El profesor Amit Gefen está completando un estudio de viabilidad para la Fundación de Agricultura Moderna. Foto vía Facebook
Un biólogo holandés, Mark Post, fue noticia en todo el mundo el año pasado cuando cocinó una hamburguesa de ternera hecha con tejidos musculares de res desarrollados en un laboratorio. Según él, en un par de décadas, la carne de cultivo en laboratorio a precios muy asequibles puede satisfacer la creciente demanda en el mundo, lo cual eliminaría las cuestiones éticas y medioambientales relacionadas con la cría de animales para consumo humano.
La Fundación de Agricultura Moderna en Ramat Gan, en el casco urbano de Tel Aviv, se ha unido al desarrollo de la producción en masa de carne in vitro al embarcarse en el único proyecto dedicado solamente al pollo, cuya carne es la segunda más popular del mundo, siguiendo muy cerca al cerdo. Cada día pasan por el matadero 23 millones de pollos para comer sólo en Estados Unidos.
“Somos un grupo de individuos interesados que han llegado a la conclusión de que lo que el mundo necesita urgentemente, en términos de mejorar el medio ambiente y la calidad de vida animal, es que todos se haganveganos”, dijo la cofundadora de MAF, la bióloga Shir Friedman, “pero eso no es realista. Así que cuando supimos de la idea de carne artificial cultivada en laboratorio nos dimos cuenta de que esa es la forma de reducir el daño a los animales y al medio ambiente, a la vez que ofrece a la gente la carne que quieren comer”.
La organización, sostenida por voluntarios y sin ánimo de lucro, fue fundada en marzo del pasado año, y en enero lanzaron el primer estudio de viabilidad de su clase en el mundo para determinar costos, recursos necesarios y un calendario para poner en el mercado pechugas de pollo de producción in vitro.
El estudio, financiado por fondos privados, está dirigido por el profesor Amit Gefen de la Universidad de Tel Aviv, y se espera que esté terminado en enero de 2016.
“Nuestro objetivo es el desarrollo de pechugas de pollo con bioingeniería. Estas son populares en muchas culturas y países así que queremos probar la viabilidad de este concepto y, particularmente, identificar lagunas en el conocimiento y los retos que encontraremos en el camino hacia la producción comercial”, señaló Gefen, quien espera desarrollar una carne sintética libre de tejidos animales o de subproductos asociados.
Solución “mágica”
Si el proyecto de MAF avanza, necesitará una inversión cuantiosa, dijo Friedman, que asistió al Primer Simposio de Carne Cultivada, celebrado en Holanda en octubre.
“Los investigadores y emprendedores que formarán parte de nuestro proyecto nos ayudarán a diseñar nuevamente la industria de alimentos y avanzar hacia un mundo más limpio, saludable y respetuoso con el medio ambiente”, dijo Friedman. “Nuestro principal objetivo es acelerar la llegada de carne cultivada a las tiendas. Cuanto antes llegue ese día, menos daño tendrá que sufrir nuestro planeta”.
Además de apoyar la investigación, MAF realiza presentaciones a estudiantes, investigadores y público en general para crear más conciencia sobre la carne in vitro como antídoto frente a los problemas del medio ambiente del mundo.
“Las industria lácteas, de carne y huevos están hoy entre los principales responsables del cambio climático. Consumen grandes cantidades de recursos valiosos, como energía o agua potable, y contribuyen al desencadenamiento de pandemias como la gripe porcina que son la causa de la muerte de miles de millones de animales cada año”, dice Friedman en sus presentaciones.
Cerca de la mitad de la superficie de la Tierra está ocupada por explotaciones de ganado y cultivos para alimentarlo, dijo Friedman. Un tercio del agua dulce se utiliza para el ganado y lo que comen, y la mitad de las emisiones de gas de efecto invernadero vienen del transporte de las cabezas de ganado al matadero.
La producción de carne sintética necesitaría entre un 7 y un 45 por ciento menos de energía, 90 por ciento menos de agua y un 99 por ciento menos de tierras agropecuarias. Todo el proceso resultaría en un 80 y un 90 por ciento menos de gases de efecto invernadero emitidos a la atmósfera.
“Si 2.500 millones de personas se unen a nosotros para comer sólo carne cultivada de aquí al año 2050, habríamos recuperado todos esos recursos. Es verdaderamente una solución mágica”, dijo Friedman a ISRAEL21c.
No son ‘transgénicos’
Una de los retos más grandes para MAF es convencer al consumidor de que la carne in vitro no es “comida transgénica” y que no requiere de ingeniería genética. No es un sucedáneo de la carne, sino 100 por ciento carne. Cuando la producción sea a gran escala la carne cultivada no se hará en laboratorios sino en grandes fábricas, como cualquier otro alimento procesado, como la pasta de tomate o los copos de maíz.
La producción de carne cultivada comienza con la incubación de células madre en un entorno rico en nutrientes que facilita el crecimiento y división celular. Todos estos recursos tecnológicos ayudan a las células a formar una fina capa de tejido muscular, también conocido como carne.
“Estamos simplemente facilitando que la biología haga su trabajo y permitiendo que las células creen los tejidos musculares que ya saben hacer. La carne será idéntica en sabor y en componentes a la de un animal, incluso más saludable pues podemos controlar la cantidad de colesterol y grasas”, explicó Friedman. “Será una forma bastante sostenible de alimentar al planeta”.
Añade que las autoridades rabínicas consultadas por el MAF creen que el pollo sintético será intrínsicamente kosher. Un musulmán que participó en el simposio le dijo a Friedman que si éste reúne los requisitos de comida kosher, será también aceptable según los requerimientos de comida halal, como los requiere el islam
“Hay incluso posibilidades de que podamos cultivar carne de cerdo kosher”, dijo Friedman.
Resulta interesante señalar que la investigación sobre carnes sintéticas comenzó en 1912 a partir de la célula de un embrión de pollo, pero fue muy adelantada para su tiempo en términos de tecnología disponible y conocimiento. No fue hasta 1999 cuando un científico holandés patentó un proceso para hacer carne de laboratorio.
El profesor de la Universidad Hebrea Yuval Noah Harari, autor de Sapiens: De animals a dioses, dijo que si el proceso llega a ser económicamente viable “las consideraciones ecológicas y éticas harán que la carne cultivada sea algo irresistible. La carne cultivada es una de las más importantes revoluciones en la historia de la alimentación y en la historia de la humanidad”.
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