Reunidos en El Cairo, a pocos metros de las grandes y descascaradas pirámides, los
futuros donantes de Gaza deambulan por los pasillos de sus respectivos hoteles de lujo y cavilan acerca de cuánto dar y con qué garantías de que su dinero será para el bien de las gentes de la destruida ciudad y no para la casta guerrera que rige con manos de hierro el destino algunos palestinos, no de todos. Hamás, entretanto, se rasca su negra capucha soñando con otro round, esta vez contra la Autoridad Nacional Palestina, a la que deberá aguantar y contra la que deberá lidiar en el lugar del que la echó. Sin duda acabará robándole privilegios y funciones como ha hecho hasta ahora. Considerando la historia de ambas facciones, es difícil pensar que llegarán a buen puerto juntas. Entre tantos bienintencionados donantes no estará Israel, que les da a los gazatíes algo más que bombas y misiles: electricidad y combustible, medicinas y otros productos.
Hasta el día de hoy es difícil que alguien, en la región, haya hecho por los árabes más que Israel, comenzando por los personajes del Corán, pero ningún país musulmán se atreve a reconocer esa deuda porque hacer tal cosa sería aceptar, de facto, que Israel está allí para su bien y no para su mal como han venido pensando los últimos cien años. Antes que donar dinero los países que se reúnen en Egipto en estos días deberían dejar de lado su retórica de dos estados para dos pueblos, pues si bien es cierto de que de un lado hay uno, el pueblo judío, del otro está también Irán, los hilos de cuya fúnebre influencia enlazan Beirut con Damasco y Gaza. Y quién sabe si no Qatar y Arabia Saudita también, por lo cual sigue siendo cierto la idea de Golda Meir a propósito de que los árabes deberían aceptar que tienen tierras y países de sobra para realojar a los palestinos y acabar por fin con los reclamos por los refugiados, y tanto dinero como el que se necesita para solucionar de una vez por todas el problema que tanto les preocupa. Eso, no obstante, no sucederá, ya que la Liga Arabe sigue hablando del viejo plan que sostiene que los judíos deben devolver todo lo ocupado tras la guerra de 1967 a cambio de relaciones diplomáticas plenas con sus miembros, miembros que desde la famosa primavera que tantas esperanzas suscitó, se están ahora mismo desangrando en sus conflictos intestinos. Por tanto, no venderá Israel su libertad de decisión por un consulado en el Yemen o una embajada en Irak.
Lo bueno, lo justo, sería no donar dinero a los gazatíes sino todos los materiales que se requieran para reconstruir su ciudad. Incluso dárselos gratis. Pues ya sabemos lo que los líderes palestinos, comenzando por Arafat, solían hacer con las donaciones de dinero: enriquecer de modo ilimitado sus propias arcas. Como dice el Evangelio de los cristianos, no tiene sentido dar margaritas a los cerdos. Acabarán pisoteándolas. Acabarán malversando una y otra vez la generosidad ilimitada de Europa y los Estados Unidos. En cuanto a los petrodólares se refiere, a sus dueños no les afectará perderlos, habituados como están a derrochar en propaganda y en ciudades de espejos en medio del desierto dineros habidos por la riqueza de un subsuelo que ni siquiera contribuyeron a crear
Tal como acertadamente se señala,en la ultima parte de este articulo, lo buenio y justo, seriá invertir en infrastructuras en lugar de inyectar cuantiosas sumas, cuyo destino y posterior utilizacion, distan mucho de ser aquellos para los cuales fueron donadas …
Supervisar todo aquello que en Gaza se haga, desde el instante que esas cantidades hagan en manos palestinas su aparicion, seriá ademas de lógico, conveniente, considerando el numero de ideseables precedentes,acontecidos hasta ahora, los cuales invitan a un ejercicio de prudencia y rigor constantes …
Sabido es, que ademas de engrosar cuentas bancarias, como la del que fuera leader de Fatah, el fallecido y funesto Arafat, una parte de esas sumas donadas por la U.E y los EE UU, han ido a parar a manos que no debian, las cuales procedieron a invertirlas en armamento, con el cual agredir sistematicamente a Israel …
Asi pues, aquellos que deseen colaborar con la reconstruccion de Gaza, deberán hacer un seguimiento pormenorizado, del enfoque y uso al que se destinará su ayuda