A veces se necesita a alguien de fuera para ver la solución a un problema difícil. En el caso del Proyecto Wadi Attir, una iniciativa revolucionaria de agricultura sustentable y turismo que se está enraizando entre los beduinos del Negev, ese alguien era un ex residente.
“Visité Israel en 2007 y fui con un amigo al Negev a ver las tecnologías desarrolladas en los Institutos Blaustein para Investigación en el Desierto de la Universidad Ben-Gurion”, dijo Michael Ben-Eli, fundador de The Sustainability Laboratory, una organización sin ánimo de lucro con sede en Nueva York. Nacido en Israel, Ben-Eli, no había estado en la zona desde que sirviera en el ejército israelí en la década de 1960.
“También visitamos las poblaciones beduinas cercanas”, continuó. “Quedé asombrado al ver poblaciones irreconocibles y pobreza. Por un lado, hay un camino con todas estas tecnologías fantásticas, pero por otro hay tanta miseria, y nadie de que cierre la brecha.
Después de encontrar socios entusiastas y talentosos entre los beduinos, entre ellos el químico orgánico Mohammed Alnabari, alcalde de la municipalidad beduina de Hura, Ben-Eli convenció a sus auspiciadores de que se trataba de la oportunidad perfecta para contribuir al bienestar de los beduinos de poner en acción sus principios teóricos de sustentabilidad.
Lanzado en 2009 con fondos de una organización sin fines de lucro de Estados Unidos y el Consejo Municipal de Hura, el proyecto Wadi Attir combina técnicas israelíes de avanzada con conocimientos tradicionales de los beduinos para crear actividades que sean ecológicamente sensatas y que generen ingresos.
El proyecto de restauración del ecosistema del Proyecto Wadi Attir combate la desertificación.
“Muchos excelentes proyectos de todo el mundo caen bajo el marco de la sustentabilidad pero tienden a enfocarse en un problema o sector, como agua o energía, mujeres o pobreza. Queríamos un lugar que nos diera suficiente libertad para desarrollar un proyecto que involucrara un sistema completo, y demostrarlo, dijo Ben-Eli a ISRAEL21c.
Este ambicioso plan encontró su lugar en Wadi Attir, una zona desértica de 100 acres afectada por la erosión. Después de seis años de desarrollo bajo los 12 fundadores y cinco directores de la Cooperativa Wadi Attir, el Proyecto Wadi Attir está transformando la tierra y las vidas de los residentes del lugar mediante iniciativas en cría de animales e industria láctea, cultivo y producción con plantas medicinales, además de volver a plantar plantas oriundas de la región.
En Wadi Attir todo se conecta con un sistema integrado de tecnologías verdes para mejoramiento del suelo; energía solar y eólica y producción de bio gas; compostaje con desechos orgánicos; riego de avanzada; y tratamiento y reciclado de agua residual.
El proyecto está manejado por un empresario de Hura, Yones Nabari, quien ofreció sus servicios como voluntario los dos primeros años. Ahora trabaja de tiempo completo.
El profesor Stefan Leu de la Universidad Ben Gurion encabeza un proyecto de restauración del ecosistema de secado de Wadi Attir con el uso de métodos para convertir tierras de desierto en terrenos fértiles. Su personal plantó 4000 árboles de 17 especies diferentes en el sitio para enriquecer el contenido de carbono del suelo y atrapar agua con sus raíces. Crearon montículos bajos para reducir la escurrentía, limitar la erosión, y retener agua en el sitio.
“Este programa para mejoramiento del suelo ya está mostrando excelentes resultados”, dijo Ben-Eli. “Cuando comenzamos, el sitio parecía un paisaje lunar, y ahora hemos cambiado la flora y biodiversidad de éste”. Las plantas atrajeron insectos que hacen la polinización cruzada, lo que a su vez atrajo pájaros. Los patos encontraron lagunas de agua capturada.
El proyecto de cría de ganado e industria láctea de Wadi Attir usa rebaños de ovejas y cabras.
En los últimos tres meses Wadi Attir incorporó 100 ovejas y 150 cabras. Este programa une prácticas modernas y económicamente viables de cría animal consistentes con las necesidades de los beduinos. “Esperamos la primera ronda de nacimientos en julio”, dice Ben-Eli.
Veinticinco beduinas de la localidad aprendieron a hacer queso orgánico, y una moderna planta láctea en el sitio funcionará como cooperativa para ayudar a granjeros con poca tierra a encontrar un mercado para la leche.
Grupos de mujeres locales también están siendo capacitadas en Wadi Attir para plantar jardines de semillas otrora nativas de la zona, con el propósito de volver a introducir fuentes orgánicas de vegetales para nutrición e ingreso de las familias beduinas.
Las mujeres del proyecto de verduras nativas preservan y documentan técnicas de cultivo tradicionales beduinas y aportan a una mejor nutrición
Un curandero beduino, Ali Alhawashla, documentó 38 plantas del desierto usadas con fines medicinales, y está cultivando 15 en un terreno de 20 acres para procesar una amplia gama de remedios y cosméticos. Junto con la gerente de proyecto, Eti Golan, naturópata, herborista clínica y emprendedora, planean escribir una guía de las prácticas de sanación beduinas en árabe, hebreo e inglés.
Un centro de entrenamiento y para visitantes, localizado ahora en una estructura temporal, ofrece un lugar para ecoturismo y entrenamiento técnico, así como apoyo para innovación sustentable, emprendedurismo, agricultura del desierto y cría animal.
“Wadi Attir se está convirtiendo en una núcleo educativo al que concurren muchos jóvenes de escuelas secundarias del Negev para hacer estudios ambientales y ecológicos”, dijo Ben-Eli. “Cuando el proyecto completo esté operativo, probablemente 70 personas trabajarán directamente en él, pero tendrá un impacto mucho mayor en la comunidad y en quienes lo visitan y aprenden lo que ofrece”.
El proyecto de plantas medicinales utiliza el conocimiento tradicional de los beduinos en remedios naturales.
Los objetivos Ben-Eli para 2015 son terminar el centro de visitantes, las instalaciones de ordeño y la planta láctea, implementar por completo los sistemas para bio gas, hacer compostaje, reutilizar aguas grises y energía solar, y desarrollar líneas comerciales de productos lácteos y medicamentos a base de hierbas.
El proyecto Wadi Attir cuenta con el apoyo de una amplia coalición que incluye a Keren Kayemeth LeIsrael-Jewish National Fund (KKL-JNF) en Israel y Estados Unidos; investigadores de la Universidad Ben-Gurion del Negev, fundaciones y donantes individuales, y un consorcio gubernamental encabezado por el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, que incluye al Ministerio de Desarrollo del Negev y Galilea; la Autoridad de Desarrollo Económico del sector minoritario, la Oficina del Primer Ministro; y la Autoridad de Asentamientos Beduinos en el Negev.
Nabari, el gerente de proyecto, en conversación con ISRAEL21c, dijo que entre los muchos beneficios que Wadi Attir ofrece a los beduinos de la región está una relación más robusta y estrecha con organismos gubernamentales israelíes y organizaciones como KKL-JNF.
Agrega que el proyecto está aportando educación ambiental, que es muy necesaria para los niños de la zona, además de oportunidades para que las beduinas se ganen la vida fuera del hogar. “Las mujeres sienten que están contribuyendo a la comunidad; se sienten conectadas e importantes”, dijo Nabari.
Temas relacionados: Proyecto Wadi Attir, comunidades beduinas del Negev, beduinos en Israel, Universidad Ben-Gurion del Negev, laboratorio de sustentabilidad, Michael Ben-Eli, descertificación, ecología del desierto, hierbas medicinales, restauración de secanos, Stefan Leu.
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