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| lunes diciembre 23, 2024

Occidente no escucha la opinión del campo árabe-sunita


Si bien y con justa razón como ya se viene diciendo en artículos anteriores, uno de los temas más hablados del último mes es sin duda el acuerdo firmado entre Irán y EEUU. Desde la fecha que se firmó hasta el día de hoy tuvimos como portadas principales las distintas opiniones de los países occidentales frente a dicho tema, pero como siempre faltó colocar nuestro punto de atención a la opinión de los países árabes al respecto. Al pasar por alto la opinión de ciertos países en Medio Oriente no conseguiremos entender los actos políticos y diplomáticos que esa zona del mundo está utilizando para poder enfrentar los futuros conflictos bélicos como resultado del último acuerdo entre los países en cuestión.

El mundo árabe sunita ha expresado confusión al analizar los últimos años las polémicas políticas exteriores que EE.UU. estuvo dictando. Pero hoy, un signo de interrogación y pregunta con una gran sensación de angustia se pueden ver en las distintas opiniones de académicos y columnistas de países como Egipto o Arabia Saudita, en los cuales no logran entender qué es lo que llevó a la gran potencia de Occidente a tener como aliado a Irán, y renunciar de alguna manera a la alianza con el mundo árabe sunita. Es que lo ilógico e incluso lo que juega en contra de la misma naturaleza es, ¿cómo de la noche a la mañana un país como Irán, líder de actos terroristas que llegaron a traspasar fronteras, logra hoy ser un aliado de Occidente?

Esta pregunta también existe entre algunos países de Occidente, pero no con el mismo sentido, tratemos de entender el punto de vista de los países árabes sunitas. Es aquí cuando nos encontramos con un problema que para entenderlo debemos enfocarnos en los conflictos internos del Medio Oriente. Durante muchos siglos existió en esta comunidad varias diferencias entre las distintas ramas de la religión islámica que despertaron violentos conflictos y lucha por el poder.

El más conocido es entre la rama de la Shia contra la rama de la Suna, en la cual por mayoría siempre los sunitas estuvieron un paso adelante teniendo en sus manos un control sobre Medio Oriente y una alianza con Occidente.

Por eso, es que este último acuerdo preocupa, ya que en un futuro próximo Irán logrará convertirse en una potencia económica a causa de la suspensión de sanciones. Es así como Irán podrá tener acceso a fondos que fueron en el pasado congelados y junto con un nuevo flujo de inversiones extranjeras, se les habilitará sumas de miles de millones de dólares. Dentro de las relaciones entre los países de Medio Oriente volvemos a notar que los pertenecientes a la rama Sunita, no solo se sienten afectados por sus aliados en Occidente, sino, que convirtiendo a Irán en una potencia de la Shia islámica, acrecentará su poder, y en cuestión de algunos años ya no será una minoría. Junto con esto, también crecerá el conflicto interno mencionado entre las dos partes, ya que Irán tendrá las herramientas para fortalecer su destructivo plan.

El ascenso de Irán acerca los árabes a Israel

Estamos frente a una nueva era en Medio Oriente en la cual las potencias occidentales deberían tomar más en cuenta la opinión de los países en esa zona, no menos importantes como Egipto o Arabia Saudita. Interesándonos por la opinión interna y no sólo por los extremos actos de violencia que Medio Oriente vive hace años, quizás nos daríamos cuenta del nacimiento de una oportunidad que no nos podemos perder.

Al entender la preocupación de los países sunitas frente al crecimiento de la Shia, podremos ver también ciertos puntos y actitudes que juegan a nuestro favor.

El pasado 8 de julio del 2015, el reconocido intelectual Ali Salam explicó en el diario Egipcio El-Youm las diversas razones por la cual Egipto debería fortalecer sus lazos con Israel sin que esto afecte al gobierno. Ali Salam comienza su artículo diciendo que justamente la caída de los gobiernos árabes son solo el resultado de la revolución de la primavera árabe y no de las malas relaciones con Israel, como también de que Egipto no corre ningún peligro en cuestión del Sinaí ya que Israel no tiene ningún interés de volver a conquistar esa zona, por lo contrario, una buena relación con Israel podría aportar a una solución a la amenaza que el estado islámico de Irán impone.

Volviendo a Irán, también nos encontramos con un artículo escrito por el columnista kuwaití Abdallah Al-Hadlaq, que en su más reciente artículo culpa a Irán como el verdadero enemigo de Medio Oriente y no Israel, al cual lo considera incluso como un país amistoso. Considerando a Irán con un gobierno fascista, en su artículo Al-Hadlaq pone como ejemplo a Israel de ser un país que si bien tiene una fuerza nuclear, nunca amenazó en utilizar semejante armamento e incluso cuando más de una vez se vio amenazado por sus países vecinos, en cuanto bien se sabe que Irán podría sin duda hacer uso de tal desastre frente al primer conflicto con el que se vea implicado.

La pregunta que nos lleva al problema es, ¿por qué los países de Occidente no le dan una importancia a estas opiniones?, ¿Será que viven con una esperanza de que una alianza con Irán pueda ser de utilidad en el futuro para un posible enfrentamiento contra el país islámico? Sabemos que eso es imposible como también es imposible una unión de los países árabes sunitas para combatir a Irán. Es por eso que no debemos subestimar la opinión de estos países respecto al acuerdo, sería un error mucho mayor si realmente dejamos de lado y sin fuerza a esos países como Egipto o Arabia Saudita, los cuales en otras épocas fueron de mucha ayuda para Occidente.

* Estudiante de Ciencia Política con especialización en Medio Oriente por la Universidad Abierta

 
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