Estados Unidos y sus aliados han llegado a un acuerdo con Irán que asegura que éste será unEstado nuclear con misiles balísticos dentro de diez años, y eso asumiendo que Irán respetará los términos del mismo, que es mucho asumir.
Aunque sólo he echado un vistazo preliminar al documento y no quiero hacer aseveraciones definitivas al respecto, parece que Irán tendrá 24 días antes de permitir a los inspectores visitar sus instalaciones, ninguna de las cuales ha sido clausurada o desmantelada, lo que hará que hacer trampas le resulte increíblemente sencillo.
Y mientras el presidente declaraba esta mañana que las violaciones al acuerdo harían que las sanciones se retomaran “rápidamente”, la única manera de que eso fuera así sería luego de que una comisión de la ONU se reuniera y concediera que esas violaciones se han producido y volviera a imponerlas, algo que Rusia no permitiría. El presidente y el secretario de Estado han hecho grandes declaraciones sobre el acuerdo que no son ciertas; lo mismo cabe decir de los demás signatarios, a los que los ojos les hacen chiribitas con el Premio Nobel.
Este es un día infausto, y aunque los que vemos la nuclearización de Irán como la gran amenaza para el resto del siglo XXI no callemos ni nos rindamos, es apropiado tomarse un momento para desesperarse por cómo hemos llegado a esto, EEUU y Occidente.
© Versión original (en inglés): Commentary
© Versión en español: Revista El Medio
El acuerdo sellado por parte de EE UU con Iran, es la resulta de gestion «apaciguadora» y de perfil bajo llevada a cabo por Obama, en materia de politica internacional, la cual a buen seguro, habrá conseguido granjeárle las simpatias de cuantos «pacifistas de salon»pululen por ahi, ademas de hacerle «acreedor» a futuras nominaciones por parte de la ONU, pero en ningun caso contribuirá a propiciar un clima de distension, y confianza, respecto a la amenaza que para el Mundo representa la nuclearizacion irani, la cual sigue hoy mas vigente que núnca, reforzada si cabe, por las cesiones obtenidas a costa de Occidente, y las inequivocas señales de debilidad, que estas representan …