El 9 de febrero, 2015 el clérigo marroquí Dr. Ahmed Al-Raissouni, jefe adjunto de la Unión Internacional de Ulemas Musulmanes (UIUM) publicó un artículo en su portal Raissouni.ma, en el que llamó al Estado Islámico (EIIS) una creación de «elementos hostiles a los árabes y musulmanes [sunitas]», refiriéndose a Occidente, particularmente los Estados Unidos, así como también a Siria, Irak e Irán. Este agregó que la aparente lucha contra el EIIS le sirve en realidad es a los intereses de Occidente, que se beneficia enormemente de las oportunidades que ofrece para las pruebas y venta de armas, operaciones militares y para establecer su control en las zonas de guerra. Irán e Irak señaló, se están aprovechando de la lucha contra el ISIS a fin de «asestarle un golpe a las regiones sunitas y a sus residentes para expandir nuevas ambiciones chiitas», mientras que el régimen sirio fue rescatado de una «muerte segura» por la aparición del EIIS, e hizo hincapié en que los árabes sunitas y musulmanes no tienen conexión alguna con el EIIS y pidió a los países de la región liberarse de su dependencia de Occidente y cooperar entre sí mismos a fin de combatir a la organización.
Lo siguiente son extractos del artículo:
«Ahora se tiene claro que el EIIS surgió, se expandió y se diversificó bajo la influencia de muchos elementos… y que las manos de los Estados Unidos, Siria, Irak e Irán están ciertamente involucradas. Muchos políticos occidentales, árabes, e iraníes y funcionarios han reconocido esto, al igual que muchos analistas y expertos.
«Así por ejemplo, Masoud Al-Barzani, el líder de la región del Kurdistán iraquí, declaró que en una ocasión había llamado al Primer Ministro iraquí Nouri Al-Maliki, y dijo que 500 miembros armados del EIIS habían cruzado la frontera desde Siria a Irak, y le dijo: «Nuestras fuerzas Peshmerga están listas y son capaces de aplastarlos si usted da la palabra’. Al-Maliki respondió: ‘Adhiérase a su propia región y deje a esa gente en paz’. Del mismo modo, un amigo confiable me dijo, citando una fuente bien informada, que durante las negociaciones que condujeron a la selección del actual primer ministro [iraquí], cuando el embajador de Estados Unidos en Irak vio cómo Nouri Al-Maliki se aferraba a su cargo con el apoyo de Irán y la forma en que se opuso a la selección de Haider Al-Abadi como primer ministro, este le dijo [es decir, Al-Maliki]: ‘Si usted se niega a dimitir y [continua oponiéndose] al nombramiento de Al-Abadi, el EIIS entrará en Bagdad en un lapso de 24 horas’. Al-Maliki luego cedió, diciendo que aceptaba la realidad.
«A partir del escuchar a decenas de altos clérigos islámicos, académicos y funcionarios, particularmente en Irak y Siria, se desprende de que están de acuerdo en que elementos hostiles a los árabes y musulmanes apoyan al EIIS y se han infiltrado en este y están delineando su camino. [Ellos afirman] que estos son los mismos elementos que ahora lideran la así llamada lucha contra el EIIS, y que el régimen del [Presidente sirio] Bashar Al-Assad es el principal elemento que nutre y patrocina directamente a esta organización, desde su nacimiento hasta su [actual] crecimiento.
«Está totalmente claro que los países árabes y europeos de los cuales ‘hombres y mujeres muyahidines’ llegan para unirse a las filas del EIIS hacen caso omiso a sus salidas y cruces [fronterizos] – lo que significa que les están permitiendo que se unan al EIIS a pesar de que pudieran prevenirlo totalmente si así lo desean. Está claro que esta política tiene la intención de deshacerse de estos jóvenes y enviarlos a la guerra y al infierno.
«Fortaleciendo al EIIS, aunque temporalmente y luego librar una guerra de larga data contra esta le permite a los estadounidenses y a Occidente probar y vender armas, entrenar soldados y desarrollar sus capacidades y restearse en grandes sumas de dinero a cambio de operaciones militares y la así llamada ‘reconstrucción’. También les permite establecer aún más su control en la región y continuar haciendo añicos a la región y ahogarla en hostilidad, lucha y un sinfín de guerras de venganza. En cuanto a los políticos sectarios [es decir chiitas] iraníes e iraquíes, la presencia del EIIS [en Irak] y la guerra contra este les permite aplastar áreas sunitas y a sus residentes por la causa del expansionismo chiita. Y, en cuanto al régimen sirio, este se beneficia mayormente del EIIS, ya que el surgimiento de este grupo lo salvó de una situación desesperada, incluso de una muerte segura.
«Por lo tanto, la guerra contra el EIIS es primero y ante todo un producto estadounidense occidental, y luego un producto sectario-iraní [chiita] – mientras que los pueblos árabes y musulmanes no tienen nada que ver con ello. No tienen nada que ver con el tomar decisiones o planificarlo, o con [comandarlo]. No tienen ningún interés en ello [en lo absoluto]. Por el contrario: Esta guerra es una manifestación de musulmanes asesinados por musulmanes usando dinero musulmán y esto está causando estragos para el Islam y para el estatus y propiedad [de los musulmanes].
«En cuanto a los propios miembros del EIIS, que son distintos [de los musulmanes en general] porque son asesinos, rebeldes, malvados khawarij, cualquier país de la región, tales como Arabia Saudita, Irak, Jordania y Turquía, podrían destruirlos fácilmente en pocos meses si fueran capaces de tomar decisiones independientes y [planearlo]. Arabia Saudita, por ejemplo, tiene 30 millones de habitantes y recursos ilimitados y capacidad armamentista. Sus clérigos y predicadores son plenamente capaces de reclutar a millones de ciudadanos del interior de Arabia Saudita, e incluso de fuera [del país]. ¿Qué impide que esos países hagan esto? ¿Es impotencia y bancarrota, o simplemente dependencia de Occidente y sumisión a su voluntad?…
«Se sabe que los estados del Consejo de Cooperación del Golfo poseen un acuerdo de defensa conjunto y fuerzas conjuntas, y son miembros de un acuerdo de defensa árabe conjunto como parte de la Liga Árabe. Si [estos países] combaten contra esta secta de rebeldes malvados [es decir el EIIS] en este marco, o en uno de estos niveles, ayudará al Islam y a los musulmanes. [Tal guerra] sería vista como una condición necesaria, una guerra legítima, en la que todos sus pueblos y todos los musulmanes participarían y todos apoyarían. Pero los países imperialistas insisten en tomar las decisiones, en sostener las riendas de las guerras, y en controlar y comandar las armas para su propio beneficio y para Israel. Es esta situación la que creó a [ambos] el EIIS y la aparente guerra en su contra. Esta es la esencia del tema, y la raíz del problema.
«Los países de la región árabe tienen ahora dos opciones:
«1. Continuar su dependencia, involucramiento y participación en los planes sionistas occidentales, cuyos desarrollos, consecuencias y dolor masivo nos han estado afectando desde la Primera Guerra Mundial y desde el desmantelamiento del estado otomano, la mentira de la ‘Gran Rebelión Árabe’ [la rebelión anti-otomana 1916-1918 en la Península Arábiga] y desde el acuerdo Sykes-Picot y la Declaración de Balfour.
«2. Para elegir el camino de la soberanía, la toma de decisiones independiente y la igualdad del equilibrio de poder en las relaciones internacionales y política exterior, de reconciliarse con sus pueblos y considerar sus deseos e intereses.
«La segunda opción es la única forma de lidiar con la situación – ya que la primera, que realizan [los países árabes] ahora, sólo va a empeorar la situación».
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