Las últimas tres plagas son enviadas sobre Egipto: langostas devoran todas las cosechas y vegetales; una oscuridad tangible envuelve a la tierra; y todos los primogénitos de Egipto son eliminados la medianoche del 15 de Nisan.
Di-s ordena la primera Mitzva (precepto) a Israel: establecer un calendario basado en el ciclo mensual lunar. A los israelitas se le ordena ofrecer un “Sacrificio pascual” a Di-s: un cordero o un cabrito que debía ser degollado y parte de su sangre debía ser salpicada sobre las jambas de las puertas de cada casa israelita, para que Di-s la saltee cuando venga a matar a los primogénitos egipcios. La carne asada de la ofrenda debía ser comida esa misma noche junto con matzá (pan ácimo) y hierbas amargas.
La muerte del primogénito finalmente rompe la resistencia del Faraón y literalmente echa a los Hijos de Israel de su tierra. Tan rápido parten, sin tiempo para que sus masas leuden, que las únicas provisiones que tienen son sin leudar. Antes de irse, piden de sus vecinos egipcios oro, plata y ropas, vaciando a Egipto de su fortuna.
Los Hijos de Israel reciben el mandamiento de consagrar todos los primogénitos y observar el aniversario del Éxodo cada año a través de deshacerse de todo alimento leudado durante siete días, comiendo matzá, y contando la historia del Éxodo a sus hijos. También reciben la mitzvá de ponerse Tefilín (filacterias) en el brazo y la cabeza, como un recordatorio del Éxodo y su compromiso para con Di-s.
ISRAEL ES COMO LA LUNA
No es casualidad que Di-s nos ordenara observar un calendario lunar. El pueblo de Israel es como la luna. Al principio su brillo es muy tenue, apenas una cinta, un destello, pero va creciendo hasta iluminar la más oscura de las noches. Luego comienza a disminuir hasta que, aparentemente desaparece, pero, sin embargo, sigue estando en el cielo y el ciclo recomienza.
Lo mismo ocurre con la historia del pueblo judío. Hubo períodos en que, poco a poco fue emergiendo de las tinieblas, hasta llegar a brillar en todo su esplendor. Luego comenzó a declinar hasta, aparentemente, desaparecer. Pero así y todo, aun en la mas oscura de las noches, aunque no se vea, el pueblo de Israel ¡SIGUE EXISTIENDO!
El oro de Egipto
Por Elisha Greenbaum
«Habla a los Hijos de Israel, y ellos tomarán prestado de sus vecinos recipientes de oro y plata» (Instrucciones finales antes del Éxodo-Éxodo 11:2)
¿Siguieron las noticias del último año acerca del profesor de leyes egipcio que inició una demanda contra la judería mundial ante la Corte Internacional de Justicia? Demandó que los judíos devolvieran el oro y la plata que sus ancestros tomaron en su salida.
No es la primera vez en la historia que se hace tal reclamo: Alejandro el Grande una vez presidió un juicio similar en el que los reclamos egipcios fueron eventualmente derrotados por el abogado judío que calculó los salarios debidos a 600.000 esclavos durante 400 años y demandando primero el pago. Los egipcios hicieron la cuenta y huyeron.
Muy bien, ellos nos deben más de lo que nosotros le debemos a ellos, ¿pero por qué, en primer lugar, tomamos el dinero? El esclavo promedio a quien se le presenta una posible oportunidad de liberación seguramente estará muy ocupado saliendo del país para estar preocupado en hacer rondas pidiendo recuerdos de sus antiguos amos. La tradición relata otra cosa. «El vaciado de Egipto» fue una prioridad tal que Di-s insistió a través de Moisés, que los judíos fueran puerta por puerta a colectar. Los comentaristas explican que Di-s insistió que los judíos se hicieran ricos para cumplir Su pacto con nuestro padre Abraham «Tus descendientes serán extranjeros en una tierra ajena, serán esclavizados… y luego saldrán con grandes riquezas». En la enseñanza jasídica, este «saqueo» de la riqueza de Egipto es análogo a la riqueza espiritual que los judíos aumentaron durante su residencia en Egipto. Salieron acompañados por tesoros de oro y plata, pero el verdadero motivo por el que estuvieron exiliados en Egipto fue por la remuneración espiritual obtenible. Los años de esclavitud fueron marcados por las dificultades físicas que encontraron, pero la intención de Di-s fue que su sufrimiento actuara como un «horno de fundición» —colectando, refinando y elevando los elementos de santidad ocultos ahí y haciendo que toda la experiencia fuera finalmente recompensada.
Dondequiera uno se encuentre, cualquier cosa que uno esté haciendo, hay un propósito a ser realizado, y ganancias espirituales para ser buscadas. Los caminos de la vida por los que tropezamos no son digresiones acerca de nuestro viaje, ni son cadenas de deseos que buscan esclavizarnos a excesivas restricciones a nuestra libertad. Venciendo todos los obstáculos y huyendo de amos extraños llegamos al recipiente de oro que espera al final de nuestro paso por la vida. (www.es.chabad.org)
Deja ir a mi pueblo
En los años 80’, el lema de la campaña para liberar a los judíos soviéticos provenía de esta parashá: “Deja ir a mi pueblo”, le dijo Moshé a Paró. Sin embargo, esa es tan sólo la primera parte de la frase que empleó Moshé. Él continuó: “Deja ir a mi pueblo… para que sirvan a Dios”. En otras palabras, déjalos ir para un determinado fin.
Para el pensamiento judío, la libertad no es intrínsicamente valiosa. Si un hombre es libre y utiliza su libertad para lastimar a otros, para abusar de su cuerpo con drogas o para desperdiciar su vida, ¿acaso tiene algún valor aquella libertad? Sería mejor que fuera un esclavo.
La libertad tiene valor solamente cuando está acompañada de un propósito. Sin un propósito, las personas no estarían más felices siendo libres que esclavas.
El estado moderno de Israel ha enfrentado múltiples desafíos existenciales a través de su historia: guerras, terrorismo, condenas de la ONU. Sin embargo, desde mi punto de vista, la mayor amenaza para Israel hoy en día no son ni Ahmadinejad ni Hamás. La mayor amenaza de Israel es la falta de propósito. Por lo menos un millón de israelíes han abandonado el país. Los jóvenes israelíes están desilusionados. El sucio negocio universal de la política es aparentemente similar en Israel. Hoy en día Estados Unidos es un lugar más seguro que en el pasado y los judíos allí gozan de una libertad sin precedentes. ¿Cuál es el propósito de Israel?
“Deja ir a Mi pueblo… para que sirvan a Dios”. La libertad debe incluir un propósito con sentido.
Y entre todas las naciones, que el pueblo judío carezca de sentido es sumamente irónico. Toda nuestra historia se ha remontado desde siempre a sueños de un mundo mejor y a luchar por ese fin. Desde el inicio del pueblo judío, el concepto de ser una “luz para las naciones” nos ha inspirado y guiado. Y lo hemos logrado. Los valores de nuestra Torá han influido al mundo entero.
Siempre hemos tenido un propósito, y éste sigue estando a nuestro alcance. Si tan sólo nos aferráramos a él. Que una persona se ahogue es trágico, pero que una persona se ahogue estando inmerso en unos pocos centímetros de agua y siendo que todo lo que necesita hacer es levantarse, es terriblemente trágico.
Eso es lo que ocurre con algunos judíos actualmente. Nos estamos ahogando porque los jóvenes judíos no logran encontrar sentido en el judaísmo. ¿Judaísmo sin sentido? Eso es ahogarse en unos centímetros de agua. Es tiempo de que nos levantemos. Y si tú ya estás levantado, entonces ayuda a alguien más a levantarse. (www.aishlatino.com)
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