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| domingo noviembre 17, 2024

Semillas de uva de la época bizantina encontradas en el Negev


Semillas de uva carbonizadas, de más de 1500 años, fueron encontradas en el sitio de la excavación Halutza en el Negev, donde fueron usadas para producir “el Vino del Negev”; uno de los más finos y renombrados en todo el Imperio Bizantino.

Por primera vez, se encontraron semillas de uva de la era bizantina. Fueron usadas para producir “el vino del Negev”-uno de los más finos y renombrados de todo el Imperio Bizantino. Las uvas carbonizadas, por más de 1500 años, fueron descubiertas en el sitio de excavación Halutza, en el Negev, durante una excavación conjunta realizadas por la Universidad de Haifa y la Autoridad de Antigüedades de Israel. De acuerdo con el Prof. Guy Bar Oz (Universidad de Haifa), director de la excavación, los vinos cultivados en el Negev son variedades europeas, mientras que el vino del Negev se perdió en el mundo. “Nuestro próximo trabajo es recrear el vino antiguo y, tal vez, en ese camino seamos capaces de reproducir su sabor y entender qué hacía que el vino del Negev fuese tan rico”, dijo.

Los arqueólogos saben que “el vino del Negev” o “el vino de Gaza”- que lleva el nombre del puerto al que era enviado hacia todos los confines del imperio, según fuentes históricas del periodo bizantino. En las primeras excavaciones del Negev, los arqueólogos hallaron las terrazas donde el vino se cultivaba, los viñedos donde era producido y las jarras en las que se almacenaba y exportaba. Pero, las mismas semillas de uva, no habían sido descubiertas.

La actual excavación en el parque Nacional Halutza, parte de un estudio bio-arqueológico que examina las causas del incremento o disminución de los bizantinos en el Negev, está dirigida por el Prof. Guy Bar-Oz y el Dr. Lior Weisbrod del Zinman Institute en la Universidad de Haifa, en colaboración con el Dr. Tali Erickson-Gini de la Autoridad de Antigüedades de Israel.

Como cualquier otra parte en el Negev, los edificios de piedra en Halutza- que en su apogeo fue la ciudad bizantina más importante del Negev- no sobrevivió debido al robo de piedra durante las diferentes eras. Pero, tan frecuente como sucede en las excavaciones arqueológicas, los arqueólogos encontraron, en los vertederos, un raro descubrimiento. De acuerdo con el Prof. Bar Oz, las cloacas de la ciudad, fueron preservados casi intactas, por completo y, ahora, marcan los límites de la ciudad antigua. Son tan visibles que puede detectarse en imágenes satelitales, como Google Earth.

Alfarería y monedas descubiertas indicaban que estas se acumularon durante los siglos VI y VII AEC , época en que la ciudad estaba en la cúspide de su éxito económico. Con el colapso urbano de Halutza (mediados del siglo VII), por razones no conocidas en su totalidad, la disposición organizada de los desechos fue detenida y, parece que, tanto la ciudad misma como los muladares (sitios donde se echa el estiércol) fueron abandonados.

En las antiguas pilas de desechos, los investigadores encontraron una concentración en particular alta de fragmentos de vasijas de alfarería usadas para almacenamiento, cocina y servicio, incluyendo una cantidad importante de jarras de Gaza usadas para almacenar el antiguo vino del Negev. Los arqueólogos descubrieron un caudal de restos biológicos, incluyendo huesos de animales: huesos de peces del Mar Rojo y mariscos del Mediterráneo importados al sitio, que indicaban la gran riqueza de los residentes de la ciudad bizantina.

Sin embargo, lo más destacado fueron las cientos de diminutas semillas de uvas carbonizadas. De acuerdo con los arqueólogos, es la primera vez que se descubrieron semillas de uva del Negev, algo que proveerá la evidencia, primera en su tipo, del vino cultivado en el Negev occidental en los tiempos antiguos.

Exponer las diminutas semillas en las pilas de desechos no fue fácil: por primera vez, durante el proceso, se usaron estrictos métodos de excavación, incluyendo el cernido y la flotación de restos botánicos, que sobrenadan luego que el suelo se asienta. Esos métodos hicieron posible extraer el descubrimiento botánico, incluyendo semillas, restos de plantas, pequeños huesos de animales, los cuales incluían vestigios de roedores, atraídos hacia los desechos, de acuerdo con el Prof. Bar-Oz.

La próxima etapa es reunir fuerzas con los biólogos para secuenciar el ADN de las semillas y descubrir su origen. Los arqueólogos buscan repuestas a las preguntas relacionadas con el método por el cual los vinos se cultivan en las áridas condiciones del Negev.

Este hallazgo es asombroso tanto para los agricultores vitivinícolas como para los arqueólogos , que anhelan descubrir el secreto de los vinos del Negev a fin de recrear el vino antiguo y, al hacerlo, comprender por qué fue famoso en el Imperio Bizantino- en Egipto, Gracia, Italia y España.

La ciudad bizantina de Halutza (Elusa en griego), fue fundada por los nabateos pero alcanzó su esplendor durante el periodo bizantino (siglos IV y VII AEC). Luego creció y se convirtió en la más grande e importante de todas las urbes bizantinas en el Negev. La evidencia arqueológica e histórica indica que la riqueza de la ciudad, que mantenía acomodadas a varios miles de personas y que, en su apogeo, incluyó impresionantes edificios públicos como un teatro, un seminario, baños públicos e iglesias.

 
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