Casi de más está aclarar que la información que obra en nuestro poder es la que ha sido publicada por fuentes israelíes, tanto oficiales como medios de comunicación. No tenemos evidentemente ninguna investigación independiente sobre la identidad del terrorista. Nos podemos limitar a recordar que tras una intensa investigación en la que la información de Inteligencia es una pieza central, soldados israelíes llegaron en medio de la noche a la casa de la familia Adais y se llevaron consigo al adolescente de 15 años, seguros de que se trataba del asesino.
Diferentes elementos no publicados , indicaban en forma tajante que al ubicarlo a él, habían llegado al responsable del terrible crimen en Otniel, por el cual Natan Meir , Director de la Yeshivá de Susia, quedó viudo, con sus seis hijos de entre 4 y 17 años, huérfanos de madre.
Al día siguiente, en otro atentado similar-que afortunadamente no terminó en tragedia pero sí con heridas- otro jovencito palestino, menor de edad, atacó a puñadas a una mujer israelí embarazada, dentro del asentamiento de Tekoa.
Y nos preguntamos qué puede pasar por la mente de un joven que decide empuñar un cuchillo y salir a matar. Cómo es capaz….Y que no hablen de desesperación…
Lamentablemente, al conocer el ambiente de incitación en el que viven, nada puede sorprender.
Según lo declarado por Bader Adais en entrevistas a medios israelíes al preguntársele qué le parece el asesinato atribuido a su hijo, se opone, lo condena y considera que «nadie puede estar feliz con algo así». Pero según la prensa local, cuando habló al respecto en la radio palestina, en árabe, dijo otra cosa: «Si fue él, es un orgullo que lo haya hecho».
Hace pocos días fue presentado al gobierno israelí el informe anual sobre la incitación palestina en los medios, las redes sociales, en las distintas formas de llegar al público. El problema no es solamente lo que circula sin nombre y apellido por las distintas redes , sino lo que sale de fuentes oficiales, del propio liderazgo, lo que supuestamente es un mensaje desde arriba: la foto de la terrorista Ayat al Akhras, que mató a dos personas-entre ellas una jovencita de su misma edad- años atrás en un atentado suicida a la puerta de un supermercado en Jerusalem , «engalanando» la entrada de la escuela «Artas» cerca de Belén; lo que aparece en la página oficial de la Seguridad Presidencial palestina, mostrando como héroe a un terrorista asesino liberado y recibido por el Presidente Abbas, tras años en los que su familia recibía mientras él estaba en la cárcel, subvenciones de apoyo; el dibujo de un niño palestino en un charco de sangre, mientras un cerdo y un simio con gorros con una estrella de David , están a su lado, en evidente referencia a un versículo del Corán que habla de judíos como esos animales, y dando a entender en el contexto actual que los israelíes asesinan niños palestinos.
Esto último fue publicado el día en que dos adolescentes palestinos , primos de 13 y 15 años, acuchillaron e hirieron gravemente a un niño israelí de 13 años en Jerusalem. Uno de los atacantes fue abatido y el otro resultó herido y fue tratado en el Hospital Hadassah de Jerusalem, mientras el propio Presidente Abbas mentía públicamente alegando que había sido ejecutado.
Desde el 13 de setiembre, víspera de Rosh Hashaná, año nuevo judío, cuando murió Alexander Levlovich a causa del choque que sufrió cuando perdió control de su coche por las pedradas de varios jóvenes palestinos, hasta el 18 de este mes, 29 personas fueron asesinadas en diversos atentados, la mayoría israelíes, pero también un palestino y un ciudadano extranjero. Hubo 108 acuchillamientos, 37 ataques con armas de fuego y 22 embestidas con coches sobre transeúntes y paradas de ómnibus. Además, 289 israelíes resultaron heridos, 25 de ellos de gravedad.
No es difícil captar la dimensión del fenómeno, si figuras oficiales palestinas hablan de «actos heroicos». Si uno de los líderes de Al Fatah y miembro de su Comité Central, ex jefe de Inteligencia palestina, Tawfiq Tirawi, dice a la televisión independiente palestina Ma´an que «Hitler no era moralmente corrupto, era intrépido». Si en un libro de literatura para el último año de secundaria, el poema a estudiar dice «los opresores han ido demasiado lejos, por lo cual la jihad es un privilegio, desenfunden la espada y no la vuelvan a guardar».
Esta situación impone sin duda un serio desafío a Israel. No es una amenaza existencial. No lo es ninguna de las amenazas terroristas que rodean a Israel, tampoco la de Hizbala, que ahora se revela había organizado desde Líbano una célula en Cisjordania, para incentivar a los palestinos a cometer atentados suicidas .
Pero es más que una molestia.
Israel deberá hallar la forma de lidiar con esta amenaza mejor de lo que lo ha hecho hasta ahora, aunque son más los atentados que frustra, que los que finalmente se concretan.
Pero es difícil ver cómo los palestinos dan marcha atrás en este proceso, cómo neutralizan el daño que ya han hecho a su propia gente al envenenar sus mentes con incitación y odio.
Las madres palestinas deberían ir al frente de una lucha por frenar esta incitación asesina. Sería una lucha por el alma y la cordura mental de sus hijos.
Si Occidente sigue financiando a la Autoridad Palestina y a su sistema educativo sin exigir que esta incitación al asesinato de judíos sea combatida realmente por la Autoridad Palestina, la posibilidad de la coexistencia pacífica de ambos pueblos es impensable.