Es un momento triste en la historia estadounidense, cuando el líder supremo de la dictadura islámica de Irán es mucho más creíble que el Presidente Barack Obama de EE.UU.
El Ayatollah Ali Khamenei tenía razón cuando el 9 de abril dijo que la Casa Blanca estaba mintiendo acerca de lo que los estadounidenses llaman un acuerdo marco con respecto al programa nuclear iraní.
Obama no es veraz cuando afirma repetidamente que Irán ha aceptado un acuerdo marco nuclear detallado y completo. Irán nunca ha firmado o acordado el acuerdo marco. El acuerdo marco, con sus muchas números específicos, producciones límites y plazos específicos, es un lista de deseos de Obama y Kerry de su propio mejor supuesto visionario acuerdo.
El 2 de abril fueron producidos en Suiza dos documentos. El primer documento es una detallada ficha técnica de EE.UU. titulada, «Parámetros para un Amplio Plan Conjunto de Acción con respecto al Programa Nuclear de la República Islámica de Irán», al que los estadounidenses llaman «El Acuerdo Marco», sobre el cual Obama, el Secretario de Estado John Kerry y los medios de comunicación han hablado repetidamente.
[Las conversaciones nucleares en Lausana. El acuerdo marco, con sus muchos números específicos, producciones límites y plazos específicos, es una lista de deseos de Obama y Kerry de su propio mejor supuesto visionario acuerdo (Foto: AP)]
El segundo documento es una delgada página y media con una declaración leída conjuntamente por la jefa de Política Exterior de la Unión Europea Federica Mogherini y el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, que no tiene ninguno de los detalles, números y plazos mencionados en el acuerdo marco. Esos dos documentos se contradicen entre sí en muchos puntos y revelan peligrosas mentiras de Obama y Kerry.
Como escribió David Ignatius, un muy conocido columnista para el Washington Post: «Las sesiones nocturnas y las amenazas de poner fin a las conversaciones no fueron suficientes para lograr que Irán se comprometiera formalmente con los términos que Estados Unidos presentó en una meticulosa lista de cuatro páginas de ‘parámetros’ para una ‘plan integral conjunto’ vinculante. En cambio los iraníes pospusieron esa firma para otro día, después de las negociaciones finales, finales». Llegó a la conclusión de que el acuerdo marco «parece un acuerdo bastante bueno. Sólo deseo que esté firmado».
Parece que después de fracasar desesperadamente durante meses para convencer a los iraníes a aceptar alguna concesión en un acuerdo nuclear interino, Kerry y Obama decidieron crear algo de la nada y venderlo a todos como si los iraníes estuvieran de acuerdo con eso.
Lamentablemente, la mayor parte del mundo, incluyendo medios de comunicación de EE.UU. e israelíes, carentes de toda integridad periodística, optaron por confiar y adoptar la versión Obama y Kerry y aplaudirla como un detallado, completo y «mucho mejor de lo esperado acuerdo», mientras ignoraban la versión iraní.
El 2 de abril, una hora, más o menos, después de que Obama comenzó a distribuir el acuerdo marco, calificándolo de «un entendimiento histórico con Irán», Zarif, el principal negociador iraní, contradijo a los estadounidenses en varios mensajes en Twitter.
«No hay necesidad de dar vueltas usando ‘fichas técnicas’ tan pronto», escribió en uno. En otro tweet, sugirió que las sanciones tendrían que ser levantadas mucho antes de que se pudiera pensar en escuchar a Kerry, diciendo que, en esencia, todas las sanciones económicas se levantarían una vez que se haya firmado un acuerdo definitivo. En otro punto, Zarif advirtió que nadie había firmado nada en Lausana, Suiza, y que «nadie tiene obligaciones ahora» y que eso vendría después de un acuerdo final.
Incluso el New York Times, dos días después de aplaudir los esfuerzos de Obama, tuvo que reconocer que «uno de los problemas es que hay dos versiones. … que han planteado la cuestión de si las dos partes están completamente en la misma página, en especial sobre la cuestión de la rapidez con que las sanciones serán eliminadas».
El New York Times informó que «funcionarios de la administración Obama insisten en que no hay conflicto sobre lo que se acordó a puerta cerrada. Pero para evitar largos debates sobre lo que se dijo públicamente, las dos partes decidieron durante las discusiones de toda la noche del miércoles que cada uno emitiría su propia declaración» y que «los funcionarios estadounidenses reconocen que no informaron previamente a los iraníes sobre todos los ‘parámetros’ que Estados Unidos haría públicos en un esfuerzo por asegurar los progresos realizados hasta el momento, así como para fortalecer el caso de la Casa Blanca contra cualquier medida de los miembros del Congreso para imponer más sanciones contra Irán».
Irónicamente, incluso dejando de lado la versión iraní, la versión de Obama es un trato muy malo y débil. El acuerdo marco dejará en su lugar el programa nuclear iraní incluyendo todas sus instalaciones nucleares y las instalaciones subterráneas que construyen ilícitamente, así como también miles de centrifugadoras que están enriqueciendo uranio. Pero compararlo con la versión iraní es mucho más revelador sobre el probable acuerdo final.
El acuerdo marco trata en 17 frases los diferentes planes y procedimientos de las inspecciones y la transparencia de todas las instalaciones nucleares de Irán y todos los elementos de su cadena nuclear durante 25 años y las diferentes prohibiciones de reprocesamiento iraní de uranio y plutonio y la construcción de reactores. Pero la versión iraní sólo declara en una frase general que «se le permitirá a la Agencia Internacional de Energía Atómica el uso de tecnologías modernas y tendrá acceso anunciado a través de procedimientos acordados, incluyendo aclaración de cuestiones pasadas y presentes».
El acuerdo marco trata la suspensión de las sanciones de EEUU y de la UE y la enrevesada disposición de «retroceso» que permitiría imponer nuevamente sanciones si se encontrara que Irán hace trampa. Pero la versión iraní habla con gran detalle sólo acerca de la «conclusión» de todas las sanciones relacionadas con lo nuclear por parte de la UE y EE.UU. simultáneamente, una vez que la OIEA verifique el cumplimiento inicial de los futuros términos pactados, y el «retroceso» no está mencionado.
En realidad, los iraníes podrían empezar a hacer trampa en el momento que se levanten las sanciones y podrán comenzar a construir una bomba inmediatamente. Al contrario del giro de Obama, ambos documentos ni siquiera mencionan un levantamiento gradual de las sanciones.
Es bastante patético que el presidente, en aras de lograr cualquier éxito de política exterior, ha estado dispuesto a mentir descaradamente sobre un tema tan peligroso y es preocupante en cuanto a qué va a estar dispuesto a hacer y decir cuando tenga que finalizar el tratado para el 30 de junio.
En consecuencia, el Congreso y el público estadounidense no deben confiar en un presidente desesperado por un trato tan poco fiable. Los Demócratas y Republicanos en el Congreso deben insistir en la revisión y verificación de cualquier futuro acuerdo final para garantizar su autenticidad, validez e implementación.
Además, si los iraníes tuvieran un problema en aceptar un acuerdo provisional, es dudoso que acepten cualquier acuerdo final a menos que incluya todas sus demandas. Los Demócratas y los judíos estadounidenses que alientan al presidente a utilizar los próximos meses para forjar un acuerdo final mucho más duro y más eficaz son ilusos.
El acuerdo marco es el mejor y más duro trato que EE.UU. alguna vez obtendrá. El acuerdo final será mucho más débil. Las negociaciones diplomáticas en Medio Oriente no son muy diferentes a regatear en un bazar de Medio Oriente. Siempre se reinicia desde las más recientes concesiones diplomáticas de su enemigo en la negociación anterior. Muchos impacientes gobiernos israelíes de izquierda experimentaron con los palestinos tales interminables e infructuosas negociaciones.
Obama, mintiendo tan fácilmente, expuso su desesperación, falta de credibilidad y debilidad. Ahora los iraníes lo explotarán aún más para obtener más concesiones o continuar negociaciones interminables mientras terminan de construir la bomba.
*Shoula Romano Horing es abogada.
http://www.ynetnews.com/articles/0,7340,L-4647981,00.html
Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
Desde el principio, se hizo evidente que el regimen irani, no iba a renunciar a su objetivo de nuclearizar su armamento con fines belicos, y que todo respondia a la estrategia ideada por la administracion Obama, para justificar ante sus aliados, los terminos de un acuerdo, cuyas bases desmienten incluso las propias autoridades iranies … la interesada opacidad que rodea al mismo, hace sospechar no sin fundamentos, de la presencia en el de «clausulas» inaceptables para la Comunidad internacional, en la medida que cuestionan su seguridad y rebajan notablemente el nivel de exigencias que dieron lugar a la imposicion de un boicot por parte de esta al pais persa …
Obama nos oculta algo inconfesable, lo cual ademas de constituir una irresponsabilidad politica de primer orden, supone una traicion en toda regla a los compromisos adquiridos junto a sus socios comunitarios, en materia de seguridad … ¿a donde nos llevara finalmente todo esto?
no me atrevo por mi parte, a adelantar respuesta a esa pregunta …