Traducción de Egon Friedler
Al parecer todos los progresos en materia de desarrollo humano, no han logrado evitar que con cada nueva generación surjan facciones radicales que conmueven al mundo con su habilidad para convencer a gente corriente a que cometan atrocidades incalificables.
Pensamos en los recientes ataques en San Bernardino, que fueron ejecutados invocando a Dios y la religión, con la misma perplejidad que nos confundió en otras insensatas crueldades del Siglo XXI. Hacemos ingentes esfuerzos para tratar de comprender cómo esta violencia absurda puede ser concebida por mentes humanas y expandirse como un incendio incontrolable. Y por supuesto, nos proponemos evitar que se repitan, y nos planteamos cómo combatir con eficacia contra estas nuevas versiones del extremismo que se extienden como una plaga en el mundo.
La clase de extremismo que enfrentamos hoy es un cocktail letal de barbarie medieval y fascismo moderno. Es una visión del mundo que rechaza la tolerancia, promueve la misoginia y glorifica la violencia. Es un extremismo que propugna la implementación de la Sharía y sus castigos draconianos. No es representativo del Islam y obviamente está totalmente fuera de lugar en el mundo moderno.
Sin embargo, es una visión del mundo con precedentes contemporáneos. Desde que llegó al poder Ruhollah Khomeini en 1979, Teherán se presentó como un modelo exitoso, al cual los fundamentalistas debían seguir para obtener status, poder y legitimidad soberana. Este planteo envía un mensaje desafiante a extremistas sunnitas como el Estado Islámico ¿Por qué no habrían de crear su propio estado islámico si los fundamentalistas shiítas ya habían creado el suyo?
Si bien los orígenes conceptuales de esta ideología extremista surgieron en los primeros años del Islam, solo llevaron a su conversión en una formidable fuerza global luego de que el fundamentalismo se adueñara de Irán luego de la revolución de 1979.
El régimen que reemplazó al Shah, que también era antidemocrático y detestable, comenzó a exportar el fundamentalismo islámico en una escala sin precedentes hasta ese momento. Secuestros espectaculares, ataques suicidas y asesinatos en serie, se convirtieron en la norma a medida que los clérigos de Teherán comenzaban a construir su versión de un estado teocrático.
En esa etapa temprana, las facciones terroristas shiítas, incluyendo milicias en Irak, Hezbollah en el Líbano, los Houtis en el Yemen y otros fueron formados directamente por el régimen iraní. Sin el apoyo del gobierno de Teherán, su influencia y su capacidad operativa se habrían evaporado muy rápidamente y habrían desaparecido. Pero su ideología agresiva y su modelo organizativo pronto adquirieron un gran potencial destructivo a medida que obtuvieron acceso a un apoyo militar, diplomático, militar y propagandístico de carácter masivo dentro de las fronteras soberanas de Irán.
Así comenzó el primer “califato” moderno, años antes del primer ataque de Al Qaeda en el Yemen y tres décadas antes de la creación del Estado Islámico.
Muchos suponen que el fundamentalismo sunnita es un fenómeno único, totalmente diferente en su carácter a los dogmas de los clérigos shiítas en Teherán, pero en realidad las diferencias son ínfimas. De hecho, el fundamentalismo sunnita se ha fortalecido considerablemente bajo el paraguas político y espiritual de la teocracia iraní. Ambos comparten similares objetivos ideológicos: el establecimiento de un estado religioso, que implemente la Sharía por medio de la fuerza.
Existen numerosas evidencias de que el régimen en Teherán ha armado y financiado a extremistas sunnitas en diversos lugares y en diferentes oportunidades. Irán no solo ha sido un patrocinador de Hamas durante muchos años, sino que, como lo señaló recientemente el Secretario de Estado norteamericano John Kerry: “ISIS fue creado con 1500 prisioneros liberados de las prisiones de Assad, y por 1000 prisioneros que Maliki dejó salir de las cárceles de Irak. Ambos grupos se fusionaron formando una fuerza terrorista con el apoyo y la dirección logística de Teherán.
En años recientes, la masacre de centenares de miles de sunnitas en Irak y en Siria perpetrada por el régimen iraní y las organizaciones que dependen de él ha dado una fuerte motivación socio-política al Estado Islámico. Irán amplía los tentáculos de su hidra extremista en todas partes, con misiones de inteligencia, allí donde no hay grupos armados. Al ser Irán uno de los factores que otorgan legitimidad a la amenaza islamista global ¿Qué es lo que se puede hacer?
La historia demuestra que nada es más peligroso para el fundamentalismo y el extremismo que los ideales democráticos y las tendencias moderadas. Esto ha sido evidente en Irán, donde los blancos principales han sido los grupo9s musulmanes moderados incluyendo al Mujahedin-e Khalk (MEK).
Para tener un éxito real, las campañas militares y las operaciones de inteligencia en esta región deben ser complementadas por una interpretación del Islam que sea democrática y tolerante. Solo por medio de una estrategia clara que brinde un apoyo real y efectivo y efectivo a las fuerzas que luchan por la libertad y por un liderazgo moderado podremos escapar a la repetición de los episodios más trágicos de nuestra historia.
***Maryam Rajavi es la presidenta electa del Consejo Nacional de Resistencia de Irán, cuyo objetivo es el establecimiento de un Irán, democrático, secular y no nuclearizado.
(Traducido del inglés del sitio de la oposición iraní en Internet “Irán Focus” por Egon Friedler)
Desgraciadamente el fanatismo tiende a extenderse con mucha mayor fuerza y rapidez, que la moderacion, al no precisa al igual que ésta, de elementos reflexivos y argumentos objetivos que le brinden soporte , y le otorguen legitimidad y razon de ser …
bueno es pues hacer pedagogia, siempre que seamos conscientes , que sus efectos prácticos, apareceran a medio y largo plazo, y no de forma «instantanea» como seriá deseable .
entretanto el yihadismo seguirá cobrandose victimas, acaparando territorios y médio (petrolíferos, armamentiscos y otros) y devastando todo a su paso, sin que apenas nadie de lo impida de manera terminante …
Algunos en éste fóro y en otros, siguen afirmando que señalar a la republica islamica de Iran, de inductora, mecenas y propagadora de esta locura, no pasa de constituir un ejercicio calumnioso, cimentado en acusaciones infundadas, y tendenciosas … a los tales, les invito a una séria reflexion al respecto (si es que aún conservan en ellos esa facultad intelectual) y en caso contrario, a que «se lo hagan mirar» …