Así como se habla en la física actual del orden explícito y el orden implícito, es decir de formas, moléculas, valencias y volúmenes por un lado y partículas elementales por el otro, se habla en la Kábala de lo revelado y lo oculto, siendo este último un territorio más vasto e insondable de lo que podamos imaginar. Mientras que lo revelado vive de sus contrastes y oposiciones, lo oculto se comunica en oleajes y espumas cuánticas y atraviesa, por así decir, la materia para abrazarla por completo. Es de la segunda dimensión que la Kábala obtiene esta guematria o equivalencia numérica entre lo oculto, ganuz, y la expresión elohija, tu Dios.
La palabra ganuz procede de la misma raíz que el griego gnosis, tributario del indoeuropeo jña, conocer, saber. Sin embargo, el vocablo hebreo encierra otras verdades reveladoras: las palabras gan y zug, jardín y pareja respectivamente, por lo que si consideramos que la expulsión paradisiaca revelada por el Génesis nos habla de un ingreso en el orden desgarrador y dual de lo explícito, retroceder, regresar al Pardés o Paraíso será ir de lo múltiple a lo uno resolviendo, en última instancia, lo que la pareja encarna y representa, una sublime complementariedad y una indudable unidad implícita. En ese sentido no puede ser casual que hallemos en elohija ( Deuteronomio 4: 23 ), tu Dios, lo siguiente: kol y Iaéh, todo y conveniente.
-Maestro-dice un discípulo-, busco a Dios y no lo encuentro, Me parece que se oculta.
-Cuando tú sabes que se oculta-responde el maestro. Entonces lo encuentras.
En cierto sentido hay que entender que lo que llamamos oculto se refiere a lo interior o sirr a sirr, como dicen los sufíes, el núcleo del núcleo. Hay un pasaje de las Upanishads que ejemplifica con notable belleza aquello a lo que aludimos. ´´Uddalaka ordenó a Shvetaketu: ´Tráenos un higo de ese árbol.´ Aquel respondió: ´Áquí está, señor.´ ´Abrelo´. ´Ya lo he abierto, señor.´ ´¿Qué ves en él?´. ´Nada, señor.´ ´Sin embargo, mi querido muchacho, esta gran higuera creció de una sutil esencia que no podemos ver. Ten fe, querido amigo, porque esa sutil esencia es el Alma del universo entero. Eso es la Realidad. Eso es el Alma. Tú eres Eso.´´ Según sostiene el pensamiento clásico hindú, hay dos formas del Ser cósmico, formal y no formal; mortal e inmortal; fijo y móvil, existente y esencial. Con respecto al Alma lo formal constituye lo que es diferente del hálito y del espacio que está dentro del alma. Esto es mortal, estático y existente. Lo no-formal es el aliento y el espacio que está dentro del alma. Esto es inmortal, móvil y esencial. ´´ La forma de este Ser-comentan los sabios del bosque-es como un manto color azafrán, como una lana blanca, como un escarabajo rojo, como una llama de fuego, como un loto blanco, como una fulguración de relámpago. Y como una fulguración de relámpago es la gloria del ser humano que conoce esto.
Lo revelado es para la mayoría de los seres humanos, lo oculto para pocos. Lo revelado es lo que vemos cada día, lo oculto lo que soñamos cada noche. Lo revelado es lo que estudia la sociología, lo oculto compete a la psicología. Sin embargo, tal y como dijo Heráclito de Efeso, ´´por más que sondees el alma no hallarás su fondo.´´ Entretanto, y para no aburrirnos, podemos aprender a bucear.
Iluminación
Habrakáh
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Barak
Relámpago
Mario Satz
(1) Geoffrey Parrinder: La sabiduría del bosque, Lidium, Buenos Aires 1980.
Di-s no puede por razones obvias, ser «abarcado» o «entendido» en toda Su vásta y compleja magnitud,
nuestra relacion con Él queda pues circonscrita a la esfera de la experiencia personal, y todo lo que acerca de Él logremos entresacar, será por médio de ésta, mediante la Revelacion que nos sea concedida ….
No existe a mi juicio ninguna «teologia» que pueda como tal ser considerada, fuera de ese ámbito, partiendo del hecho que el estudio de las Escrituras, debe hacerse bajo el influjo y guia del Espiritu Santo (Ruaj ha Kodesh) , en tanto que inspirador de las mismas …