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| jueves diciembre 26, 2024

El Debate sobre los Logros Judíos


Como un no-judío, me fascina que un pueblo que constituye menos del 1% de la población mundial haya hecho tan enormes contribuciones a la humanidad.

Los judíos han sido parte de mi vida en el jardín de infantes, en la Harvard Business School y a lo largo de mi carrera profesional. Fue a partir de esas experiencias que desarrollé la idea de que los judíos son los exitosos más desproporcionados del mundo.

Hace una década comencé una intensa investigación para poner a prueba la hipótesis. Ahora, después de escribir La Edad de Oro del Logro Judío, haber hablado sobre el tema, ser entrevistado en la radio y la televisión, y haber solicitado críticas y argumentos para refutar la afirmación, he llegado a creer que es simplemente cierto.

Como un no-judío, estoy fascinado por el hecho de que un pueblo que constituye 2/10 del 1% de la población mundial y el 2% de la población de EE.UU., ha hecho tan enormes contribuciones a la mejora de la humanidad.

Por citar algunos ejemplos: En el espíritu emprendedor de alta tecnología, los nombres judíos incluyen: Intel (Grove y Vadasz), Google (Brin y Page), Oracle (Ellison), Microsoft (Balmer), Dell (Dell), Qualcom (Jacobs), Facebook (Zuckerberg y Sandberg).

En las finanzas, los nombres son legión: Goldman Sachs, Rothschild, Warburg, Kohlberg, Kravis y Roberts, Wells Fargo, Lehman Brothers, Bear Stearns, y muchos más.

Como campeones mundiales de ajedrez, los judíos han mantenido el título el 54% del tiempo desde 1866.
En el 113º Congreso de Estados Unidos (2013-2015), lod judíos fueron elegidos para el 11% de los escaños del Senado de EE.UU.

Tres de los nueve jueces de la Corte Suprema son judíos.
Más ejemplos:

tabla

Principales Teorías

Mi segundo libro, El Debate sobre los Logros Judíos, rastrea las principales teorías para explicar este fenómeno. Utiliza la técnica cronológica para exponer las fortalezas y debilidades de cada una de ellas a lo largo del tiempo. Finalmente, el debate sobre los factores que explican el rendimiento se reduce a naturaleza (genética) y crianza (cultura).

Mi investigación concluye que, en efecto, la herencia genética y los vínculos entre la mayoría de los judíos del mundo (mizrahim, sefardim y ashkenazim) se remontan a miles de años. Pero el judaísmo no es una «raza», teniendo en cuenta que cualquiera puede libremente convertirse, y hoy se pueden encontrar judíos chinos, judíos etíopes, etc.

Más bien, la cultura es la influencia impulsora más importante detrás de los logros judíos. Entre los elementos de esa cultura:

La enorme importancia que los judíos le han dado a la alfabetización y la educación durante más de 2.000 años. Los judíos que se gradúan de la universidad son más del doble del promedio nacional. Asisten a las mejores escuelas, obtienen las mejores calificaciones y siguen carreras productivas.

La mayoría de los judíos creen en el progreso. No son pasivos ni resignados. Piensan que tienen el deber de ayudar a mejorar las cosas. Creen en el libre albedrío e intentan ejercitar sus mentes y cuerpos para avanzar en las direcciones que sienten importantes.

Los judíos han mantenido, desde hace mucho tiempo, valores familiares muy fuertes. Se divorcian menos. Mayormente son miembros de familias con ambos padres. La madre es amorosa, fuerte, exigente y comprensiva. El padre está igualmente comprometido. La mayoría de los eventos festivos religiosos, incluso para los judíos seculares, son acontecimientos familiares importantes, como lo es el Shabat (la cena del viernes por la noche). La lealtad a la familia y los parientes es muy valorada.

El estilo de vida judío es generalmente sano en términos de dieta, y la tendencia a las drogas y el alcohol es moderado. El cumplimiento con lo Kosher ha servido a muchos propósitos pero, históricamente, uno de ellos ha sido el de ordenar hábitos de alimentación saludables.

Los judíos, típicamente, demuestran altos niveles de auto-disciplina (gratificación diferida). Lo vemos en su dieta, en su compromiso con la educación formal, en sus carreras y en su afán de logros.

Estimulan y desarrollan sus habilidades verbales y la inclinación a expresarse, argumentar, debatir y no estar de acuerdo si se sienten fuertes. En general, la reticencia no ha sido estimada. El Talmud es un tratado religioso, pero también es esencialmente un debate académico continuado sobre la evolución de la Ley Judía a la luz de las circunstancias cambiantes.

Los judíos defienden lo que creen. Tienen «coraje». Defienden causas importantes para ellos. ¡Tímidos no son!
El comportamiento ético les es inculcado a los judíos por la Torá y el Talmud. Dios lo exige.

La racionalidad también está encarnada en el Talmud y en la vida de la mayoría de los judíos. Hay que hacer frente a los hechos sobre el terreno y adaptarse. La diáspora hizo, nada menos, que este enfoque no sea inviable. Durante la mayoría de los 2.000 años, los judíos tuvieron que existir como una pequeña minoría entre otras culturas, coexistiendo con un sinnúmero de otros pueblos, tribus y culturas con sustancialmente diferentes creencias y lenguas nativas. Mantenerse vivos exigió racionalidad y adaptabilidad.

Los judíos casi nunca adoptan la mentalidad de víctimas merecedoras de un derecho. Dios sabe que tienen más razón que la mayoría para tomar ese punto de vista, pero no lo hacen. No creen que tengan derecho. Por el contrario, ayudan a otros que están oprimidos.

En el mismo sentido, los judíos sienten un fuerte sentido del deber para con los demás y para los menos afortunados. Los judíos están entre las personas más caritativas y filantrópicas.

No hay nada singular sobre cualquiera de estos atributos culturales. De hecho, la mayoría de ellos son consistentes con las culturas de otros grupos de alto rendimiento en todo el mundo. Sin embargo, la combinación e intensidad lo convierte en una experiencia judía única, una que ha producido, sin duda, más «bien» mucho más allá de las normas esperadas.

También demuestra cómo más de nosotros podemos obtener logros y contribuir. No necesitamos tener genes judíos para apreciar y aprender del rendimiento impresionante de los judíos.

http://www.aish.com/jw/s/The-Debate-over-Jewish-Achievement.html

Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld

 
Comentarios

Los datos son abrumadoramente elocuentes, y contribuyen por si mismos a reafirmar , la presencia de un «gen judio» que dóta a un buen numero de los portadores de esa identidad, de unas capacidades especificas y singulares, puestas al servicio del bien comun , en las mas diversas áreas y disciplinas, lo cual redundariá si cabe en legitimar la afirmacion segun la cual, nos hayariamos ante un pueblo «elegido» con propositos universalistas, sin que ello le suponga perder un ápice de su esencia identitaria … ¿De cual de los demas pueblos que conforman la tierra, estáriamos en disposicion de decir otro tanto? … ahi dejo planteada la pregunta …

Y? De que nos sirve todo eso…?

«Nos» sirve de autoafirmacion ante quienes sin motivos «nos» vituperan; de conciencia colectiva de ser parte de un destino comun, substentado en propósitos elevados de milenaria pervivencia , de acicate constante en la busquedad de la «exelencia», por médio de valores y principios, que dignifican la condicion humana, de los que universalmente «hemos» sido receptores y desde siempre portadores …¿le parece poco? ….
En términos materiales, economicos, cientificos y tecnologicos, Israel y su diasporá, tambien han sido Bendecidas, con todas las consabidas exepciones própias de toda regla … ¿»Somos» objeto de envidia? atendiendo a lo señalado, razones existen para ello … ¿Nos ódian? el problema lo tienen «ellos» y deberan en tal sentido, «hacerselo mirar» …

Estamos de acuerdo con lo expresado por Eliseo. Hemos tenido compañeros, conocidos, amigos y parientes judíos y en la gran mayoría de los casos nos asombra su espíritu de superación. Conviven con otros y otras que no lo son, y se aprecia la diferencia de calidad para enfrentar la vida y sus avatares. No puedo afirmar a que se debe, pero hay muchas evidencias y lo menos que podemos hacer, como creyentes, es pensar que la mano de Dios ha actuado diferencialmente. JEV

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