El presidente de Irán Hassan Rohani se doctoró en derecho constitucional en la Universidad Caledonia de Glasgow, Escocia. El canciller Mohamad Javad Zarif estudió en la Universidad de San Francisco y se doctoró en derecho internacional en la Universidad de Denver. El arquitecto de la actual victoria electoral reformista Mohamad Reza-Aref obtuvo el título de doctor en ingeniería eléctrica en la Universidad de Stanford. El perfil occidental de estos políticos, sumado al acercamiento con Occidente en la cuestión nuclear, ha llevado a muchos observadores a certificar la moderación del régimen ayatolá. ¿Pero es esto realmente así?
Gran parte de la prensa mundial se mostró encantada con los recientes resultados electorales en Irán, país en el que no existe la democracia. El Consejo Guardián, de cuyos doce ayatolás la mitad son designados a dedo por el Líder Supremo Alí Khameini, vetó a seis mil de los doce mil postulantes al Parlamento. De los 801 candidatos a la Asamblea de Expertos, que tiene potestad para elegir al sucesor de Khameini, sólo la cuarta parte, o 161, pudo competir. Mir Hossein Mousavi y Mehdi Karroubi, los dos líderes del movimiento verde pro-democracia que fue suprimido violentamente en las elecciones robadas por Ahmadinejad en 2009, están todavía bajo arresto domiciliario. El ex presidente Mohamed Khatami tiene prohibido salir del país. Incluso el diario socialista español El País, en un editorial titulado con optimismo “Irán empieza a cambiar” debió admitir que “los iraníes han podido elegir no entre diferentes opciones, sino entre diferentes matices de una misma opción”.
Efectivamente, la distinción entre moderados y ultras en el oficialismo en Irán es una fantasía. Tal como ha notado The Wall Street Journal, entre los “moderados” que han entrado a la Asamblea de Expertos están Mohammadi Reyshahri, ex ministro de Inteligencia que se cree ha liderado la ejecución sumaria en 1988 de miles de izquierdistas; Ghorbanali Dorri-Najafabadih, otro ex ministro de Inteligencia al que se le atribuyen múltiples asesinatos a finales de 1990; y el ayatolá Yousef Tabatabainejad, un feroz oponente de los derechos de la mujer que ha llamado a Israel “un tumor canceroso”. Un posible sucesor al anciano y enfermo Alí Khameini podría ser Alí Akbar Hashemi Rafsanjani, quien es usualmente presentado como un cordero. Sobre él pesa una orden de captura internacional emitida por INTERPOL por su participación en la voladura de la AMIA en la Argentina, que provocó la muerte a 85 personas.
El mismo día que los ciudadanos iraníes iban a las urnas y la prensa mundial veía políticos moderados por todo el país, una oficial persa aseguró que el gobierno ejecutó a todos los hombres de una misma aldea bajo cargos de tráfico de drogas. “Tenemos una aldea en la provincia de Sistán y Baluchistán, donde cada hombre ha sido ejecutado” dijo Shahindokht Molaverdi, vicepresidente para las mujeres y asunto de familia. “Sus hijos son potenciales traficantes de droga pues les gustaría buscar venganza y proporcionar dinero a sus familias. No hay apoyo para estas personas”, remató (The Guardian, 26 de febrero). Ella asumió su cargo dos meses después de la consagración como presidente de Hassan Rohani. Lo cual, según los cánones en boga, la convierte en una moderada iraní. Hurra.
http://www.prensa.com/opinion/Moderados-Iran_0_4431306891.html
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