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| viernes noviembre 22, 2024

¡¡Apartheid!!


Un viejo chiste cuenta acerca de un judío que compró un amplio terreno en Santa Bárbara, California, vecino al del famoso artista Sammy Davis Jr. En él construyó una villa copiada exactamente del actor; con una cancha de golf igualita a la suya; además, mandó hacer una pileta de natación y una cancha de tenis semejantes a las del renombrado intérprete.

Cierto día, el judío se encontró con su vecino famoso y lo inquirió: «Ahora que tengo todo igual a lo suyo, me siento como usted». Davis le respondió: «Al contrario, yo me siento mucho mejor».

«¿Cómo puede ser?», se asombró el judío. Davis volvió al ataque: «¡Yo no tengo ningún vecino judío negro!»

Recordé esto cuando leyendo los resultados de un estudio realizado la semana pasada por el Instituto Israelí para la Democracia, publicado después de las protestas de los judíos de origen etíope en Jerusalén, y en el que se formula la pregunta qué vecinos no quieren los israelíes, aparecieron en la tele las violentas escenas de los enfrentamientos entre jóvenes judíos etíopes y jóvenes agentes de policía, algunos de ellos también de origen etíope.

Aunque nosotros, los judíos de Israel, y nuestros hermanos en la diáspora, lo neguemos una y otra vez porque se ve muy mal, porque «no es higiénico», o porque nos contradecimos cuando tenemos que dar justificaciones acerca de nuestras relaciones hacia el prójimo, el apartheid ya está aquí y convive con nosotros desde hace varias décadas. Como se dice en Israel: «nos lo ganamos honradamente», o muy deshonradamente en este caso.

Los datos son categóricos: uno de cada dos israelíes (46%) no desea que un judío de origen etíope o un ciudadano árabe le refaccionen la casa, y el 39% de ellos no quiere que un judío etíope, un árabe o un trabajador extranjero le cambie los pañales a su madre o bañe a su abuelo.

Además, un número similar no desea vivir al lado de sus «hermanos» que se restablecen de una enfermedad mental. Uno de cada cuatro teme la cercanía de un vecino homosexual. Igual número de israelíes no quieren un vecino judío ultraortodoxo.

Como reacción a esto, uno de cada diez ultraortodoxos no desea un vecino judío laico, uno de cada tres (!) no quiere un vecino que llegó de Etiopía, o hijos de él, y ocho de cada cien no quieren un vecino que emigró de Rusia. Con los hijos de los rusos nacidos aquí casi no hay problemas; en su mayoría tienen nombres hebreos excéntricos, son de «bella apariencia» y, antes que nada, «blancos como la leche».

Si a ello le agregamos los israelíes que rechazan en su edificio a familias con muchos hijos, aquéllos que no desean vecinas jóvenes hedonistas que hacen el amor por las noches detrás de la pared mientras ellos observan a las moscas que revolotean en el techo, aquéllos que no quieren vecinos de izquierda y los que no soportan a los mesiánicos de la ultraderecha, en conjunto, parecería ser que el israelí promedio debería vivir en un islote aislado del Océano Pacífico.

Todo esto podría resultar muy cómico si dicho estudio no hubiera puesto en evidencia el dato aterrador de que uno de cada tres ciudadanos israelíes está de acuerdo en conservar los guetos de la población judía de origen etíope construidos en su momento en las afueras de las ciudades periferiales, y que uno de cada dos judíos estimula la expulsión inmediata de refugiados africanos a sus países de origen, donde serán detenidos y ejecutados apenas lleguen.

Los datos aportados en el estudio son alarmantes; y no menos problemático fue escuchar a la locutora de televisión y abogada Kineret Barashi preguntarle a la ex diputada israelí de origen etíope, Pnina Tamano Shata, acerca del racismo y la discriminación: «Dígame, ¿los líderes de su colectividad no tienen nada que decir a todo esto? A lo que Shata respondió casi a gritos: «Yo nací aquí, me eduqué aquí y serví en el ejercito aquí. Soy tan israelí como tú. Mi líder de colectividad es Netanyahu, ¿cuál es el tuyo?» Muy pocas veces escuché en un programa de entrevistas un silencio tan prolongado.

A raíz del estudio ya algunos ciudadanos reaccionaron en Facebook aludiendo que justifican el racismo de la mayoría, dado que en Israel los etíopes, «casi como los árabes», los «arrinconan». Que alguien con dos dedos de frente me explique eso.

La frase «Amarás al prójimo como a ti mismo», atribuida a Rabi Akiva, hace rato que dejó de ser vigente en el Estado judío. La gente ya no tiene idea de quién es realmente ese prójimo al que debe amar. Incluso los analistas en los medios, que criticaron a la ministra de Absorción, Sofa Landver, por no haberse pronunciado y negar cualquier entrevista después de la trifulca en Tel Aviv, no entienden de qué se trata.

¿Por qué debía Landver pronunciarse o ser entrevistada? Los miles de jóvenes israelíes que protestaron contra el apartheid en estas tierras nacieron aquí, se educaron aquí, muchos de ellos son estudiantes sobresalientes y sirvieron o sirven en la unidades de élite de Tzáhal. Tienen 25 años. ¿De qué absorción hablan los expertos?

Los judíos de Etiopía viven entre nosotros hace más de 30 años y todavía los seguimos considerando inmigrantes, primitivos, ignorantes y, por si fuera poco, negros en el sentido más despreciativo de la palabra.

¿Cómo puede ser? Justificativos hay muchos, pero ninguno es aceptable. Psicólogos tratarán de explicar muy académicamente que miles de años de discriminaciones, prohibiciones, persecuciones, expulsiones y asesinatos en masa de judíos pueden dejar secuelas y producir reacciones y efectos secundarios, principalmente en la memoria colectiva.

Pero hay un factor más determinante aún. Se trata del uso constante de la «política del miedo» para hacerse con el poder. Desde Ben Gurión hasta Netanyahu estamos armados hasta los dientes pero nos lavan la cabeza una y otra vez con cualquier ruido que «pone en peligro nuestra existencia». Cada uno de nosotros vive en guardia 24 horas por día 365 días al año.

Así, el prójimo se transforma en enemigo. Así, podemos ser judíos y democráticos y al mismo tiempo gobernar militarmente a dos millones y medio de palestinos sin otorgarles derechos civiles; o permitir que uno de cada cinco sobrevivientes de la Shoá tenga que elegir entre comer o comprar medicamentos; o que uno de cada cuatro niños israelíes viva por debajo del nivel de la pobreza; o simplemente mirar para otro lado aceptando que un equipo de fútbol profesional de primera división se niegue de por vida a contratar jugadores árabes bajo la amenaza de que sus hinchas anulen su membresía en el club o dejen de comprar entradas; o que políticos demagogos definan a refugiados africanos como «un cáncer en el seno de la nación»; o que un presidente del Estado sea condenado por violación; o que un ministro encarcelado varios años por soborno, vuelva a ser ministro; o que la mayoría de los actuals altos oficiales de la policía sean juzgados por acoso sexual.

Desde todo eso al desprecio, el camino es cada vez más corto y el silencio cada vez más estruendoso.

¡Oye Israel! El apartheid está latente entre nosotros. Tu principal peligro no es ni Irán ni Hezbolá ni Hamás. A los 67 años, tu verdadera Guerra de Independencia no terminó. Es aquí y ahora. Si no la ganas de una buena vez, no tiene sentido combatir en las demás.

 
Comentarios

No estoy en un 90 % con la nota el autor exagera y toca de oido no conoce la verdadera realidad del tema pareseria que el autor nunca fue ole jadash de que pais vino y en que circunstancias vino 1*: el autor ignora o quiere ignorar que las grande imigraciones de etihopis vinieron por rescates masivos de a miles de personas y se los tenia que ubicar en donde vivir y se los ubico donde habia lugar 2*:porque juntos ???que el autor me explique ami como maneja una poblacion de 10;5,ho3 mil personas muy experimentadas en vivir con su cultura en la selva pero con total ignorancia de la ciudad y el modernismo israeli si los hubiesen diceminados por el pais como los trabajadores sociales lo hubiesen manejado, yo le recomendaria al autor de la nota con su comentario de que no les gustaria que un arabe o etihopi le limpiara el tujes!!!!! Que recorra las intalaciones del beit habot de guivat hamore de afula y que comprueve quienes son el personal y los internados,que recorra el beit holim de afula que vicite todos los supermercados ,que no son pocos en afula para que vean quienes son los clientes y los trabajadores!!! Y si despues de comprobar eso quiere seguir sabiendo mas del tema y del porque ,que me lo pregunte ,porque escribir por escribir es facil shalom juanmondongo!!!

David Waintraub

No estoy de acuerdo en la mayoria de las cosas que escribe en este articulo. En Israel desde el principio los israelies veian con desprecio a los judios marroquies que inmigraban, luego esos mismos marroquies miraban mal a los inmigrantes de Georgia (Grusinim), los grusinim a los yemenitas, estos a su vez a los inmigrantes rusos, y los rusos a los etiopes. Cada uno sentia sus «privilegios» en peligro. Pero con el tiempo todo eso fue disolviendosde en la vida en comun, el servicio en comun en el ejercito, todo eso le sirvio de material para muchos comediantes que hacian reir por igual a todos y se burlaban de todos. Hoy estamos todos mezclados como debe de ser, mi hija se caso con un yemenita por ejemplo. El caso de los etiopes con la Policia es algo aparte, a nadie le asomra o extrania que cuando hay algun tumulto producido por los ultraortodoxos, que tiran piedras y hieren a policias, jamas se encarcela a nadie y ninguno de los violentos va a juicio? Y ha ocurrido muchisimas veces. Sin embargo se le da poder a la policia para maltratar a un soldado etiope. Eso viene de arriba, las lagrimas de cocodrilo del Primer Ministro, Presidente y Diputados de la Knesset no son mas que eso, lagrimas de cocodrilo. Les interesa muchisimo mas tener los votos de los chantajistas ultra-ortodoxos, a los que les dan el oro, el moro y la maquina de hacer chorizos (kosher por supuesto). Tanto los politicos de derecha como los de la izquierda. Es mas que evidente que el sistema electoral israeli es un fracaso total, cualquier partido de pirindonga con pocos votos puede chantajear a el partido mas votado y conseguir lo que quiera. Ademas de que con el sistema actual los diputados no le tienen que dar ni rendir cuentas de sus actos a los votantes, solo a los «patrones» de los partidos. Los ciudadanos sirven solamente para votar y absolutamente nada mas, despues de las elecciones, donde las promesas electorales de archivan junto con el cierre de las urnas, los ciudadanos son olvidados totalmente. Si en Israel hay un Apartheid es el que la «Clase Politica» hace con la ciudadania. Y por eso tenemos un ex convicto por corrupcion elegido diputado y probablemente sea Ministro (Deri), y otro que llevado a los tribunales no solo mintio a la Corte sino que a pesar de eso fue condenado por mal uso de su poder y nombrar cientos y cientos de correligionarios en puestos publicos, es Vice Ministro y quizas sera Ministro nuevamente (Hanegbi). Ese el el cancer verdadero de Israel, eso es lo que nos esta minando por dentro, la asi llamada «Clase Politica» hoy llena de «celebritys» de la radio y la TV que por su trabajo anterior vieron donde estaba el dinero facil, los privilegios y honores sin tener que trabajar.

Dori, siempre de acuerdo con tu hasbara MENOS en este caso.
Si bien estos seran datos confiables y seguro un talon de Aquiles en la sociedad israeli; para los que vivimos en la gola nada nos aporta respecto a la hasbara a la que nos tenes acostumbrados.
Ya tenemos bastantes noticias negativas de los otros como para que nosotros mismos difundamos esto .slds

Yo tamben pienso que hay una falta de reconocimiento a todas las acciones buenas que hace el Estado de Israel.por favor a no olvidar como se mandaron aviones especiales a rescatar a los judíos de Etiopia y todo el esfuerzo que se ha hecho para civilizarlos. Que país en el mundo hace las cosas maravillosas que hace nuestro Israel. Que hay que mejorar por supuesto pero vamos a proponer ideas positivas y dejar de hechar leña al fuego.

dori lustron

queridos amigos….yo tampoco estoy de acuerdo con algunas de las cosas de este articulo…pero el otro dia si yo no le daba el asiento a una embarazada etiope nadie se lo daba….No estoy de acuerdo con todo, ustedes conocen mi manera de pensar despues de tantos años pero tambien quiero que conozcan como piensan muchos israelies ….
Gracias por seguir leyendo Porisrael y acompañarme en esta tarea de hasbara.
Saludos
dori lustron.

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