Pequeña crónica de un viaje a Israel

Y Pájaros, muchos pájaros, distintos de los que vemos aquí , disfrutando de las flores, del entorno rico y abundante; pelicanos volando bajo de paso por allí…….cerca de la Reserva de Hula; colinas taladradas con esmero matemático para construir una magnifica autopista ; puentes gigantescos para dar paso al tren, que, ademas, entra en la montaña gracias a nuestra tuneladora gigante que se fue para allá para cumplir con su trabajo-

De vez en cuando, la sirena estridente de la ambulancia.

De vez en cuando, dos o tres F15 surcan el cielo con  el tremor de sus motores. Aparecen de pronto, y al instante ya no están.

Las ciudades parecen tranquilas, sus gentes viven el momento tan difícil con valor y sin hacerse demasiadas preguntas, para que ? muchas ya no tienen respuestas, han sido dadas desde ya. Así que siguen adelante……….

Se respira en la mayoría de los casos, amabilidad.

Y al ritmo de los paseos, encontré una Naturaleza impresionante.

Arboles insaciables hundiendo sus raíces atolondradas en la tierra cual enjambre de tubos, con hojas maravillosas y troncos espectaculares, cada uno de ellos era una obra de arte; y eucaliptos, gigantes; arbustos con flores que nunca había visto……trepando, cubriendo las callejuelas, formando arcos de color y de verdor,  fresco y jugoso .

Dice la Biblia que todos los arboles del mundo han de vivir en Israel cuando todo este resuelto y parece que es lo que esta ocurriendo.

El viejo Tel Aviv, recuerdo de épocas históricas y entrañables de  miseria, valor y amor, se esta convirtiendo poco a poco en una ciudad admirable por el respeto a su viejo entorno, y por la osadía de sus edificios nuevos, mirando a un mar inmenso tras una larga playa de arena fina como la seda .

Casi todas estas torres te dejan boquiabierto, por la “ desproporción “ imaginativa de los arquitectos, unos israelíes, otros no.

Cristal , mucho cristal, asimetría, madera irrumpiendo de pronto en el acero  ; círculos rompiendo lineas rectas, terrazas que aparecen, y luego desaparecen; torres inclinadas, nostalgias de Pisa, nostalgias de la asimetria de Venecia también, en gris oscuro, e inclinadas en varios sentidos, uniéndose para no caerse…… la simetría, aburrida y simplona, no se casa con este pais milagroso donde nada es como en otro lugar, desde su concepción  hasta la dura lucha de hoy en día.

En algunos barrios, calles estrechas, con casas reformadas que guardan su original concepto, rodeadas de jardines mágicos, cafes y tiendas de vanguardia, arboles por todas partes, diferentes, altísimos, cubriendo redondas balconadas o blancas superficies netas y puras de la época del Bauhaus.

Yo diría que la arquitectura de Tel Aviv es de una tal riqueza que se pueden pasar días mirando las construcciones sin encontrar ninguna similitud, y todas originales, con reminiscencias de tantas épocas ! Y todas bañadas por una naturaleza poco pudorosa  y un respeto por lo antiguo digno de admiración.

Jerusalem, ella, serena y consciente de su fuerza y su poder, con esa luz peculiar que reflejan sus piedras bajo la caricia del sol.

A la vez majestuosa, señorial, y profundamente tierna con tanta historia a sus espaldas; prisionera de sus propios relatos, enganchada a un pasado que a nadie puede dejar indiferente.

Por tanta vida acumulada bajo tierra, y tantas vivencias milenarias, no puede dejar de ser majestuosa, imponente y a veces, turbadora.

Allí también la naturaleza se permite la ligereza de dejarse llevar por el ritmo de la ciudad; alli también la arquitectura no solo es respetuosa con las huellas del pasado, sino que se deja inspirar por ellas, ambientando lo nuevo con un toque de modernidad profundamente intelectual y bañado por las piedras de Jerusalem, tan vaporosas al reflejo de su luz.

Ni una piedra colocada lo es sin una idea previa.Ni una frase, ni un árbol. Los monumentos por si solos ya están cargados de historia, de memoria, de vivencias y de dolor en la mayoría de los casos.

Y la vida sigue, fulgurante de creatividad, de imaginación, de asombrosas ideas; bibliotecas gratuitas en las paradas de autobús y en las calles, por ejemplo.

Y el regalo pictórico de la Capital de Israel,  el Museo de Israel : no hay barreras de ningún tipo, uno puede admirar la mas mínima pincelada de un pintor casi con la punta de la nariz, nadie le llama a uno la atención; la entrada es  como una suave ascensión hacia la belleza, a través de  amplios espacios bordeando el Jardín de Billy Rose, con sus espectaculares esculturas, y uno va subiendo  como para preparar al espíritu y a la mente a entregarse a la contemplación.

Un ancho pasillo con los colores del arco iris culmina la llegada y desde allí, se desintegra uno de sala en sala, una mas bella que la otra,… una de  trajes de novia tradicionales, otra de sinagogas del mundo, con las autenticas sinagogas traídas y recolocadas en las salas, otra de Biblias, otra de momias, otra de Egipto, otra de colecciones privadas donadas por coleccionistas a nombre de sus seres queridos, y mas y mas…..tres pisos donde uno va de asombro en asombro pasando por rincones de luz que se abren al jardín y sus olivos plantados con amor,  a una sorprendente escultura de ramitas de árbol entrelazadas, o simplemente a las redondeces voluptuosas y tranquilas de una Jerusalem consciente de su impacto .

Y luego entra uno en el Museo de los manuscritos del mar muerto, a través de salas oscuras recordando las grutas, y allí también, aunque ya muy antigua, la gran arquitectura del Museo, cúpula blanca,  trompo inversado regado por chorritos de agua contra un muro negro , todo ello inmerso entre la piedra de Jerusalem y la vegetación salvaje y cargado de simbolismo.

Y lo llamativo es que las personas que cobran en la entrada del Museo, que informan, así como las que custodian cada una de las salas, son personas mayores, jubiladas desde hace años, diría yo, y que encuentran una nueva manera de ser útiles, en vez de sentirse arrinconadas por las vicisitudes de la edad.

De Yad Vashem, el Museo del Holocausto,  es muy difícil hablar; del pabellón del millón y medio de niños asesinados por los nazis, también, creo que es una  vivencia personal que ninguna palabra puede describir.

Si, solo una : ocurrió ante la indiferencia y la pasividad del mundo.

Igual que hoy, donde vemos inverosímiles actos inhumanos que no levantan una sola reacción o si lo hacen, no conduce a ninguna toma importante de posición para que el horror cese de  inmediato.

Como si la inhumanidad se hubiera nuevamente apoderado del mundo en general.

Y luego esta la otra realidad: las visitas a las fronteras con Libano,  Siria, Gaza.

Y lo  vemos a pocos metros de nosotros.

Lo que llaman “ campo de refugiados “ son ciudades con casas nuevas de color marfil, de tres o cuatro pisos, del mismo estilo  del entorno, donde no se percibe miseria alguna, calles y avenidas.Justo en frente. (1º foto )

En la segunda foto, lo que se ve en primera linea, son campamentos de beduinos, van y vienen. Como pueden ver son ciudades , no campos de refugiados como los medios los suelen llamar.

En Gaza, el Paso Fronterizo de ese pais llamado Gaza  con Israel , en estas fotos.

Grandes instalaciones con aire acondicionado, mesas, sillas, grandes ventanas de cristal y metal, y un policía y un aduanero, como en cualquier pais de antes de Schengen.

Los arabo musulmanes que de allí salían, para entrar en Israel, todos muy bien vestidos, las mujeres sobretodo, y con enormes maletas muy llenas.

Una de las habitaciones del recinto se deja para casos especiales que puedan llevar bombas encima.

Los medios alegan que el paso es penoso, largo, incomodo y caluroso.

La verdad es que como mucho, tardan entre 15 y 20 minutos en pasar. El recinto esta impoluto y fresco.Nada de lo que dicen los medios es verdad.

En los campos se distinguen las  fronteras no solo por la frontera en si, de alambrada, y por la carretera de tierra que la sigue en paralelo, sino  porque hasta donde llega Israel, todo esta cuidado y verde, cultivado con tira lineas, sean hortalizas o arboles frutales.

Mangos gigantes, pomelos gigantes, palmeras , aguacates…….

Mas allá, cuando empieza el pais vecino, esta todo marrón, o amarillento, y no crece nada porque la tierra  no esta labrada ni cuidada-

Cuando se llega a las vías del tren, que pasa cerca de la frontera en el sur, vemos que los ingenieros han tenido que bajar las vías para esconderlas detrás de terraplenos, con el fin de evitar así los ataques desde el pais vecino.

Lo que supone un gigantesco gasto suplementario, por supuesto.

El pais esta aun, con sus 67 años , sus condiciones peculiares , su vulnerabilidad y su inseguridad, avanzando para resolver poco a poco los problemas de un pais muy joven edificado sobre pantanos sin mucha ayuda y con muchos enemigos tenaces y vengativos.

Aun están los cableados de alta tensión al aire; casas en estado muy precario, según los barrios, y mucho por resolver.

Con eso y con todo, si tuviera que definir la palabra “ milagro “ contestaría : Israel.