Con la actual campaña terrorista palestina contra Israel a punto de iniciar su tercer mes, muchos aún no tienen claro qué es lo que pretenden conseguir los palestinos, que ni siquiera pueden ponerse de acuerdo en un nombre para su campaña. Algunos de ellos la llamanintifada, mientras que otros se refieren a ella como haba yamahiriya (“ráfaga” u “oleada popular”).
Los palestinos tampoco han sido capaces de ponerse de acuerdo en los motivos que habría tras los apuñalamientos, tiroteos, lanzamientos de cócteles molotov y atropellos. El líder de la Autoridad palestina (AP), Mahmud Abás, ha insistido en las últimas semanas en que los terroristas van a matar judíos llevados por “la desesperación y la frustración” y por la falta de “horizonte político”. Pero Abás parece ignorar deliberadamente que los responsables de la violencia son él y su Autoridad Palestina, junto a Hamás, la Yihad Islámica y otras facciones palestinas, como consecuencia de su incitación constante contra Israel.
Una vez más, cualquiera podría haber predicho lo que iba a suceder. Durante todo el pasado año, Abás estuvo diciéndole a su pueblo queIsrael planeaba destruir la mezquita de Al Aqsa y “cambiar el carácter y la identidad árabe-musulmana” de Jerusalén. Acusó a los judíos de “profanar la mezquita de Al Aqsa con sus sucios pies”. El rais, sus portavoces y los medios controlados por la AP también han insistido en que Israel estaba cometiendo “crímenes de guerra” y “ejecuciones sumarias” de inocentes palestinos.
Como Abás sabe, ésa es precisamente la clase de incitación que impulsa a los adolescentes palestinos a agarrar un cuchillo, salir a la calle yasesinar al primer judío que se encuentran. Esos jóvenes palestinos son también trágicas víctimas de la insidiosa campaña que, con soflamas antiisraelíes, llevan a cabo líderes palestinos como Abás, predicadores en mezquitas, medios de comunicación y redes sociales.
Contradiciendo lo que Abás declara indignado, nadie ha encontrado aún a un terrorista que afirmara haber atacado a un judío pordesesperación y frustración ante la falta de horizonte político. Si se examinan las cuentas de esos jóvenes terroristas en las redes sociales, muchos afirmaron que salieron a matar judíos para defender la mezquita de Al Aqsa. Parece que se vieron influidos por la romántica visión conjurada por las ficticias acusaciones de Abás de que los judíos conspiraban para destruir la mezquita, acompañada por sus propias fantasías desbocadas, en las que se veían como héroes que acudían en su rescate.
Un estudio publicado la semana pasada refuta la tesis de Abás de que los palestinos están cometiendo atentados llevados por la desesperación y la frustración. Según la encuesta realizada por el Centro Watan de Estudios e Investigación, el 48% de los palestinos entrevistados considera que el verdadero objetivo de la intifada es “liberar toda Palestina”. En otras palabras: aproximadamente la mitad de los palestinos considera que la intifada debería conducir a la destrucción de Israel.
Lo que resulta llamativo es que sólo el 11% de los entrevistados dijera que la verdadera finalidad de la intifada debería ser liberar sólo los territorios conquistados por Israel en 1967. Otro 12% de los palestinos consideraba que el objetivo era liberar a los prisioneros retenidos por los israelíes.
Los resultados de la encuesta, en la que participaron 1.167 palestinos mayores de 18 años, muestran que la mayoría sigue buscando la destrucción de Israel: sólo unos cuantos consideran que el futuro Estado palestino esté formado por la Margen Occidental, la Franja de Gaza y Jerusalén Este. Quieren que la intifada reemplace Israel con un Estado palestino; preferentemente, uno gobernado por Hamás y organizaciones yihadistas como el Estado Islámico y Al Qaeda.
Estos palestinos no ven diferencia entre, pongamos, Maale Adumim, un asentamiento a las afueras de Jerusalén, y cualquier ciudad de Israel. Sólo hay que mirar las noticias de los medios palestinos para ver que Tel Aviv, Rishon Lezion, Kiriat Gan y Raanana son consideradosasentamientos. También muestran que los palestinos no distinguen entre un judío que vive en la Margen Occidental y uno que vive en Israel: todos son considerados colonos y colonialistas.
Ninguno de los palestinos entrevistados en la encuesta se quejó de sentir desesperación y frustración, o de falta de horizonte político.Evidentemente, lo que los guía es el odio a los judíos y a Israel. No tienen ningún problema con los asentamientos o las malas condiciones de vida; lo tienen con la existencia de Israel. Una mayoría cree que puede y debe ser destruido. No buscan una solución de dos Estados, como alegan los dirigentes palestinos.
Según la encuesta, más del 75% de los palestinos apoya el empleo de la violencia contra Israel. Más del 44% de los encuestados aprueba el uso de armas de fuego contra los israelíes; el 18% está a favor de utilizar cuchillos para matar judíos y a otro 14% le gustaría que los palestinos usaran piedras. Eso contradice las afirmaciones de Abás de que los palestinos quieren un levantamiento “pacífico y popular”.
Otro relevante descubrimiento de la encuesta es que el 72% de los palestinos quiere que prosiga la actual intifada. En otras palabras: una abrumadora mayoría de ellos quiere que sus jóvenes cometan más atentados contra civiles y soldados israelíes. Quieren más ataques terroristas porque sus líderes y periodistas les están diciendo que quienes matan judíos son héroes y mártires en cuyo honor se dará nombre a calles, plazas, escuelas y competiciones deportivas.
El secretario de Estado estadounidense John Kerry, que visitó Israel y Ramala la semana pasada en un intento de acabar con los atentados, fue incapaz de lograr ningún avance. Antes incluso de llegar a Ramala para reunirse con el presidente Abás, Kerry fue duramente criticado por referirse a la violencia palestina como “terrorismo”. Los palestinos que se manifestaron cerca de la oficina de Abás corearon proclamas en las criticaban a la Administración estadounidense por su intento de detener los ataques terroristas contra israelíes e instaron a boicotear a Kerry, al que también declararon persona non grata en Ramala.
A estas alturas, Kerry y la Administración estadounidense ya deberían saber que los palestinos están librando una guerra contra Israel no debido a la desesperación y la frustración, sino porque aspiran a destruirlo, como demuestran los resultados de la reciente encuesta.
El objetivo de los palestinos es la destrucción de Israel. Es un hecho que otros occidentales tienen que asumir: que la lucha palestina tiene como principal interés eliminar a Israel, no “la creación de un Estado palestino que viviría en paz y con seguridad junto a Israel”. La reciente encuesta debería traducirse al inglés y ser distribuida entre todos esos grupos propalestinos que siguen clamando que el conflicto es consecuencia de la ocupación israelí de la Margen Occidental, la Franja de Gaza y Jerusalén Este.
Actualmente está claro que en realidad el conflicto palestino-israelí no se debe a la ocupación iniciada con la creación de Israel en 1948. Las tres últimas intifadas palestinas y las anteriores guerras árabe-israelíes tuvieron (y aún tienen) un objetivo: borrar a Israel del mapa.
© Versión original (en inglés): Gatestone Institute
© Versión en español: Revista El Medio
El ódio homicida, incentivado por la envidia está en el origen de estas revueltas, y no la desesperacion
en tanto que ésta ultima es utilizada como «argumento justificador» respecto a aquellas, ante la comunidad internacional …
un objetivo inconfesable oculto, tras un pretexto fingido, ésa es toda la interpretacion que yo hago de todo esto
algo recurrente por parte árabe tras 7 décadas de enfrentamientos continuos, salpicados de actos de terrorismo
suficiente como para no «conocerlos» ya a estas alturas, y tener claro cuales son sus trétas de siempre, que a otros tal vez aún logren engañar, pero por fortuna no a todos …