[Jóvenes árabes palestinos con máscaras, dentro de la mezquita de Al-Aqsa (algunos usando zapatos), acopian piedras para arrojarlas contra judíos que visitan el Monte del Templo, 27 de Septiembre de 2015.]
Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
Cuando afirmamos que Jesús era un palestino, nos convertimos en un hazmerreír internacional
- Todos sabemos muy bien que Al-Aqsa no está en peligro. Irónicamente – me da vergüenza admitirlo – gracias a la Policía de Israel, Al-Aqsa es la mezquita más segura en Medio Oriente.
- Hoy en día sacrificamos a nuestros hijos e hijas en el altar de un vacío eslogan – mentiras como «Al-Aqsa está en peligro» – en la vana y blasfema noción que el omnipotente y omnisciente Allah necesita que muramos como mártires por su causa.
- Un hadith de Mahoma dice que una gota de sangre musulmana es más valiosa que la Kaaba en La Meca, así que lo mismo debe ser cierto para las piedras de Al-Aqsa, que es menos sagrada para el Islam que la Kaaba.
- La hipocresía y la politización del Islam ha llevado deliberadamente a nuestros sheikhs a malinterpretar versículos del Corán, y de esa manera le faltamos el respeto a las palabras de Allah. Hay clérigos que presentan al Islam como una religión odiosa empeñada en el asesinato y el paganismo, y en santificar las piedras de Al-Aqsa más que la vida de los fieles musulmanes.
- El Corán promete a los Hijos de Israel que regresarán a la tierra de Israel desde los cuatro rincones de la tierra… así es que deberíamos haber recibido su regreso como prueba viviente de las palabras de Allah y la realización de las profecías de Mahoma. En cambio, combatimos a los judíos, lo que significa que combatimos los deseos de Allah.
- El Corán nos dice que los judíos son el pueblo elegido y los herederos de la tierra, así que ¿por qué nuestros líderes religiosos lo niegan y se niegan a admitir que el Corán no menciona, ni siquiera insinúa, «Palestina» o «palestinos?»
- Si los judíos hubieran venido sin la intervención divina, no habrían podido vencer a los ejércitos árabes que los atacaron durante las guerras posteriores. Su victoria fue la prueba de que Allah estaba de su lado.
- Cuando el Segundo Califa, Omar bin al-Khattab, conquistó Jerusalén, él y su asesor Caab al-Akhbar (un judío que se convirtió al Islam) afirmaron que la ubicación del Templo de los judíos había estado en el Monte del Templo, junto a mezquita de Al-Aqsa de hoy.
- Cuando afirmamos que Jesús era un palestino, nos convertimos en un hazmerreír internacional.
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Según un hadith atribuido al Profeta Mahoma (SSSS), «Una gota de sangre de un fiel musulmán es más valiosa que toda la Kaaba». Sin embargo, en lo que concierne al liderazgo religioso nacional palestino, esas palabras no tienen sentido. En sus sucias manos y con su pervertida agenda, la sangre musulmana se ha convertido en un peón político en el juego de «ataquen a los judíos».
El reciente derramamiento de sangre en el territorio palestino y dentro de Israel, especialmente en Jerusalén, sobre la base de la afirmación de que «Al-Aqsa está en peligro» – y los mortales apuñalamientos de judíos por palestinos armados de cuchillos – son crueles ejemplos de cómo Hamas y los clérigos del Movimiento Islámico distorsionan las palabras de Allah (SWAT) y el Profeta, y presentan al Islam como una religión odiosa empeñada en el asesinato y el paganismo. Parecen preocuparse más por las piedras de Al-Aqsa que por la vida de los fieles musulmanes.
Al amparo de la consigna de «La mezquita de Al-Aqsa está en peligro», los líderes de la Autoridad Palestina (AP), Hamas y la OLP, así como los miembros árabes israelíes de la Knesset y el Movimiento Islámico en Israel, envían a inocentes jóvenes palestinos a asesinar judíos en una época en la que todos sabemos perfectamente bien que Al-Aqsa no está en peligro. Irónicamente – me da vergüenza admitirlo – gracias a la Policía de Israel, Al-Aqsa es la mezquita más segura en Medio Oriente.
Todos recordamos cómo, durante la guerra del verano pasado, el liderazgo de Hamas dio la orden de disparar cohetes contra Jerusalén. Podrían, fácilmente, haber alcanzado la mezquita de Al-Aqsa y la Iglesia del Santo Sepulcro. Hamas, no obstante, ordenó lanzar los cohetes. Y todos vemos cómo nuestros hermanos árabes y musulmanes hacen volar mezquitas e iglesias llenas de fieles en todo Medio Oriente, mientras que las fuerzas de seguridad de Israel salvaguardan Al-Aqsa y las iglesias de Jerusalén. No sólo eso, sino que, a diferencia del gobierno de Jordania antes de 1967, los israelíes permiten la libertad de culto para los fieles de todas las religiones en todos los lugares sagrados de todo el país, especialmente en Jerusalén.
La hipocresía y la politización del Islam ha llevado deliberadamente a nuestros sheikhs a malinterpretar versículos del Corán, y de esa manera le faltamos el respeto a las palabras de Allah. Hay clérigos que presentan al Islam como una religión odiosa empeñada en el asesinato y el paganismo, y en santificar las piedras de Al-Aqsa más que la vida de los fieles musulmanes.
El Corán nos dice que los judíos son el pueblo elegido y los herederos de la tierra, así que ¿por qué nuestros líderes religiosos lo niegan y se niegan a admitir que el Corán no menciona, ni siquiera insinúa, «Palestina» o «palestinos?»
El Corán promete a los Hijos de Israel que regresarán a la tierra de Israel desde los cuatro rincones de la tierra… así es que deberíamos haber recibido su regreso como prueba viviente de las palabras de Allah y la realización de las profecías de Mahoma. En cambio, combatimos a los judíos, lo que significa que combatimos los deseos de Allah, al mismo tiempo que matamos a nuestros propios hijos y negamos el milagro del regreso de los judíos a su país. Nuestra débil afirmación es que no son los hijos de Israel, porque de los que se habla en el Corán no existen. ¿Cómo podemos esperar que alguna persona inteligente crea eso?
Si los judíos hubieran llegado, después de los estragos de la Segunda Guerra Mundial – refugiados hambrientos, débiles, solos, asustados – sin la intervención divina, no habrían podido vencer a los ejércitos árabes que los atacaron después de la declaración del Estado de Israel y durante las guerras posteriores. Su victoria fue la prueba de que Allah estaba de su lado. Negándolo, convertimos a Mahoma en un mentiroso (¡Allah no lo permita!) y decimos que no fue un verdadero profeta, y que la predicción del Corán del regreso de los judíos no era la palabra de Allah.
La negación de la existencia del Templo de los Judíos en el Monte del Templo es el colmo de la hipocresía musulmana y una distorsión tanto de la historia judía como de la musulmana. Nos olvidamos de que, según nuestros historiadores, cuando el Segundo Califa, Omar bin al-Khattab, conquistó Jerusalén, él y su asesor Caab al-Akhbar (un judío que se convirtió al Islam) afirmaron que la ubicación del Templo de los judíos había estado en el Monte del Templo, junto a mezquita de Al-Aqsa de hoy.
Cuando nosotros, los palestinos, negamos que los judíos son los descendientes de los Hijos de Israel con el fin de negar la promesa de Allah de darles la tierra bendita, nos convertimos en los descendientes de los cananeos y jebuseos que vivían en la tierra de Israel en la época de Moisés, que descanse en paz. Él y Josué bin Nun conquistaron la tierra y los mataron, hasta el último. Ellos eran infieles cuyas muertes fueron ordenadas por Allah. Nuestro intento de reclamarlos como nuestros antepasados, y por lo tanto como activos, vergonzosamente no es nada más que estupidez.
Sabemos que algunos de los que viven en nuestros pueblos son judíos que se convirtieron al Islam después de las conquistas musulmanas que comenzaron en el siglo VII, y la mayoría de nosotros somos descendientes de trabajadores extranjeros que vinieron al Mandato Británico de Palestina de diversos países árabes en la estela de la empresa sionista. Al tratar de rastrear nuestra «ascendencia» de los cananeos, nos mentimos a nosotros mismos y demostramos nuestra estupidez y nuestro autoengaño al mundo. Y cuando tratamos de afirmar que Jesús era un palestino, nos convertimos en un hazmerreír internacional.
De esa manera volvemos a los días de la jahiliyya, a la época anterior al Islam, cuando enterrábamos vivas a nuestras bebés de sexo femenino en la arena para que no se convirtieran en putas. Hoy sacrificamos a nuestros hijos e hijas en el altar del eslogan vacío – mentiras como «Al-Aqsa está en peligro», en la vana y blasfema noción que el omnipotente y omnisciente Allah necesita que muramos como mártires por su causa. Un hadith de Mahoma dice que una gota de sangre musulmana es más valiosa que la Kaaba en La Meca, así que lo mismo debe ser cierto para las piedras de Al-Aqsa, que es menos sagrada para el Islam que la Kaaba.
El intento por parte de Hamas y de la rama norte del Movimiento Islámico en Israel de incitar a otra intifada, basado en el absurdo de que «Al-Aqsa está en peligro», tiene dos objetivos: uno es encender una guerra religiosa de los musulmanes contra el judío, como ISIS; el otro es el deseo de la Hermandad Musulmana, financiada por Qatar, de crear disturbios públicos que conduzcan al derrocamiento de la Autoridad Palestina.
Los islamistas también han sido estúpidos en su elección del momento, creando una crisis innecesaria e irreal en una época en que todo el mundo árabe se dedica a destruirse a sí mismo, cuando chiítas matan a sunitas y sunitas matan a chiítas, creando millones y millones de refugiados para completar los cientos de miles de árabes muertos durante la llamada Primavera Árabe. La gente de Medio Oriente no tiene tiempo para enfrentar las inútiles mentiras del sheikh Raed Salah, líder de la rama norte del Movimiento Islámico en Israel.
Mahmoud Abbas, y el resto de los niveles superiores de la Autoridad Palestina, han estado ciegos ante los astutos complots de Hamas para poner fin al control de Fatah en la Margen Occidental. Lo que ocurrió con la AP en Gaza cuando Hamas tomó el poder en 2006-2007, sucederá de nuevo en la Margen Occidental; Mahmoud Abbas y su equipo serán arrojados de los edificios más altos de Ramallah o ejecutados con una bala en la parte posterior de la cabeza.
Si, de hecho, Hamas toma el poder en la Margen Occidental, nuestras vidas se convertirán en pesadillas, porque como los gazatíes, tendremos que obedecer las órdenes del Emirato Islámico de Hamas. Entonces el sueño de un estado palestino se evaporará para siempre – porque un emirato islámico terrorista, gemelo del de la Franja de Gaza, será universalmente inaceptable.
En cuanto a los judíos, una vez se lo daríamos en bandeja. Volverían a destruir las casas de asesinos que son demasiado estúpidos para entender otra cosa que la incitación y el odio que absorben en las mezquitas, los medios de comunicación palestinos y las redes sociales. Siguiendo a ISIS, todo lo que están haciendo con sus cuchillos es cortar en pedazos el futuro estado palestino. Ha llegado el momento de darse cuenta de que el uso de cuchillos (shibrie) contra los judíos no nos va a dar ni siquiera una franja de tierra (shiber), y tenemos que cambiar nuestra estrategia. Tenemos que hablar con los israelíes y obtener nuestro estado palestino por medios pacíficos. Nos lo darán: han ofrecido hacerlo tantas veces ya – de lo contrario no lo conseguiremos en absoluto.
Bassam Tawil es un académico con sede en Medio Oriente.
Insisto una vez mas, en asociar hechos y conductas, con propósitos de vida y objetivos a alcanzar
En el caso del islam, quedan de manifiestos unos y otras, al hilo de lo que viene siendo su trayectoria desde su aparicion hasta el dia de hoy … Sus fieles y adeptos podrán naturalmente decir y argumentar lo que quieran, pero mas esclarecedoras que sus palabras, mas ilustrativas y definitivas a la hora de enjuiciar la sinceridad de éstas, el caracter authentico y sagrado de su fé, y la supuesta veracidad de los fundamentos sobre los que estos se asientan, estan sus «obras» aquellas que a la postre nos definen a todos, individual y colectivamente , sin exepcion alguna …
Nada de cuanto pregonan los musulmanes, de cuanto se proponen ni de los medios que para alcanzar sus fines utilizan, puede ni tan siquiera remotamente relacionarse con Di-s …
La Santidad, Misericordia, Justicia, Equidad con las que justamente identificamos los Atributos Divinos, brilla en ellos por su atronadora ausencia, hasta convertir en caricatura grotesca, cualquier aproximacion que en relacion a ello pretendamos hacer …
En identicos términos podriamos hablar de aquellos que enarbolando el coran, dicen luchar por los derechos de la «causa palestina» almacenando para ello armamento en al aksa, y adiestrando en sus madrasas, a jóvenes sobre el modo de degollar a un «infiel» sea este judio o no …
Si todo esto resultára tan búrdo, abyecto y despreciable, moveriá a la carcajada burlesca de aquellos que ante ello se detuvieran a reflexionar un instante …