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| domingo abril 28, 2024

Comentarista político árabe: El ummah árabe debe construir su solidaridad alrededor de un enemigo común


Dr. Sobhi Ghandour. Fuente: Alriyadh.com

El comentarista político libanés Dr. Sobhi Ghandour, quien ha residido en Washington, DC desde 1987 y es editor de la revista árabe en inglés Al-Hewar en Washington, se dirigió a los países árabes en un artículo de opinión titulado «¿Quién es el Enemigo Ahora?» en el diario de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) Al-Bayan. En este, les pidió que dejen de lado sus diferencias, formulen una estrategia conjunta, y definan al principal enemigo común del ummah árabe, a fin de lograr la misma unidad que disfrutaron en las guerras de 1967 y 1973 contra Israel. Ghandour atribuyó la confusión que posee la identidad del ummah árabe a los Acuerdos de Camp David de 1978, las ramificaciones de la Revolución Islámica de Irán, y la caída de la Unión Soviética. Este sostuvo que el resto del mundo también experimentó una confusión similar después del final de la Guerra Fría, pero que Occidente ha definido desde entonces su nuevo enemigo el «terrorismo islámico», mientras que los árabes siguen divididos sobre quién es su principal enemigo – Israel, Irán o las organizaciones terroristas.

Lo siguiente son extractos de su artículo: [1]

«La pregunta ‘quién es el enemigo ahora?’ siempre es una muy importante para cualquier ummah o país. La respuesta a esta pregunta establece las prioridades para la acción, distingue a los amigos de sus rivales o enemigos y también establece las normas para hacerle frente a los eventos y los modos de operaciones necesarias para la estrategia de tratar con ‘el enemigo principal’…

«El principal problema del ummah árabe radica no sólo en la incapacidad árabe en ponerse de acuerdo sobre la cuestión de ‘quién es el enemigo ahora?’ sino principalmente en la ausencia de solidaridad árabe, que expresa [la postura] de todo el ummah árabe. Es cierto que los árabes constituyen un solo ummah – pero este ummah tiene como base varios países que no comparten ni perspectivas ni ninguna medida de coordinación efectiva que los una en este momento. Al contrario – algunos de ellos [incluso] combaten entre sí.

«La proliferación de gobiernos árabes y estados no constituye ningún obstáculo para construir una estrategia árabe conjunta. El problema radica en la falta de voluntad política para la coordinación y la solidaridad [entre los países árabes], así como también en el hecho de que el papel de Egipto en el mundo árabe concluyó con [su] firma a un acuerdo de paz con Israel… La formulación de una estrategia conjunta para una serie de gobiernos requiere de un liderazgo que encabece las actividades conjuntas entre los muchos gobiernos. Esto sucedió en el siglo pasado, cuando en la Segunda Guerra Mundial los Estados Unidos encabezaron una alianza global contra un enemigo común- la alianza de Japón, la Alemania nazi y la Italia fascista. Esta alianza liderada por Washington no se basó en consideraciones ideológicas o en la armonía en la naturaleza de sus diversos regímenes, sino únicamente en el interés común de enfrentar a un enemigo común y poner las diferencias de lado para hacerles frente luego. De hecho, los aliados ganaron la Segunda Guerra Mundial debido al pacto entre Rusia comunista y la capitalista Estados Unidos destinado a liberar a Europa del nazismo y el fascismo.

«El ummah árabe también tuvo una experiencia similar después de la guerra de 1967, cuando el Egipto de Nasser llamó de urgencia a una cumbre de la Liga Árabe en Jartum. En esa cumbre, se decidió formular una estrategia árabe conjunta para eliminar la agresión israelí [2] y poner fin a todas las luchas árabes secundarias – incluyendo la guerra en curso en Yemen para ese momento, en el que el ejército egipcio estaba involucrado y que causó muchos desacuerdos entre Egipto y Arabia Saudita. Como resultado de la cumbre de Jartum, se formó la alianza del ‘petróleo y las armas árabes’; debajo de estas, la mayoría de las naciones árabes petroleras proveyeron ayuda financiera sustancial a Egipto y Siria para poder reconstruir sus ejércitos en preparación para la guerra de 1973. Además, por primera vez, el petróleo fue utilizado como arma para aplicar presión económica y las exportaciones a los países que apoyaron a Israel cesaron.

«Parece ser pues, que la situación árabe en el siglo anterior era mucho más clara que en la actualidad. El enemigo de los árabes en la primera mitad del siglo 20 fue el imperialismo europeo, que ocupó algunos países de la región y extendió su autoridad hacia los demás. Para ese entonces, no era problema definir al enemigo. El tercer cuarto del siglo 20 se caracterizó también por la claridad respecto a la identidad del ‘enemigo común’ de los árabes – ‘el enemigo sionista’ y sus partidarios.

«La ambigüedad árabe respecto a la definición ‘del enemigo’ se inició en el último cuarto del siglo 20, a raíz de la firma de los Acuerdos de Camp David y la retirada de Egipto del conflicto árabe con Israel. [Esta ambigüedad continuó] después de la Revolución de Irán y sus ramificaciones hacia los países árabes vecinos y por el tema palestino, y después de la caída de la Unión Soviética y el final de la Guerra Fría, que afectó todos los asuntos árabes.

«[De hecho], el mundo entero entró en el nuevo siglo sin un entendimiento claro de la naturaleza del ‘enemigo’, porque para ese momento muchas [antiguas] percepciones fueron hechas añicos – [por ejemplo,] el comunismo ya no es el enemigo de la capitalista Occidente… Por lo tanto, las ideas sobre el ‘nuevo enemigo’ de Occidente se hicieron circular; ese enemigo comprende a las organizaciones extremistas que operan en nombre del Islam. Los grupos sionistas incluso trabajaron alrededor del mundo para crear una conexión entre el terrorismo y las organizaciones que se resisten a Israel, a fin de representar a la totalidad del mundo islámico como ‘el nuevo enemigo’ de Occidente.

«Ante todo lo anterior, el 11 de septiembre, 2001 es considerada una fecha importante en definir ‘al nuevo enemigo’, que Occidente encontró en lo que denominó el ‘terrorismo islámico’. Pero el Medio Oriente sigue reflexionando sobre [la cuestión de] la identidad de su actual enemigo.

«Los árabes hoy carecen de muchas cosas, pero la más prominente de estas es saber quién es [su] ‘enemigo principal’. Por otra parte, lo que principalmente les falta es un consenso árabe respecto a una estrategia conjunta con criterios para definir ‘enemigos’ y ‘amigos’. Algunos árabes argumentan que el enemigo hoy son las organizaciones terroristas, mientras que otros todavía ven a Israel como el ‘enemigo principal’ y algunos elementos árabes han salido en los últimos años diciendo que Irán es ‘el enemigo’…

«La región árabe se enfrenta a cambios importantes durante este año. Estos cambios están conectados a los tres elementos en disputa entre los árabes – es decir, cómo categorizar a Israel, Irán y a las organizaciones terroristas y extremistas. Encontramos que incluso los Estados Unidos está actualmente preocupados en [formular] su postura futura sobre estos tres elementos».


[1] Al-Bayan (Emiratos Árabes Unidos), 19 de marzo, 2015.

[2] La Cumbre de Jartum, convocada para finales de agosto, 1967 y a la que asistieron ocho estados árabes, emitió una declaración que guió la política árabe hacia Israel hasta la guerra de 1973.

 
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