http://www.gatestoneinstitute.org/5480/international-law-violators
Existe una presunción racista no declarada que subyace en el deseo de obtener un Estado Árabe Palestino separado: que éste sea vedado al establecimiento de judíos. Presumiblemente, esta es la razón por la cual cualquier terreno habitado por judíos en la margen occidental, es denominado un «asentamiento». La presunción aparentemente es, que el área completa es una colonia ilegal.
Lo que es menos conocido es que, aunque los judíos habitaron en forma ininterrumpida en esta región (llamada Judea) por aprox. 4.000 años, para muchos musulmanes, el Estado de Israel en su totalidad, no solamente la Margen Occidental, es considerado un «asentamiento ilegal». Observen cualquier mapa de «Palestina». Es exactamente esta visión, la fuente real de la disputa. La disputa real no es acerca de un «Estado Palestino». Es acerca de quién tiene derecho al área total. Esta es también la razón de que los negociadores palestinos jamás firmarán un acuerdo que acabe con el conflicto. Como hemos visto con Siria e Irak, las «fronteras oficiales», aún e incluyendo la » línea pre-1967″, ya no importan.
Es más, la Autoridad Palestina (AP)– Al Fatah de Mahmoud Abbas tanto como Hamas– continúa enseñando a la nueva generación de árabes palestinos, que Israel está destinado a desaparecer. La AP sigue representando un mundo en el cual Israel no existe– una visión incorporada en el Programa de Diez Puntos de 1974 de la OLP, conocido como el «Plan por Fases». Su meta establecida y nunca rescindida, es la «liberación de toda Palestina». Esto deberá ser hecho por etapas, una táctica «salame» por la cual, cualquier tierra adquirida deberá ser usada como una base avanzada desde la cual tomar el resto. (1)
Hamas, con quien la AP está ahora alineada en un «Gobierno de Unidad», lleva el Plan por Fases un poco más lejos. En su Carta, Hamas propugna no sólo desplazar a Israel, sino exterminar a todos los judíos del mundo, o sea, un genocidio. Esto tampoco ha sido jamás rescindido.
La charada diplomática fraudulenta que actualmente se está desarrollando en los EEUU y Europa, tratando a los árabes palestinos como las únicas víctimas, ignora la realidad histórica de que un reclamo judío de esos territorios es por lo menos igualmente válido, si no más.
No son los judíos o los israelíes quienes rehusaron la paz; ellos firmaron acuerdos que aún están vigentes, tanto con Jordania como con Egipto, y ofrecieron a los palestinos oportunidad tras oportunidad de hacer lo mismo.
Fueron los árabes y los musulmanes quienes rechazaron el Plan de Partición que les fuera internacionalmente ofrecido en 1947.(2) Fueron los árabes y musulmanes quienes atacaron a Israel el día de su fundación–como lo hicieron en cada guerra posterior– pero fueron vencidos.(3) La línea de armisticio de 1949–donde el combate cesó– es ahora señalado como la nueva frontera a la cual Israel supuestamente debería retirarse.
¿Y ahora están a punto de ser premiados por su agresión?
Hablando en octubre de 1947 del plan de partición de la ONU, El Secretario General de la Liga Árabe Abdul Rahman Azzam (izquierda) dijo que el establecimiento de un estado judío llevaría a «una guerra de exterminio y la masacre trascendental que se hablará como de la masacre de Mongolia y la Cruzadas”. El primer ministro David Ben-Gurion de Israel, da lectura a la Proclamación de la Independencia de Israel el 14 de mayo de 1948, dijo: «hacemos un llamado a los hijos del pueblo árabe que habitan en Israel a mantener la paz para desempeñar su papel en la construcción del Estado en el base de plenos derechos civiles y de una representación en todas sus instituciones, provisionales y permanentes «.
Hay al día de hoy, cerca de dos millones de árabes con plenos e iguales derechos, viviendo en Israel. Irónicamente, gozan de mayores derechos que los que tendrían en cualquier otro estado de la región, incluyendo bancas en el Parlamento israelí, la Knesset, desde la cual muchos de ellos libremente y a viva voz critican a Israel en forma ininterrumpida. Los no-musulmanes en muchos estados islámicos, no gozan de la ciudadanía plena, sino que son tratados como dhimmis, cuando mucho, «tolerados» como residentes de segunda clase que deben pagar por su protección (jizya) para vivir al antojo de sus gobernantes musulmanes.(4)
Ha estado en marcha durante años, un silencioso movimiento– un hábil engaño diplomático– que implica que «Israel», el nombre, puede existir, pero como un Estado Musulmán, donde los judíos pueden vivir, como dhimmis. El mismo plan existe probablemente entre muchos musulmanes para gobernar sobre católicos en partes de España. La idea de ser tratados como dhimmis en su propia tierra bíblica e histórica, es vista por los judíos con poco entusiasmo.
Con el fin de proteger a Israel de tal maniobra, algunos israelíes han sugerido que su Parlamento apruebe una ley por la cual se declararía a Israel oficialmente como un Estado Judío –del mismo modo que Irán, Pakistán y Afghanistán son oficialmente estados islámicos, y como Inglaterra es oficialmente un estado cristiano anglicano. Contrariamente a los líderes de Irán e Inglaterra, sin embargo, aquellos que sugirieron que Israel fuese oficialmente un Estado Judío, fueron denunciados como racistas.
La pregunta que se niega a desaparecer es: ¿Por qué el doble estándar?
Mientras se acumula una evidencia descomunal respecto a que cualquier territorio que actualmente sea cedido por Israel, sería vulnerable de ser tomado por terroristas islámicos, parece haber otro movimiento diplomático en marcha entre algunos europeos, para otorgar unilateralmente a los palestinos, su propio estado. Presumiblemente, estaría todo bien para estos europeos, si este Estado fuese gobernado por terroristas islámicos, como Hamas, o si fuese tomado por terroristas peores, como el EI. Presumiblemente todo está bien para estos europeos aunque el liderazgo siga siendo represivo, sin leyes y despótico– indiferente a los derechos humanos, al imperio de la ley, y prosiga promoviendo un genocidio. ¿Y estos europeos piensan realmente que son buenos y morales?
Hasta hora, todo el progreso diplomático hacia la emergencia de un estado palestino separado ha ocurrido solo con el respaldo hipócrita y no vinculante de varios parlamentos de estados miembros de la UE, concretamente Suecia, Irlanda y Francia.
Una movida tal, se contradice con los propios acuerdos internacionales de la ONU– firmados por todas las partes bajo la ley internacional. Establecen que el conflicto israelo-palestino deberá ser resuelto solamente mediante negociaciones directas.
El fracaso de décadas de la ONU en el cumplimiento de sus propios acuerdos diplomáticos, ha creado la oportunidad de los palestinos para fabricar una falsa narrativa. Además, la ONU se ha arrogado a sí misma un aire totalmente falso de legitimidad para establecer aún otro estado árabe.
Al fallar en su adhesión a la ley internacional, la ONU se constituye en su principal violador.
Las conferencias y tratados internacionalmente vinculantes posteriores a la Primera Guerra Mundial, tanto como el sistema de Mandato de la Liga de las Naciones (LN), no hacen mención alguna de que alguna porción de la tierra de Palestina debería ser cedida a los árabes. Al contrario, todos estos documentos internacionales definen que el nuevo estado que emergería de la tarea encomendada por la Liga de las Naciones para el Mandato de Palestina al Reino Unido, sería un «Hogar Nacional Judío». Además, este Hogar Nacional Judío era también reconocido como constituido por la tierra históricamente reconocida como el Israel bíblico, incluyendo a Judea y Samaria, que actualmente son a menudo mencionadas como la «Ribera Occidental» del río Jordán.
Estos documentos no contienen ambigüedades, y ninguna narrativa alternativa que sugiera otra cosa. De hecho, el Presidente de EEUU Calvin Coolidge afirmó con entusiasmo en 1922, que era la política oficial de EEUU el reconocer un futuro estado planificado para el pueblo judío, por medio de su apoyo a una Resolución Congresual Conjunta, respaldando la Declaración Balfour.
(5) Tampoco hubo nunca ningún reto a la realidad histórica de que Jerusalem ha sido siempre la capital de Israel, situada exclusiva y enteramente dentro del territorio de Israel.
Esta juxtaposición de compromisos históricos internacionalmente certificados y legalmente documentados, que contrasta con la actual narrativa palestina presentándose como una «víctima de ocupación», es simplemente otro ejemplo extremo de «revisionismo histórico», una especialidad del Kremlin. A no ser que esta falsa narrativa sea expuesta como la «fabricación» que realmente es, la futura viabilidad de la ley internacional– y el continuo financiamiento norteamericano de la Naciones Unidas– deberían ser seriamente cuestionados.
Notas
[1] La OLP, en la 12ª Asamblea del Consejo Nacional Palestino en El Cairo en 1974, presentó su «Plan de Diez Puntos», llamado el «Plan Escalonado» o «estratagia salame» por su aprobación de un proceso gradual que culminaría con la captura de todo el territorio en manos de Israel, por cualquier medio.
[2] Abdul Rahman Azzam (Azzam Pasha), Secretario General de la Liga Arabe, rechazó el Plan de Partición de la ONU de 1947.
[3] Israel había dicho repetidamente que cualquier árabe que permaneciera en el país sería bienvenido, evidenciado por el hecho de que dentro de las fronteras de Israel viven hoy cerca de dos millones de árabes.
[4] Dhimmitude: Jews and Christians under Muslim Rule, by Bat Ye’or, 1985.
[5] La resolución fue más adelante aprobada por 37 gobiernos.
Traduccion : Evelyn Wertheimer
Debes estar conectado para publicar un comentario. Oprime aqui para conectarte.
¿Aún no te has registrado? Regístrate ahora para poder comentar.