Desde los comienzos mismos del Israel moderno, el asentamiento del desierto y su transformación en tierra agrícola ha sido considerado como materia de prioridad nacional. Primero a través del esfuerzo y luego por medio de la investigación y el desarrollo, la pericia agrícola conseguida fue incorporada a la práctica y pasó a ser un instrumento muy útil en la conversión del desierto en tierra productiva y habitable.
La desertificación afecta las regiones áridas a lo largo de todo el mundo, causando la miseria a poblaciones de vastas áreas y amenazándolas con el hambre. Revertir el proceso por el cual el desierto invade las tierras cultivables convirtiéndolas en desolado yermo es uno de los desafíos más importantes que afrontan las comunidades y naciones de las regiones áridas.
El enfrentamiento con los problemas causados por la desertificación requiere enormes esfuerzos. Un requisito previo esencial para el éxito es un liderazgo que se dedique y que esté consciente de los problemas y dispuesto a asignar los recursos financieros necesarios para la introducción de métodos agrotecnológicos eficaces – y dotado de gran perseverancia.
Desde los comienzos mismos del Israel moderno, el asentamiento del desierto y su transformación en tierra agrícola ha sido considerado como materia de prioridad nacional. Primero a través del esfuerzo y luego por medio de la investigación y el desarrollo, la pericia agrícola conseguida fue incorporada a la práctica y pasó a ser un instrumento muy útil en la conversión del desierto en tierra productiva y habitable.
La principal transición de una agricultura tradicional a una de avanzada se basó, desde un comienzo, en el cambio de las actitudes respecto al abastecimiento del agua a las regiones áridas, combinado con una adecuada adaptación e implementación de métodos agrícolas avanzados y de la experiencia acumulada. La función crucial del abastecimiento del agua para fines agrícolas en las regiones áridas y semiáridas de Israel será estudiada en detalle.
Trasfondo
Aunque el estado de Israel limita con el Mar Mediterráneo, su clima se ve afectado profundamente por la proximidad de vastas extensiones de desierto en la zona sur y el este. La precipitación pluvial se limita al invierno, que se extiende esencialmente de noviembre a marzo.
El promedio anual de precipitaciones pluviales varía de 800 a 400 mm. en el norte y oeste del país y desciende en forma abrupta hacia el sur y el este, llegando a ser casi inexistentes. Por eso, la mayor parte de la superficie de Israel se caracteriza por pertenecer a las condiciones semiáridas y áridas.
Alrededor del 60% del país está clasificado como árido y necesita de regadío durante todo el año para conservar su agricultura, e incluso cuando la precipitación es relativamente alta – en las partes norte y oeste – las cosechas de verano requieren de irrigación entre abril y octubre.
Las áreas más áridas se caracterizan por una fuerte radiación solar y de un alto nivel de evaporación del agua en la superficie de la tierra. En todo el país, pero especialmente en las regiones sur y este, las precipitaciones anuales varían considerablemente de un año a otro. Bajo condiciones climáticas de este tipo, el cuadro del abastecimiento del agua es de un frágil equilibrio entre el abastecimiento y la demanda.
La agricultura bajo condiciones áridas – una perspectiva histórica El Néguev antes de 1948
Hasta 1948, año del establecimiento del Estado de Israel, la parte sur del país, llamada el Néguev, estaba habitada principalmente por tribus beduinas nómades. Los beduinos, que en aquella época eran unas 65.000 almas, estaban diseminados a lo largo de un área de alrededor de 10.000 km2, subsistían principalmente de la cría de ovejas, chivos y camellos.
Las tribus beduinas se trasladaban en forma periódica en busca de pastos y agua. Dependiendo absolutamente de las lluvias e inundaciones de temporada, generalmente les faltaba alimento para ellos y para sus rebaños.
En algunas áreas (principalmente el Néguev septentrional y el occidental), beduinos semi nómades subsistían de una agricultura basada totalmente en las lluvias erráticas. Los cultivos eran principalmente la cebada y el trigo, y la agricultura se limitaba a la estación del invierno y el comienzo de la primavera. La sequía y el fracaso de las cosechas eran hechos frecuentes.
Un tipo adicional de agricultura practicado por los beduinos en muy pequeña escala se basaba en las represas de piedra construidas por los antiguos nabateos y el imperio bizantino. Dichas represas, complementadas por simples barreras de barro, eran usadas para juntar el agua de las inundaciones y mantener el suelo húmedo. Bajo esas condiciones podían plantar algunos tipos de árboles frutales, tales como la vid, el granado y el almendro, y cultivar hortalizas durante el verano.
Primeros asentamientos agrícolas modernos en el Néguev
Los funcionarios del imperio Otomano, que rigió sobre Palestina hasta 1917, y posteriormente las autoridades del Mandato Británico, consideraron al Néguev como un territorio inhóspito cuya principal importancia era estratégica y política. Por lo tanto, se invirtieron pocos esfuerzos en el desarrollo de la región y la mejora de las condiciones de vida de sus habitantes.
La comunidad judía, por otra parte, demostró particular interés en las vastas extensiones deshabitadas del Néguev desde el comienzo mismo de la empresa de asentamientos agrícolas a fines del siglo XIX. En los años 20 se llevó a cabo una pequeño número de estudios que apuntaban hacia una conclusión pesimista – la escasez de lluvias, la falta de fuentes de agua en el lugar y el infértil suelo impedían una agricultura exitosa.
Más aún, las tecnologías agrícolas existentes en esa época no ofrecían formas de superar las limitaciones ambientales locales. No cabe duda que los primeros investigadores estaban influidos por la limitada agricultura que practicaban los beduinos, basada en la lluvia. Posteriormente quedó en claro que el establecimiento de pequeñas comunidades para el estudio de las condiciones locales era esencial para la planificación de un asentamiento futuro en el Néguev. En 1943 fueron establecidos allí tres asentamientos experimentales, a tan sólo 30 kilómetros de distancia uno del otro.
El objetivo principal era estudiar las condiciones del suelo, la disposición del agua (incluyendo datos sobre la precipitación anual) y el tipo de cosechas que podrían ser cultivadas en las condiciones existentes. Once asentamientos adicionales se establecieron en el Néguev en 1946, equipados y financiados por las instituciones nacionales judías y otros cinco, se fundaron en 1947. Desde el comienzo mismo de esta empresa pionera, quedó en claro que desde el punto de vista agrícola el principal factor limitante era la escasez del agua.
El reconocimiento de que el establecimiento de una agricultura moderna y económicamente viable, basada en el regadío, exigía un abastecimiento seguro de agua, lo que a su vez exigía una serie de estudios. Estos incluyeron investigaciones meteorológicas, geológicas e hidrológicas. Se comenzó a perforar pozos y bombear aguas subterráneas; no obstante, las cantidades obtenidas fueron bastante pequeñas y la salinidad del agua era por lo general demasiado alta para el uso agrícola.
Los intentos de construir represas y depósitos para juntar el agua de las crecidas de estación fallaron debido a las grandes fluctuaciones de año en año en la cantidad e intensidad de las crecidas, y por dificultades técnicas. Eventualmente se llegó a la conclusión de que el único modo de asegurar un abastecimiento de agua seguro y suficientemente grande para la agricultura era el transporte del agua por medio de tuberías de las fuentes del norte. La primera tubería, instalada en 1947, aseguró una cantidad confiable de agua, pero limitada a la mayoría de los asentamientos en el Néguev – aunque algunos de ellos aún debían basarse en pozos locales. Esta tubería transportaba agua de pozos en la zona norte del Néguev.
La primera etapa, instalada y funcionando en 1947, consistía de 190 km. de tubos de 6 pulgadas de diámetro que abastecían un millón de metros cúbicos al año. Posteriormente esta tubería fue cambiada por tubos de 20 pulgadas de diámetro que proveían 30 millones de metros cúbicos al año. Esta empresa pionera fue seguida por dos proyectos en gran escala que se describirán más adelante. La importancia de esta tubería pionera fue el firme establecimiento del concepto de transportar agua del norte para hacer florecer la árida sección sur del país.
Asentamientos agrícolas en el Néguev después de 1949
Poco después del establecimiento del Estado de Israel en 1948 llegó un gran influjo de inmigrantes. Una proporción relativamente grande de los recién llegados fue dirigida a los nuevos asentamientos, muchos de ellos en la zona sur del país. El adecuado abastecimiento del agua era condición previa para poblar una región que carecía de suficientes recursos hídricos para el uso agrícola y doméstico. Hubo necesidad, por lo tanto, de un comprehensivo sistema para el abastecimiento del agua.
El primer proyecto en gran escala construido para proveer a los nuevos pobladores de un sistema adecuado de abastecimiento del agua fue una tubería de 66 pulgadas de diámetro que transportaba agua del río Yarkón al Néguev a lo largo de 130 km. La salida anual de esta tubería era de aproximadamente 100 millones de metros cúbicos. El segundo proyecto en gran escala fue el Acueducto Nacional, el más ambicioso proyecto de abastecimiento del agua hasta la fecha, diseñado principalmente para transportar agua a la región sur del país desde el Kinéret (Mar de Galilea) en el norte. Los planes fueron aprobados en 1956 y el acueducto se completó y comenzó a funcionar en 1964. El acueducto es una combinación de tuberías subterráneas, canales abiertos, depósitos intermedios y túneles que proveen alrededor de 400 millones de metros cúbicos al año. El agua del Mar de Galilea, que se encuentra a unos 200 metros bajo el nivel del mar, es bombeada para ser elevada a 152 m. sobre el nivel del mar. Desde esa altura el agua fluye por gravedad a la región costera, desde donde es bombeada al Néguev. El Acueducto Nacional funciona no sólo como el principal abastecedor del agua, sino también como desagüe para los excedentes del agua del norte en invierno y a comienzos de primavera, y como fuente para el recambio de los acuíferos subterráneos en la región costera.
Recursos y abastecimiento del agua de Israel: política y manejo
Como hemos visto, el problema de un abastecimiento de agua adecuado para la agricultura comenzó a preocupar a los líderes de la comunidad judía mucho antes del establecimiento del Estado de Israel. Inmediatamente después de su establecimiento, el problema del agua recibió la más alta prioridad.
Se consideró de urgencia no sólo planificar y llevar a cabo proyectos, y asegurar los fondos pertinentes, sino también a consolidar un marco legal que regulara todos los elementos pertinentes al abastecimiento del agua. Conforme a esto, en 1959 la Knesset aprobó una comprehensiva Ley de aguas. Dicha ley establece que todas los recursos hídricos en el estado son de propiedad pública, sujeta al control del estado, destinada a las necesidades de sus habitantes y al desarrollo del país. Toda persona tiene derecho a obtener agua y a emplearla, conforme a las disposiciones de la Ley. Tres instituciones centrales fueron creadas por la Ley – el consejo del agua, la comisión del agua y el tribunal para asuntos del agua. Ellas están a cargo de llevar a cabo una política comprehensiva y equilibrada para la producción y el abastecimiento del agua a nivel nacional.
Manejo de los recursos hídricos de Israel
El total del agua disponible en Israel alcanza un promedio de 2.000 millones de metros cúbicos al año. Los principales consumidores son los sectores agrícola, el doméstico y el industrial, constituyendo la agricultura entre el 60 y el 72% del consumo total del agua.
Alrededor del 90% de los recursos del agua dulce del Estado de Israel han sido incorporados a un sistema único que permite la implementación de una política nacional uniforme de producción del agua y de abastecimiento regular a los diferentes sectores de consumidores (agricultura, doméstico y el industrial). Para conservar y proteger los recursos hídricos de Israel, explotados en la actualidad hasta el límite, las autoridades han adoptado diferentes medidas:
- Asignación de cuotas del agua. Cada sector recibe una cuota anual del agua. La política de asignación depende del balance del agua, que puede variar de un año a otro.
- Institución de escalas de precios variables de acuerdo al sector. El consumidor individual, sea rural o urbano, paga un precio más alto por el agua consumida que esté por encima de la cuota que se le ha asignado.
- Reciclaje de las aguas servidas. Cantidades cada vez mayores del aguas servidas han llegado a ser una amenaza ecológica haciendo peligrar los acuíferos subterráneos y otras fuentes del agua dulce. La apremiante necesidad de encontrar fuentes alternativas de abastecimiento del agua, junto con la crítica condición del ambiente, llevaron a las autoridades a establecer la planta Shafdan, un proyecto en gran escala para el proceso de las aguas servidas y producir agua purificada. El agua tratada es transferida a un acuífero en las cercanías. Resultan de esto dos beneficios: a) la percolación del agua a través de las capas del suelo proporciona una fase adicional de purificación y b) el acuífero sirve como un depósito subterráneo para el agua transferida, impidiendo su pérdida por evaporación. El agua es bombeada cuando se la necesita, por lo general en el verano. Alrededor de 100 millones de metros cúbicos de esta agua purificada se transportan anualmente al Néguev Occidental por medio de una tubería especial llamada la “Tercera Tubería del Néguev” para regadío. Debido al alto grado de pureza del agua tratada, puede ser empleada para todo tipo de cosechas sin riesgos para la salud. Plantas adicionales para el procesamiento de las aguas servidas están en construcción o planificación. Se prevé que la mayor parte de la asignación del agua para la agricultura provenga eventualmente de afluentes purificados. Plantas a menor escala en el Néguev proporcionan aguas tratadas para el regadío de campos ubicados a una distancia no muy grande de la fuente del afluente. Esta agua es de calidad inferior debido al tratamiento mínimo y su uso se restringe a cultivos como el algodón en verano. Proyectos menores de este tipo han demostrado ser muy efectivos.
- Explotación del agua salobre. Estudios hidrogeológicos han revelado que el Néguev y el valle de la Aravá poseen considerables reservas del agua salobre subterránea con concentraciones variables de sal. Se descubrió que algunos cultivos, como el algodón, el tomate y el melón toleran el agua salobre (hasta 7-8 dS/m de salobridad). Para algunos cultivos, no cabe duda de que el agua salobre puede ser empleado en lugar del agua dulce. Sin embargo, para minimizar la acumulación de sales alrededor de las raíces de las plantas y para facilitar la eliminación de las sales que se acumulan, es esencial a) usar sistemas de riego por goteo y b) cultivar las plantas en suelo medio o liviano (suelo arenoso o arcilloso).
Métodos avanzados de regadío
Uno de los principios de la buena práctica agrícola es llegar a un desarrollo de las plantas con un adecuado suministro de agua – es decir, evitar el exceso en el suministro del agua y prevenir la posibilidad de una escasez del agua. Cantidades del agua excesivas pueden causar una ventilación pobre del sistema de raíces, que lleva a la inhibición del desarrollo de la planta o a una despilfarradora filtración en el suelo más allá del volumen del sistema de raíces, o a ambos. Un déficit del agua exige un esfuerzo a la planta e interfiere en su desarrollo normal. Evitar el estrés por falta de agua es particularmente importante en las regiones áridas, en las que la alta radiación solar y la baja humedad fomentan la evapo-transpiración (el proceso de pérdida del agua de la superficie de la tierra y la canopia de la planta).
El uso eficiente del agua depende fundamentalmente de tecnologías de irrigación de avanzada, especialmente en una agricultura sobre tierras áridas. Hasta hace unos 50 años atrás las cosechas en este país eran irrigadas a flor de tierra (diques y zanjas). Esta irrigación es posible sólo cuando el suelo está a nivel y el tipo de terreno permite una filtración lenta o moderada del agua. Bajo condiciones áridas, los métodos de irrigación a flor de tierra conducen a una seria pérdida del agua por evaporación y a una filtración más allá del sistema de raíces desarrollado, especialmente en las etapas de germinación y principio del desarrollo; más aún, entre los períodos de irrigación la planta está expuesta a un estrés. Otro aspecto negativo de la irrigación a flor de tierra bajo condiciones áridas y semiáridas es el proceso de salinización del suelo. Las altas temperaturas existentes y la baja humedad causan una intensa evaporación desde el suelo junto con una acumulación de sales en las capas superiores. Gradualmente, el suelo se convierte en inapropiado para los cultivos, tanto por su destrucción como por el efecto directo de la alta concentración de sal en las plantas. Efectivamente, vastas áreas en regiones áridas y semiáridas de muchos países han debido ser abandonadas, afectadas por la salobridad de ellos. La irrigación presurizada con aspersores, introducida hace unos cincuenta años atrás, contribuyó en gran medida a la modernización de la agricultura y al aumento de la eficiencia en la utilización del agua. No obstante, desde el punto de vista de la agricultura en regiones áridas y semiáridas, el desarrollo más importante ha sido la introducción del regadío por goteo. El regadío por goteo fue desarrollado en Israel e introducido en la agricultura israelí hace menos de treinta años atrás. Desde entonces se ha difundido por todo el mundo con gran éxito.
El regadío por goteo tiene muchas ventajas por sobre otros métodos de irrigación:
o El agua es vertida en forma uniforme (tubos y goteadores) incluso en terrenos moderadamente empinados. El invento de goteadores compensados permite el regadío uniforme de laderas abruptas y de largas distancias.
o Se puede suministrar fertilizantes a la planta a través de los goteadores, junto con el agua (fertirrigación).
o El agua y los fertilizantes son suministrados directamente a las raíces en vez de al área total del campo, economizando tanto en agua como en fertilizantes.
o La cantidad del agua proporcionada puede llegar a su nivel óptimo de acuerdo a los diferentes tipos de suelo, evitando una fertilización del agua más allá de la zona de las raíces.
o Se minimiza la presencia de los yuyos.
o Se posibilita la explotación del agua de mala calidad (agua salobre o efluentes).
o Se puede instalar goteadores con un suministro dado del agua (litros por hora) a cualquier distancia para adaptarse a las necesidades de cada cultivo.
o El regadío por goteo es el método más eficiente en lo que se refiere al ahorro del agua. La eficiencia en el uso del agua es la relación entre la cantidad del agua aprovechada por la planta y la cantidad del agua aplicada. Dado que los goteadores suministran el agua directamente al lugar adyacente al sistema de raíces, que absorbe el agua inmediatamente, la evaporación en el aire es mínima. Este efecto es especialmente importante en las condiciones que prevalecen en las zonas áridas.
o En la irrigación por rociadores o por la superficie, la evaporación se ve aumentada por el viento; en comparación, la influencia del viento en el regadío por goteo es mínima.
o El regadío por goteo, a diferencia de la irrigación por rociadores permite el uso del agua salina al eliminar el contacto directo entre el agua y las hojas, evitando así las quemaduras.
o El regadío por goteo hace que las sales sean lavadas constantemente del sistema de raíces, impidiendo su acumulación en la proximidad inmediata a las raíces cuando se riegan suelos salinos o con agua salina.
o El regadío por goteo permite el uso del aguas servidas porque el agua es suministrada directamente al suelo, minimizando los riesgos de salud.
o El equipo de regadío por goteo de buena calidad puede durar 15 o 20 años si es tratado en forma apropiada.
o Para resumir el tema de la eficiencia de la utilización del agua, los estudios demuestran que ésta es de alrededor del 40% en la irrigación a flor de tierra, y del 75% en la irrigación por aspersores; en el regadío por goteo es del 95%. Por lo tanto, se puede concluir que el regadío por goteo, en lo que respecta al ahorro del agua tiene muchas ventajas sobre los otros métodos, y es significativamente superior a la irrigación a flor de tierra o por aspersores, especialmente bajo las condiciones de un suministro limitado de agua.
La función de la investigación en zonas áridas Desde las primeras comunidades agrícolas experimentales en las regiones áridas de Israel hasta los grandes proyectos de asentamiento y a lo largo de todo el camino hasta el presente, se ha mantenido una continua y fructífera interacción entre agricultores y científicos. Muchos problemas que derivan de las condiciones específicas de las regiones áridas han sido estudiados por los investigadores, llevando a exitosas soluciones e innovadores descubrimientos. Entre muchos otros, se cuentan el desarrollo de métodos para la mejora de los suelos salobres, el desarrollo y cultivo de nuevas variedades de hortalizas y cultivos, y la metodología para la incorporación de fertilizantes en el regadío por medio del sistema por goteo.
Los servicios de extensión que ofrece el Ministerio de Agricultura a los agricultores ha sido útil en la presentación de avanzadas agrotecnologías, nuevas variedades y una adecuada administración agrícola. La estrecha cooperación existente entre agricultores, funcionarios de extensión e investigadores es el principal factor que contribuye al éxito de la agricultura en el árido Néguev de Israel.
A la luz de la reseña presentada aquí, se sugiere que Israel puede servir como un efectivo modelo de estudio para muchas regiones que sufren de condiciones áridas similares.
http://unidosxisrael.org/el-agua-en-israel-agricultura-avanzada-contra-la-desertificacion/
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