Las festividades del mundo industrial moderno cuentan con una forma, bastante definida, que atraviesa culturas ya sea que haya sido creado antes de la era moderna y con origen religioso (cristiano, musulmán, judío etc.) o en la era moderna como, por ejemplo, con los días de independencia de los estados modernos: la festividad es, ante todo, un día exento de trabajo.
La mayoría de la gente lo disfruta junto a su familia o amigos y aprovecha el tiempo para ocio, compras o paseos. La mayoría de las fiestas de la era moderna, se caracterizan por su familiaridad, por actividades dedicadas a los niños y a la cultura del consumo, en especial a la cultura de la comida que acentuó tradiciones étnicas.
Así es en el mundo moderno en pleno y así es, también, en Israel, por ejemplo, en Pesah. El Día del Perdón (Kipur) es excepcional no solo entre las festividades de Israel sino para el mundo entero. La total paralización del mercado y el transporte, los encuentros anuales callejeros y en las plazas, los niños y adultos que se apoderan de las calles alborozadamente, junto a la predominancia del ayuno (cerca del 70% de los judíos en Israel ayunan, según diversas encuestas); todo lo cual convierte la fecha en un día, sin comparación, en el mundo.
En general, los días de festividad son de creciente actividad ociosa que empuja, a muchos, hacia los estadios de fútbol, parques de diversiones, museos, cines y a quien prefiera permanecer en su hogar a la televisión o la computadora. En Israel, y solo allí, hay un día en el año en el que el dinero no toca las manos y la gente se ve obligada, por voluntad o forzadamente, a pasar 25 horas en un mismo sitio. ¿Cómo se logró? Tal como se sabe, muchas de las festividades judías – israelíes comenzaron como consecuencia de una iniciativa intencionada. Así fueron, por ejemplo, las ceremonias de siembra en Tu- Bishvat, promovidas por los maestros o las ceremonias con apoyo del KKL y la municipalidad de Tel Aviv.
También en esa ciudad, el Día del Perdón fue excepcional, dado que la paralización absoluta comenzó, de hecho, de manera casual. En los años ´20 del siglo pasado, en Tel Aviv, la municipalidad que se convirtió, con rapidez, en ciudad por su carácter de estilo tradicional de la sociedad burguesa urbana, la mayoría de sus habitantes buscaban asistir a la sinagoga en el Día del Perdón. En las sinagogas de Tel Aviv –aunque entonces había muchas más de las que permanecen activas hoy- era pequeño el espacio para absorber a todos los fieles y, muchos, salían a pesar por las calles, debido al ahogo y el encierro.
La costumbre se amplió, con rapidez, a todas las ciudades y barrios de Israel. Además, ya en los años 20, era común que los vehículos no circulen por la ciudad de Tel Aviv en el Día del Perdón. Y, sin viajar, tampoco es posible disfrutar y, por supuesto, trabajar. Ya en los años 70, los niños comenzaron a comprender el potencial oculto en las calles vacías y se apoderaron de ellas con sus bicicletas. Tal como en etapas anteriores, también en este caso, la costumbre surgió desde abajo, seguramente a partir de cambios económicos que provocaron que muchos niños tuvieran sus propias bicicletas.
En los años 90, los adultos entendieron, a su tiempo, el potencial del tema para aprovechar la paralización del tránsito y pasear por las calles vacías, sin el malestar de los vehículos. Es probable, por supuesto, que fueran esos niños que comenzaron con la costumbre, sin disponerse a renunciar a ello, en su vida adulta.En los últimos años, surgen interesantes interpretaciones a la paralización absoluta del transporte y el mercado en el Día del Perdón israelí, forzado por la sociedad (y no por el Estado o la ley).
Hay quienes ven en ello un símbolo de conciencia ambiental en un intento por reconstruir las relaciones del hombre con su medio, dañados por el vehículo mecánico, al estilo del “Día sin vehículos”, común en el mundo occidental y que se lleva a cabo en Israel cada año, de modo que, los activistas medio-ambientales en el resto del mundo pueden envidiar.
Hay quienes ven en ello un día en el año en el que se vuelve a los patrones de comunicación y transporte del mundo pre industrializado, antes del descubrimiento del teléfono y el coche, cuando la vida social se llevaba a cabo solo en un lugar y con las otras personas que se encuentran en el barrio o el pueblo.Y otros lo vinculan a los temas tradicionales del Día del Perdón; el pedido de perdón y el balance del hombre hacia su prójimo, y entre el hombre y el “lugar”, siendo el lugar no solo referido a Dios sino también el lugar físico, con quien debemos reconstruir las relaciones.
Sea cual fuera la interpretación brindada al Día del Perdón israelí, hay algo seguro: fue creado a partir de la costumbre y no al revés. A lo largo del siglo XX surgió, en Israel, una cultura judía nueva, aunque enraizada y popular, generada desde abajo, con origen en amplias capas sociales y, en particular, en los niños, sin iniciativa o mediación de las instituciones culturales o religiosas u organismos políticos. Esa cultura no es adepta a las raíces religiosas ni a la inspiración laica. Pero representa una cultura independiente: ni observante ni laica. Simplemente Israelí.
Att, CIDIPAL
Sin entrar a polemizar acerca del origen de las Celebraciones del Calendario hebreo, si conviene diferenciar aquellas que hallan en los Santos Escritos su referencia y su porqué, de aquellas otras que manan de preceptos rabinicos recogidos en el Talmud, o las que son consecuencia de costumbrismos, convertidos en tradicion …
Las primeras son de obligadao cumplimiento para todo judio observante, en tantos que las restantes pertenecen al ámbito de lo optativo …
Kipur se encuentra por derecho própio entre las primeras, hasta el punto que incluso entre laicos y moderados, se tiende a guardar ese dia, como algo muy especifico, al igual que sucede tambien con Pesaj, por su carater familiar y congregacional …
¿Es el judio el que dá sentido a esas celebraciones, o bien éstas las que confieren «identidad» a todo judio que se precie? … ahi dejo planteada la pregunta, respecto a la cual tengo como es natural mi própia respuesta …