Iba a omitir esta previa, pero como nada es obvio por estos lares, pongamos la declaración de principios: la defensa de la seguridad de Israel o la crítica al terrorismo islamista no implica estar en contra de un Estado palestino. Al contrario, somos una mayoría los que, desde esa posición, estamos convencidos de que un Estado palestino es justo y es necesario.
Lo puntualizo porque quienes defienden posiciones contrarias, especialmente aquellos que consideran el antiisraelismo como un dogma de fe ideológico, tienden a pensar que el resto somos colonizadores del tres al cuarto contrarios al derecho palestino a un Estado propio. No sólo no es cierto, sino que soy de los que creen que Israel será el mejor vecino que podría tener un Estado palestino moderno. Desde luego, mucho mejor que las dictaduras atroces de la zona.
Sin embargo, del dicho al trecho faltan muchos kilómetros, y hasta que no se recorran, cualquier reconocimiento a Palestina sólo servirá para la medalla del buen progresista, pero ni resolverá el problema ni acercará la paz. Quizás, al contrario.
El artículo viene a tenor de la decisión del Gobierno de izquierdas sueco de reconocer a Palestina y la consiguiente petición del socialismo español, para que España haga lo propio. O sea, ¿que de eso se trataba, simplemente de reconocer al Estado?; ¿sin ninguna condición, exigencia, nada? Ergo, Suecia, y quizás España -que no Inglaterra, que lo ha rechazado- van a reconocer un Estado sin que sus líderes acepten la existencia de Israel, ni dejen de financiar al terrorismo, ni se corte la financiación de los amigos qataríes y colegas para hacer túneles, tirar misiles y matar a ciudadanos israelíes, ni cambie el enaltecimiento del suicidio asesino, ni se deje de ver a madres de hijos que asesinaron a jóvenes israelíes defendiendo la gloriosa inmolación en la televisión palestina, como vimos hace poco.
Nada, gratis total. O sea que Suecia, y quizás España, se quedarán tan contentos con su gesto para la galería, bendiciendo a un Estado que ni tan sólo garantiza que no trabajará arduamente para destruir a su vecino. Y mientras, el líder de Hamas, Jaled Mashaal, desde su casa en Doha, bien nutrido con el dinero del emir, continuará llamando a la yihad contra el gran Satán israelí. Es de locura. De locura que no sea necesario ni un mínimo pacto de no agresión, ni el compromiso de respetar la existencia del otro, ni, por supuesto, el final de la violencia islamista. Entonces, ¿de qué hablamos cuando decimos que hablamos de derechos y libertades? Porque es evidente que los palestinos deben tener un Estado, pero la previa es obligada: no puede nacer como base de guerra para destruir al vecino. O se juegan las reglas básicas o se pierde el juego. Lo que no es de recibo es reconocer a un Estado cuyos líderes no lo quieren para vivir en paz, sino para hacer más cómodamente la guerra.
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veo que en este sitio sois los “cachorros” de los movimientos colonos. El gobierno israelí ha sido secuestrado por una minoría que vela por los intereses de los colonos en Cisjordania, y que además, intenta mostrar sus posiciones como propia de la mayoría de los israelíes. Estos “imbéciles supremos” (netanyahu,naftali bennett, lieberman, likud, etc ) están en camino a destruir Israel. Son tan, pero tan imbéciles, que no ven que construyendo mas asentamientos terminaran anexionando todo Cisjordania y de la noche a la mañana tendrán a 3 millones de árabes más en sus patios. Entonces les diré lo que sucederá: la comunidad internacional dirá que si Israel no acepta un estado palestino, entonces la única opción es darle ciudadanía israelí, pleno derecho de voto e igualdad ante la ley. Tal vez Israel se niegue, pero con el pasar de los años, la presión internacional y nuevas intifadas no les quedara otra opción. Entonces se darán cuenta que es demasiado tarde, ya que debido al crecimiento de la población árabe y de los colonos, será imposible “separar” a los judíos de los árabes y el estado binacional habrá entrado en vigor, y por ende, la destrucción de Israel como un estado judío para los judíos.
LA SOLUCIÓN:
la solución es bastante simple: primeramente, la paralización completa en la construcción de asentamientos. Continuar con la ocupación militar hasta resolver la amenaza que representan los cohetes, proyectiles de mortero, artillería, túneles, etc. Creo que el iron dome es un importante avance en la defensa aérea de Israel, pero como vimos en el último conflicto, puede ser vulnerado con el lanzamiento de muchos cohetes simultáneos. La única solución es desarrollar aun más el Keren Barzel o láser antiaéreo, algo que incrementaría la seguridad hasta el 99% ya que es mas rentable y mas eficaz aun cuando se trate de derribar proyectiles modernos y precisos de hezbollah. Ya resuelto estas amenazas, Israel debería desmantelar todos los asentamientos y permitir un estado palestino.