¿Por qué tengo la sensación de no ser el único en tener una pésima opinión de esta administración norteamericana? Sobre todo en lo que a Israel respecta no albergo la menor duda de que les importa poco y lo que les importa constituye un costoso y frustrante esfuerzo de imaginación tanto para el presidente como para su representante el señor Kerry. No se ha visto en ningún momento que presionen a los palestinos u otras naciones árabes para que de una vez y para siempre dejen de hacerse los tontos con la violencia y el integrismo que están apoyando, ni hemos presenciado las críticas que merecen Arabia Saudita y ese falso remedo de modernidad, Turquía, cuya política exterior ningún dinero comprará.
En cambio tanto el ministro norteamericano como su presidente lanzan opiniones agoreras sobre Israel como si realmente les importara. De estar implicados de verdad por la situación deberían ponerle los puntos sobre las íes al señor Abbás. No les gusta nada el responsable actual de Israel, Mr. Netanyahu. Y sin embargo BN está haciendo lo que debe, contenerse frente a los cuchilleros y conductores asesinos, aclarando una y otra vez la posición israelí respecto del Monte del Templo.
No habrá un estado binacional, ni habrá tampoco, en el cercano futuro, un estado palestino. Este podría consolidarse ahora mismo si los señores de la guerra de Gaza y los fatuos políticos que llevan Cisjordania así lo quisieran ¿ por qué no? Pero ya sabemos lo que quieren, ya sabemos que no aceptan un estado judío allí ni en ningún lado. Están empeñados en arrastrar a todo el mundo hacia su área de influencia, pero en estos momentos el Daesh les ha robado protagonismo. Si la diplomacia sirviera actualmente para algo los aliados embarcados en la lucha contra el yahadismo se estarían esmerando en ella¿ no? ¿Cómo pretender, entonces, que lo haga Israel con gente de la misma calaña? ¿Por qué pedirle al más débil que se avenga a que lo pasen por una operación de degüello colectivo? La fortaleza de Israel es para la defensa sí mismo y, como estamos viendo, esa defensa se gradúa hasta extremos inimaginables ante amenazas portentosas y cada día más oscuras.
Quienes de verdad tienen la fuerza del dinero y la influencia son los saudíes, los jeques del golfo e Irán, que son los que alientan en lo que podría ser Palestina independiente el suicidio de niños y niñas quinceañeras. Esa fuerza es la de la financiación, dólares regalados desde hace décadas a una comunidad inútil y cizañera que los gasta en su propia destrucción.
Por supuesto que Israel quiere la paz, señor Kerry, pero no al precio que a usted le interesa.
Desde luego que los judíos queremos independencia y seguridad y debemos defendernos a nosotros mismos, y como esa es la pura verdad, no habrá ninguna abdicación israelí en la tierra de los ancestros. Habrá buena vecindad cuando nuestros enemigos así lo quieran, no antes.
Entretanto, Kerry, váyase a jugar al golf con el señor Obama, a quien Hollywood espera con los brazos abiertos apenas deje de ser presidente. Tienen pensando hacer un film con él como actor que se llamará El descrédito ilustrado de América. Seguramente en blanco y negro, pues así es como esta administración ha visto y ve las cosas en el mundo.
Obama es el gran jefe de los terroristas. Sabe se muy bien que quiere mucho que el mundo sea musulman.