia: los países occidentales, que son los principales donantes de la UNRWA, deberían coger un buen pedazo de los más de 1.000 millones de dólares que dan cada año a la agencia y gastárselo en reasentar a esos gazatíes que quieran marcharse. Eso no solo ayudará a los propios refugiados del enclave, sino que a largo plazo ahorrará dinero al reducir de manera significativa el número de refugiados al cuidado de la UNRWA.
Como alternativa, podrían decir a la agencia que ya no quieren seguir manteniendo la ficción de que sus cinco millones de refugiados lo son realmente, y que a partir de ahora sólo proporcionarán fondos para aquellos que se ajusten a la definición de refugiado establecida por Acnur. El dinero restante iría a parar a los Gobiernos de los países donde viven la mayoría de los refugiados de la UNRWA (fundamentalmente Jordania, la Autoridad Palestina y el Líbano), para ayudarles a que puedan proporcionarles los servicios que actualmente les presta la agencia de Naciones Unidas.
Pero seguir definiendo a los palestinos como refugiados mientras se les niega el derecho básico a reasentarse resulta inadmisible. Y todos esos occidentales que afirman estar tan preocupados por los derechos de los palestinos deberían ser los primeros en protestar por esta práctica hipócrita y discriminatoria.
http://elmed.io/los-unicos-refugiados-del-mundo-sin-derecho-reasentarse/
Mas allá del status de refugiados, que es un término diplomático, mas que definitorio de un grupo de desplazados por ciertas circunstancias, en este caso por las guerras, tanto entre paises como civiles, porque ya existen cientos de miles, se habla de mas de tres millones en Syria e Irak, el problema de los palestinos es totalmente artificial.
Existieron los Filisteos hace miles de años, pero reaparecen luego de la guerra de 1967, cuando Israel estaba amenazada de aniquilación por sus vecinos, que fueron aniquilados, por lo que deciden usar de forma terrorista a estos desplazados y armándolos, no solo materialmente sino inventándoles una identidad, que justificara sus actos como legítimos de independencia.
Por lo visto hasta ahora no ha dado resultado y ahora ya no saben como resolver el problema, y están utilizando a la ONU para escudo de lo que ya no tiene solución, mas que, un estado llamado Palestina. Esa sería la solución perfecta y el principal beneficiario de eso sería Israel. Ya no habría motivo para el hostigamiento terrorista.
Pero eso no está en la agenda de los radicales musulmanes, pues, también a ellos los dejaría sin objetivo a la vista.
Entonces de que estamos hablando aquí??