[El Presidente Palestino, Mahmoud Abbas, y la Ministro de Relaciones Exteriores sueca, Margot Wallström (Foto: Reuters)]
Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
«Conquistaremos Roma y luego las dos Américas… los judíos, cristianos y comunistas, todos deben ser asesinados, hasta el último…» «…los judíos están planeando hacer estallar la Mezquita Al-Aqsa».
Esta es la propaganda que se difunde en los medios de comunicación, patrocinada por Hamas, que controla la Franja de Gaza, y en ocasiones también por la Autoridad Palestina, que controla la Margen Occidental. En otras palabras, la idea de los líderes de ISIS de conquistar Roma es realmente compartida por todas las organizaciones de la Jihad Islámica. Hamas realmente dijo las mismas cosas mucho antes de ISIS. En este sentido, no hay diferencia entre la jihad global que perpetra asesinatos en masa en París y la jihad global tratando de matar judíos en Israel.
Sin embargo, la Ministro de relaciones Exteriores sueca, Margot Wallstrom está suministrando explicaciones, e incluso racionalizaciones, para la jihad global. Estos no son asesinos. Están simplemente desesperados. Y su desesperación los ha impulsado a llevar a cabo asesinatos masivos en París, Jerusalén, Londres y Madrid. Según ella, estos asesinos son en realidad activistas de la libertad. Sólo están tratando de impulsar un acuerdo entre israelíes y palestinos, para poner fin a la ocupación. Bueno, podemos exigir que Wallstrom escuche lo que realmente están diciendo: No quieren la paz. No quieren dos estados para dos pueblos. No quieren poner fin a la ocupación israelí. Quieren un imperio islámico que gobernará al mundo entero.
Eso incluye a Suecia. Mientras tanto, hay que señalar que están matando mayormente a musulmanes. Lo están haciendo en Nigeria, Siria, Irak, Libia, Pakistán y Afganistán. La mayoría de los jihadistas no sabría señalar a Israel en un mapa. Pero Wallstrom afirma que están matando, asesinando y sembrando destrucción en el mundo a causa de los palestinos. ¿Habla en serio?
Otra cosa que también debe aclararse: En los últimos 15 años, ha habido tres propuestas de paz serias sobre la mesa, dos estados para dos pueblos. Bill Clinton hizo su propuesta a finales de diciembre de 2000, Ehud Olmert hizo una similar en 2008, y Barak Obama propuso su solución para un acuerdo en marzo de 2014. Tres veces dijeron «no».
¿Por qué? No a causa de los asentamientos y no a causa de Jerusalén. Insistieron en «el derecho de retorno», que significa la aniquilación de Israel. ¿Y qué hace Suecia? Transfiere cada vez más presupuestos a las «organizaciones de derechos» que apoyan «el derecho de retorno».
Así es que, la verdad debe ser dicha: No hay ninguna conexión entre la jihad global y el conflicto palestino-israelí. En 2014, más de 32.000 personas fueron masacradas por la jihad, la mayoría musulmanes. No los asesinaron para promover un acuerdo de paz entre Israel y Palestina. Hay, sin embargo, una relación entre el hecho de que todavía no se haya llegado a ningún acuerdo y el hecho de que Suecia – y no sólo Suecia – continúa transfiriendo fondos a las organizaciones que se oponen a un acuerdo de paz justo de dos estados para dos pueblos.
La realidad es que el 99 por ciento de los que viven bajo la influencia del Islam radical pagaría cualquier precio para vivir bajo gobierno israelí. Pero, ¿qué importa eso? ¿Y quién se preocupa por los hechos? Wallstrom ha convertido a Israel en el chivo expiatorio. Israel tiene la culpa. Todo es causado por Israel. Israel también debe ser culpado por el calentamiento global. No, no es broma. Eso es lo que Clare Short, ex ministra en el Parlamento británico, afirmó. Eso es lo que les sucede a las personas que sufren de judeofobia o zionofobia o Israelofobia. Es todo lo mismo.
De vez en cuando, tenemos que admitir que hay algunas reclamaciones legítimas contra Israel. Pero, ¿qué vamos a hacer acerca de la locura que ha asolado a parte de las élites del mundo libre? ¿Cómo podemos enfrentar las acusaciones que son tan absurdas que es realmente vergonzoso refutarlas? Una enfermedad similar prevaleció en algunas partes del mundo libre durante la década de 1930. Algunas de las élites también contrajeron la enfermedad en ese entonces. Se trataba de los judíos. Tenían la culpa de todos los problemas. Ahora se trata de Israel. Y Wallstrom debe ser tomada en serio. Sus opiniones son peligrosas.
Tal vez las intenciones de Wallström sean buenas. Quizás. Para demostrarlo, Suecia debería dejar de financiar a cualquier y a todas las organizaciones que se oponen a una solución de dos estados para dos pueblos, o que apoye «el derecho de retorno». Eso podría ser la más importante contribución de Suecia a la promoción de la paz y la reconciliación. La pelota está en el campo de Suecia.
Este artículo ha sido previamente publicado en diarios suecos.
La dificultad que entraña hacer entender lo obvio, a quienes de antemano se niegan a asumirlo, contribuye significativamente a agravar el problema planteado a Occidente por el islam …
En otras palabras, la proliferacion en las intituciones europeas de personajes como la tal Wallstrom, allanada el camino a los que tienen jurado su perdicion, y vienen utilzando para ello, todos los medios a su alcance, muchos de los cuales les son proporcionados, por los discursos melífluos y actitudes condescendientes, de mandatarios acomplejados o carentes del menor realismo politico y sentido de la responsabilidad … Sin el concurso de todos ellos (activo o implicito) la actual situacion seriá potencialmente reconducible, desde la unidad de criterio y de accion frente al enemigo comun representado por el yihadismo … al no ser asi, cualquier iniciativa en tal sentido corre el riesgo de quedar socavada, minada en sus mismos fundamentos, por la tibieza y claudicacion de estos impresentables …