Hace años escribí que el problema del mundo es que el mal es infinito y el bien finito,
el mal un derivado de la ignorancia y el bien una de las proyecciones de la sabiduría y el conocimiento, en especial porque el conocimiento siempre concierne al otro o lo otro, a lo que es objetivo, en tanto que el mal es el resultado de la ceguera moral a la vez que en un derivado de la fatuidad de creerse el centro del mundo, algo a todas luces subjetivo e incierto. Y eso es lo que le sucede al Islam, que se cree el centro del universo apoyado en una numerología que lo avala y en el éxito teatral de las decapitaciones que el Estado Islámico lleva a cabo. Quien crea que los recientes asesinatos de los judíos que rezaban en su humilde sinagoga de Jerusalén no tiene nada que ver con Hamás o con los súbditos y sirvientes del califato se equivoca, pues se trata de la misma lacra, la misma e infinita imbecilidad islámica, devota de ese gusto truculento por la violencia que se extiende de las Filipinas a Afganistán y desde lo que queda de Irak a Siria o Libia. El Islam está enfermo de sí mismo, ciego y sordo para todo lo que no sean sus razones. Le falta amor, piedad y compasión, por decir poco.
De hecho está arruinando su propia herencia, sus siglos de oro-que tanto deben a las traducciones de los clásicos griegos-, las vetas de tolerancia que durante ciertas épocas mecharon su historia. En cuanto a que el bien es finito, basta para constatarlo pensar en el número de misioneros cristianos de buena fe que trabajan en Africa o en América en defensa de los más desprotegidos, evocar a los médicos militares judíos que curan a sus enemigos sirios de toda la vida en la ardiente frontera norte, mencionar a los donantes norteamericanos y europeos que creen que sus onegés sirven de verdad para aliviar el dolor y la pobreza ajenas. Basta, en suma, pensar en todos aquellos científicos que exploran los remedios del futuro, entre los que hay muy pocos chiíes y menos sunnitas ¿Dónde están las organizaciones árabes que ayudan a los que no son como ellos? ¿Dónde están los médicos musulmanes curando a los b’aháis heridos por la turba iraní? ¿Dónde, dónde está el bien talibán?, me pregunto. Su dinero, el dinero saudí o qatarí puede comprar clubs de fútbol o compañías de televisión, lo que no puede es comprar bondad y manifestarla. Lo que no puede es pensar en el bien de lo diferente. Lo que no puede es aceptar que fuera del Islam ¡el mundo es todavía, en medio de sus miserias y desgracias, plural y solidario!
No hay, en todo el ámbito del Islam, un pensador como Buber o Levinas, quienes apostaron por la alteridad, por la relación yo-tú, siendo el tú del otro tanto o más importante que mi yo. Lo que sí hay es salafismo, yihadismo, propagadores del venenoso odio de su ignorancia. La guerra en curso durará más de lo previsto y tendrá momentos más cruentos aún. El que no acepte reconocer con claridad al enemigo deberá, tarde o temprano, y tal vez por la fuerza, descubrir que es su propio y futuro decapitador.
Según los medios de cominicación, digitales o escritos y mediante la globalización, muy rápido se va descubriendo la dinamica social mundial. En este momento lo central está ocupado por el Islam y el mundo árabe, desde su primavera, y en este momento de pre apogeo, porque este vendrá cuando comiencen a matarse en masa, hasta su otoño e invierno con su gran capacidad de auto-genocidio, comenzará un declive de la violencia y el acomodamiento a una forma de vida mas civilizada.
No hay grupo humano, ya sea grande o pequeño, que en algún momento no se cance de la violencia, de la sangre y comience un nuevo proceso de calma. Con el Islam, vemos como estos siclos de violencia y expanción se repiten y el caso mas digno de estudiar es la expansión Turca hacia el oeste en 1540, invadiendo hastas las puertas de Venecia, y fué cuando el Papa de ese momento declaró ‘ me levantaré en armas contra el turco. Allí comienza un rearme del Catolicismo con España, Roma y Venecia, construyendo una avanzada flota que culminará su confrontación definitiva en la ‘ Batalla de Lepanto ‘, digno capítulo de estudiar para comprender un proceso que se repite cada 500 años. Y hay una conexión muy cercana con lo que hoy acontece en ese mundo extraño, a la paz y al progreso cultural-científico.
Pero no es un mal infinito, desde la independencia de Israel, se están viendo cambios demográficos en la región y las diferentes tribus están buscando sus identidades, solo que al no hacerlo de forma pacífica sino sangrienta, no pasarán mucho años en que la región se transforme en un gran conglomerado de pequeños estados, luchando todos contra todos y ese proceso ya ha comenzado, uncluso hay indicios ya de estar-se fomentando dentro de Israel, lo que hay que evitar a toda costa, so pena de perder la brújula que hasta ahora ha sido la iluminación para el pueblo Judío todo.
Es difícil hoy aventurar un pronóstico a lo que sucederá y cuando, pero las cartas ya están sobre la mesa, la superpoblación y falta de recursos acelerarám el proceso de autodestrucción y ya están buscando un chivo expiatorio que les sirva de pretexto, lo que hay que evtar en lo posible, aunque ya ha comenzado por Europa.
No se podrán evitar algunos hechos horrendos, son parte del proceso, son desviaciones de objetivos e involucramiento con fines propagandísticos, pero si se confirma el hecho de que el proceso de amasijo humano ya ha comenzado y será imparable, ni tampoco es aconsejable intervenir, será como una montaña rusa, luego que arranca, y varias etapas, se agota la energía y comienza un nuevo ciclo, lamentable es que no posean las bases para evolucionar como entes civilizados !
Esto es motivo de estudio y quizás fundar un instituto con eruditos en el tema, a nivel mundial, pues se han desperdigado por todos lados, y las señales de peligro ya comienzan a sonar!!