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| lunes noviembre 25, 2024

Trasfondo de un linchamiento


El otro día, en los Altos del Golán, una turba enfurecida asaltó una ambulancia y atacó con piedras, palos y cadenas a los dos hombres heridos que iban en su interior, matando a uno e hiriendo gravemente al otro.

La ambulancia era israelí. Los dos hombres que portaba eran combatientes árabes procedentes de Siria. Los asaltantes también eran árabes, pero drusos en vez de musulmanes.

Varios lectores me escribieron para que explicara lo ocurrido, y asumo que otros estarán dándole vueltas a la cabeza. Yo no tengo todas las respuestas. ¿Qué clase de gente puede atacar una ambulancia? Puedo fácilmente imaginar a alguien en plena vesania política, a alguien emocionalmente inestable, a alguien con algún tipo de trastorno de la personalidad. Pero la mentalidad de una turba a veces se conforma con gente que fuera de ella tiene una psicología normal.

No puedo psicoanalizar a esa gente. Puedo, sin embargo, aportar cierto contexto que puede arrojar algo de luz sobre lo sucedido.

Los drusos son una minoría religiosa de culto esotérico radicada en el Líbano, Siria e Israel. No son sino una pequeña fracción de la población de cada uno de esos países, y son muy pocos como para disponer de un Estado propio.

El Medio Oriente es una zona difícil del mundo, y los drusos están rodeados por potenciales elementos hostiles, así que tomaron la decisión colectiva de ser leales a quien quiera que esté en el poder en el lugar en que viven. Es la única manera que tienen de garantizarse la seguridad.

Así, los drusos de Israelí son sionistas comprometidos, los de Siria están completamente del lado de Bashar al Asad y los del Líbano viran continuamente en función del caleidoscópico panorama político local.

Los drusos de los Altos del Golán –un pedazo de Siria capturado por los israelíes en la guerra de 1967– dividen su lealtad entre Jerusalén y Damasco. Si Israel se hubiera anexionado formalmente el territorio, y si Siria lo hubiera aceptado, muy probablemente se habrían convertido en sionistas comprometidos como los demás drusos de Israel. Pero quizá los Altos vuelvan algún día a manos sirias, así que los drusos que viven ahí conservan de alguna manera su identidad siria y no quieren ser vistos como enemigos del régimen de Asad. Eso los pondría en riesgo. Los israelíes les han ofrecido la ciudadanía, y algunos la han aceptado gustosos, pero otros piensan que eso no es seguro ni deseable.

Los drusos se preocupan por el bienestar de sus correligionarios en otros países.

Estos son los antecedentes. Este es el contexto.

Así que cuando una ambulancia israelí apareció con unos combatientes heridos del Ejército Libre Sirio (ELS), algunos drusos del lugar señalaron a éstos como enemigos. Son una potencial amenaza a la supervivencia de sus correligionarios del otro lado de la frontera, dado que una victoria del ELS podría llevar a la caída de Asad y a la posible entronización de Al Qaeda o el ISIS, a los que los drusos no podrían apoyar ni aunque lo pretendieran sin abandonar su religión y convertirse al islam a punta de pistola.

Así que algunos decidieron atacar la ambulancia y despachar a uno o dos enemigos incluso aunque los israelíes estuvieran tratando de salvarlos.

Es una vergüenza en muchos aspectos. Atacar una ambulancia y matar a un hombre herido –incluso si fuera del ISIS– sólo puede ser descrito como un linchamiento. Si lo hubiera hecho un Ejército convencional, sería un crimen de guerra.

Esa ambulancia estaba llevando sirios a un hospital del norte de Israel en el que médicos y enfermeras árabes y judíos trabajan juntospara curar a enfermos árabes y judíos. Si todo el Medio Oriente fuera como esos hospitales del norte de Israel, sería un lugar radicalmente diferente.

Por desgracia, esos hospitales son la excepción; la norma, la violencia contra el otro.

Los drusos son por lo general buena gente. Como miembros de una minoría, viven en precario y tienden a la moderación. No volvamos este feo incidente contra todos ellos.

© Versión original (en inglés): World Affairs Journal
© Versión en español: Revista El Medio

 
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