[El presidente Barack Obama, acompañado por el presidente de la Autoridad Palestina (AP) Mahmoud Abbas, revista la guardia de honor de la AP en Ramallah, 21 de marzo de 2013. (Fuente de la imagen: AFP – captura de pantalla de vídeo)]
Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
- El primer ministro de la Autoridad Palestina (AP), Rami Hamdallah, no le dijo a los congresistas visitantes estadounidenses que los $4.5 mil millones invertidos por los estadounidenses para la promoción de la democracia palestina se fueron por el desagüe o terminaron en cuentas secretas en bancos suizos. Tampoco les dijo a los congresistas que los palestinos no tienen un parlamento funcionando ni medios de comunicación libres bajo la AP en la Margen Occidental o bajo Hamas en la Franja de Gaza. Y, por supuesto, Hamdallah nunca les dijo a los congresistas que para los palestinos, las elecciones presidenciales y parlamentarias siguen siendo un sueño remoto.
- El rechazo de la comunidad internacional, en ese entonces, de hacer responsable a Arafat fue la principal razón por la que la mayoría de los palestinos fueron arrojados a los brazos abiertos de Hamas. Los palestinos no veían ninguna mejora en sus condiciones de vida, principalmente como resultado de la corrupción de la AP. Por eso recurrieron a Hamas, que les prometió cambio, reforma y el fin de la corrupción financiera.
- Por lo tanto, los estadounidenses y los europeos son responsables del ascenso de Hamas al poder.
- No hay que ser un experto en asuntos palestinos para ver que los miles de millones de dólares no han creado ni la democracia para los palestinos ni impulsado el proceso de paz palestino-israelí. La «inversión» en la democracia palestina y la paz con Israel ha sido un completo fracaso debido a la negativa de la Administración de EE.UU. de hacer plenamente responsable a la Autoridad Palestina.
- A menos que los donantes occidentales exijan que la AP use su dinero para llevar la democracia a su gente y los prepare para la paz, las perspectivas de reactivación de cualquier proceso de paz seguirá siendo cero.
Durante los últimos 20 años, EE.UU. han invertido $4,5 mil millones en la promoción de la democracia entre los palestinos en la Margen Occidental y la Franja de Gaza y para impulsar el proceso de paz palestino-israelí.
Esto es lo que el Primer Ministro palestino, Rami Hamdallah, reveló esta semana durante una reunión en Ramallah con el congresista Kevin McCarthy, Líder de la Mayoría de la Cámara de Representantes de EE.UU.
Hamdallah dijo que el dinero también se invirtió en proyectos en diversos sectores palestinos.
Los $4,5 mil millones de los que habló Hamdallah no incluyen los miles de millones de dólares vertidos a la Autoridad Palestina (AP) desde su creación en 1994. Analistas económicos palestinos estiman que la AP ha recibido un total de $25 mil millones en ayuda financiera de EE.UU. y otros países durante las últimas dos décadas.
No hay que ser un experto en asuntos palestinos para ver que los miles de millones de dólares no han creado democracia para los palestinos ni han impulsado el proceso de paz palestino-israelí.
Veinte años después, los palestinos aún tienen un largo camino por recorrer antes de que vean democracia real en la Margen Occidental o la Franja de Gaza.
Para empezar, la Autoridad Palestina, que nació de los Acuerdos de Oslo de 1993 entre Israel y la OLP, nunca fue un régimen democrático. Al contrario; lo que los palestinos tuvieron desde el principio fue un mini-dictadura dirigida por Yasser Arafat y sus compinches de la OLP y Fatah. Era un régimen corrupto, fue financiado y armado directamente por EE.UU., Europa y algunos otros países.
Los que financiaban al régimen autocrático de Arafat en ese entonces nunca se preocuparon por la democracia o la transparencia. Vertieron miles de millones de dólares en la AP sin hacer responsables a sus líderes.
El resultado fue que los palestinos tienen un régimen que no sólo los privó de la mayor parte de la ayuda internacional, sino que también tomó medidas enérgicas contra los opositores políticos y la libertad de expresión. La Autoridad Palestina era, en realidad, un espectáculo de un solo hombre llamado Yasser Arafat; él y sus compinches fueron los principales beneficiados del dinero de los contribuyentes estadounidenses y europeos.
En esa época se suponía, en EE.UU., Europa y otros países, que un corrupto y represivo Arafat, algún día, haría concesiones de largo alcance para el bien de la paz con Israel.
Dado que estaba en la nómina de los estadounidenses y los europeos, se pensaba, Arafat nunca sería capaz de decir que no a cualquier oferta – como la generosa propuesta que recibió del entonces Primer Ministro de Israel, Ehud Barak, en la fallida cumbre de Camp David en el verano de 2000. Pero cuando Arafat fue finalmente puesto a prueba en Camp David, que fue patrocinado por el Presidente Bill Clinton, se fue de la cumbre, acusando a EE.UU. de tratar de obligarlo a hacer concesiones que ningún palestino jamás aceptaría.
Los miles de millones de dólares que Arafat recibió entre 1994 y 2000 de los estadounidenses y la comunidad internacional no lograron convencerlo de que aceptara la oferta más generosa jamás hecha a los palestinos por un primer ministro israelí. Peor aún, los primeros siete años del proceso de paz resultaron en la segunda Intifada, que estalló en septiembre de 2000 – unos pocos meses después del colapso de la cumbre de Camp David.
La negativa de la comunidad internacional, en ese entonces, de hacer responsable a Arafat fue la principal razón por la que la mayoría de los palestinos fueron arrojados a los brazos abiertos de Hamas. Los palestinos perdieron la fe no sólo en el proceso de paz, sino también en la Autoridad Palestina y sus dirigentes. Los palestinos no veían ninguna mejora en sus condiciones de vida, principalmente como resultado de la corrupción de la AP.
Por eso se volvieron hacia Hamas, que les prometía cambio, reforma y el fin de la corrupción financiera. Por tanto, los estadounidenses y los europeos son responsables del ascenso de Hamas al poder.
Hasta 2007, los palestinos tenían sólo un régimen corrupto y antidemocrático, llamado la Autoridad Palestina. Desde entonces, los palestinos se han ganado otro régimen que es aún más cruel y represivo: Hamas.
Así que si $4,5 mil millones trajeron a los palestinos dos regímenes corruptos y antidemocráticos, ¿qué habría ocurrido si EE.UU. y Europa hubieran invertido unos miles de millones de dólares más en la promoción de la democracia palestina? Lo más probable es que los palestinos habrían visto la emergencia de algunas dictaduras más en la Margen Occidental y la Franja de Gaza.
Por supuesto, el primer ministro de la Autoridad Palestina no le dijo a los congresistas visitantes estadounidenses que los $4.5 mil millones invertidos por los estadounidenses para la promoción de la democracia palestina se fueron por el desagüe o terminaron en cuentas secretas en bancos suizos. Tampoco les dijo a los congresistas que los palestinos no tienen un parlamento funcionando ni medios de comunicación libres bajo la AP en la Margen Occidental o bajo Hamas en la Franja de Gaza. Y, por supuesto, Hamdallah nunca les dijo a los congresistas que para los palestinos, las elecciones presidenciales y parlamentarias siguen siendo un sueño remoto.
Pero, como la mayoría de los occidentales que visitan Ramallah, el congresista McCarthy, obviamente, no hizo preguntas rigurosas, especialmente en cuanto a las responsabilidades de los palestinos hacia la democracia y el proceso de paz. El congresista estuvo, sin duda, contento de escuchar que EE.UU. ha invertido $4,5 mil millones en democracia palestina y para impulsar el proceso de paz. ¿Pero él y otros alguna vez preguntaron si y cómo la Autoridad Palestina utilizó esos fondos para avanzar en estos dos objetivos?
No hay que preguntarles a los funcionarios de la Autoridad Palestina sobre la forma en que gastan el dinero de la ayuda estadounidense porque la realidad sobre el terreno es demasiado obvia. La AP tomó los miles de millones de dólares y sigue funcionando como un régimen corrupto y antidemocrático. La democracia es la última cosa que los palestinos esperan ver en la AP o Hamas.
¿Y qué ha hecho a la Autoridad Palestina con los miles de millones de dólares para promover la causa de la paz con Israel? ¿El liderazgo de la AP ha utilizado este dinero para promover la paz y la coexistencia con Israel? La respuesta, por supuesto, es no. En lugar de utilizar la ayuda financiera estadounidense para promover esta causa, la AP ha hecho – y lo sigue haciendo – exactamente lo contrario. Además de incitar diariamente a su pueblo en contra de Israel, el liderazgo de la Autoridad Palestina ha estado utilizando estos fondos para librar una campaña masiva en la comunidad internacional con el propósito de aislar y deslegitimar a Israel y convertirlo en un estado paria.
La «inversión» en la democracia palestina y la paz con Israel ha sido un completo fracaso debido a la negativa de la Administración de EE.UU. de hacer plenamente responsable a la Autoridad Palestina.
A menos que los donantes occidentales golpeen sobre la mesa y demanden que la Autoridad Palestina use su dinero para llevar la democracia a su pueblo y los prepare para la paz, las perspectivas de reactivación de cualquier proceso de paz en Medio Oriente seguirá siendo cero.
Esperar que los gobiernos donantes europeos y USA lleguen a exigir a la A/P el fin de la corrupcion, democracia, eleccionbes libres, terminar la persecusion de opositores es un suenio utopico. Los «pbrecitos gobernantes palestinos» tanto de la A/P como los de Hamas seguiran robando de esas ayudas y convirtiendose mas y mas ricos como lo fue el billonario Arafat. El dinero seguira lloviendo y jamas llegara a la poblacion como en cualquier dictadura que se precie.