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| lunes diciembre 23, 2024

Túneles para la próxima guerra


Algo se mueve bajo tierra. En las últimas dos semanas, al menos 11 miembros del brazo armado del grupo islamista Hamas han muerto en «accidentes laborales» al derrumbarse los túneles que cavaban en la Franja de Gaza. Habitantes de poblaciones fronterizas israelíes denuncian «ruidos extraños» cerca de sus casas. Temen más al tipo armado que pueda salir de un túnel directo a su cocina que al proyectil.

Temblores de tierra ejercen de tambores de guerra. Mientras más de 1.000 efectivos de una unidad especial de Hamas siguen cavando diariamente, soldados israelíes rastrean cualquier agujero sospechoso de ser la saluda de un túnel. De momento, sin encontrarlo. «Hacemos esfuerzos en Inteligencia y operaciones preventivas ocultas ante la amenaza de los túneles», revela el jefe del ejército, el general Gadi Eizencot.

Dos años y medio después de su masivo duelo, Israel y Hamas se intercambian amenazas públicas que elevan la tensión y mensajes secretos que buscan apaciguarla. En un segundo plano, Egipto destruyó el grueso de los 1.200 túneles que conectaban la zona del Sinaí con la franja palestina controlada por su enemigo islamista.

Desde la destrucción de 33 túneles que alcanzaban su territorio en la operación ‘Margen Protector’, Israel ha invertido centenares de millones para encontrar una solución tecnológica que desactive la «bomba de relojería bajo tierra». Una ‘Cúpula de Hierro’ que detecte y frene la construcción de túneles como hace con los proyectiles de Gaza. Tras estudiar unas 400 propuestas, Defensa espera encontrar la fórmula este mismo año.

«No pararemos»

«Construimos túneles en toda la Franja para defender a nuestro pueblo y liberar la mezquita Al Aksa. No pararemos hasta la liberación de lugares santos«, promete el líder islamista Ismail Haniya citando, sin mencionar, a Israel como destino de los pasadizos: «En la zona oriental de Gaza, los héroes cavan túneles y en la zona occidental, realizan ensayos de proyectiles».

Haniya es favorable a mantener la tregua aunque aclara que «no sirve para dormir o descansar sino para prepararse ante un enfrentamiento futuro con Israel».

Desde la guerra de 2006, el grupo chíi Hizbulá se ha convertido, para Hamas, en el modelo a seguir en la lucha de guerrillas contra Israel basada en túneles y proyectiles desde tierra.

Habilitados con electricidad, línea de comunicación y luz, son pasadizos de dos metros de altura, 1,5 de ancho y 25 de profundidad. Suficiente para esconder y trasladar milicianos y armas. La obra de Hamas -más rápida que la del tranvía en Tel Aviv- proporciona una infraestructura que sirve a sus comandos para moverse sin miedo a ser liquidados por la Fuerza Aérea israelí y para el lanzamiento programado de proyectiles contra el sur de Israel sin exponerse en la superficie.

Eizencot revela que «los túneles son una prioridad desde el año 2006, cuando los terroristas usaron un subterráneo para penetrar en Israel, matar a dos soldados y secuestrar a Guilad Shalit».

En una reunión con varios medios extranjeros, el jefe de la división de operaciones, el general Nitzan Alon, se remonta a la retirada de la Franja (2005). «Se habló de convertir Gaza en Singapur pero Hamas empleó el dinero en armas y no en beneficio de los habitantes. En lugar de usar el cemento que llega a Gaza para construir casas, lo destina a túneles contra Israel«.

«Se trata de la época más tranquila en la frontera desde hace décadas pero al mismo tiempo Hamas construye su fuerza para el momento adecuado», nos dice sin querer detallar la cooperación con Egipto contra el enemigo común ni los últimos «accidentes» en los túneles. «Haremos todo lo posible para destruirlos en el lado israelí», concluye.

Una tregua débil

A sólo 800 metros de Gaza, en el Kibutz Nahal Oz, confían en sus palabras pero saben que la tregua puede derrumbarse en cualquier momento. Su habitante más famoso, el diputado centrista de origen argentino Haim Yelin exige combinar una respuesta militar y política: «Si el ejército detecta un túnel, debe destruirlo de forma inmediata para evitar un atentado. Por otro lado, hay que dialogar de forma indirecta con Hamas para mejorar la vida de los casi dos millones de habitantes de Gaza».

«Unos 1.000 camiones con productos básicos y cemento entran diariamente a Gaza desde Israel, pero no es suficiente. Hay que facilitarles la construcción de un puerto, universidades, etc. El palestino que no trabaje en la fábrica de Coca Cola acabará cavando un túnel para atacarnos», dice Haim Yelin a EL MUNDO.

Mohamed vive en el barrio de Zeitun (Gaza). Su casa -destrozada en el 2014 por las bombas como otras miles en la castigada Franja- acaba de ser reconstruida. Preguntado por France Presse, este simpatizante del FDLP admite que Hamas se prepara para otra guerra. «Comenzamos con piedras. Ahora tenemos cohetes. Mientras Israel siga en mi tierra, la resistencia continuará», asevera.

El dilema de Netanyahu. Si bombardea un túnel para prevenir un ataque y provoca bajas en las filas de Hamas, la tregua se romperá. Si no hace nada y un túnel acaba posibilitando una infiltración, será triturado por la prensa y por el líder laborista Isaac Herzog, que le pregunta: «¿A qué esperas? ¿A que los terroristas aparezcan en un kibutz?».

 

 
Comentarios

que se les caigan los techos encima de una vez por todas!!!

Agustin Cohen

No se ve ninguna solución ni acorto plazo ni a largo plaazo-, Israel debe amenazar con enegía atomica a aquella nación que se
atreva a amenazar su intregridad terrotiliar .

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