En estos días los israelíes nos sentimos muy contrariados luego de los hechos sucedidos en Hebrón donde un soldado disparó contra un terrorista que anteriormente había sido reducido. Las posiciones a favor o en contra de esa actitud y forma de actuar vinieron desde lo más alto del poder, desde los medios y de cada ciudadanos del país. Es imposible mantenerse indiferente ante algo que toca nuestras fibras más íntimas, nuestros principios y convicciones. Nadie puede arrogarse el poder de la justicia y ejecutar a una persona por su cuenta. Por lo tanto a primera vista esto nos produce una sensación contraria a lo sucedido que no debe transformarse en condena, porque tampoco nosotros podemos ser jueces. Contamos con informaciones parciales y a veces sesgadas según la conveniencia de quien la emite.
EL SOLDADO ES TAMBIÉN UNA VÍCTIMA DE LA INMORALIDAD TERRORISTA
En primer lugar pensábamos que el soldado involucrado estaba en la escena en el primer operativo, algo que luego se comprobó erróneo. El llegó varios minutos después como parte de una brigada de enfermería del ejército. El motivo por el que disparó es un tema que quizás nunca se dilucide y que aún después de aclarado no va a unificar las opiniones a favor y en contra de su comportamiento. La defensa del soldado dice que el terrorista tenía ropa de abrigo a pesar del día caluroso y podía tener explosivos, pero los entendidos dicen que si ese fue el caso el procedimiento no es disparar. Sin embargo hay que estar en la piel de los soldados en una escena como esta, que vista por televisión parece una novela pero en el momento de los hechos es una tragedia en la cual prima el instinto de conservación. Las reacciones se producen en un segundo y la adrenalina no permite pensar demasiado. Los soldados tienen un protocolo a seguir pero tienen también la enseñanza de que deben enfrentar a los terroristas y eliminarlos. Es posible que el soldado se manejo por un impulso y la gran tensión de la situación, quizás nunca le había tocado vivir algo similar. Quienes amamos a nuestro ejército y nuestros soldados, quienes tenemos hijos, parientes o amigos en el servicio, no podemos creer que fue un acto premeditado. Imposible suponer que el soldado llego, saco el arma y disparó para satisfacer su odio ese que es casi inevitable. Quien puede no odiar a los terroristas, quien no odia al que mata sin sentido y sin mirar a quien, solo por matar y hacer daño? Quien puede no odiar al ISIS? Quien no sienta eso, o está a favor de los terroristas o es un hipócrita. El soldado será juzgado y creemos que tendrá la oportunidad de decir su verdad. Los jueces determinarán lo que corresponde con todos los elementos a su disposición. En todo caso el soldado no es un victimario ni es un héroe, sino una víctima más de esta terrible situación creada por la inmoralidad del terrorismo.
¿SE PUEDE DISPARAR A UN PRISIONERO QUE ESTÁ REDUCIDO?
La respuesta es NO. Israel tiene normas para actuar contra los enemigos y los soldados deben cumplirlas. Pero no se trata de una ciencia exacta, no es matemáticas donde dos más dos son cuatro. Hay diferentes situaciones, escenarios, momentos, tensiones, miedos, dudas y certezas que hacen que un soldado reaccione de una u otra forma. En frío todos saben que deben cumplir con los protocolos y normas establecidas. Pero hay que estar allí para saber qué se siente en ese instante. Si todo fuera tan fácil no existirían los psicólogos ni los psiquiatras. La guerra es una situación estresante y peligrosa que afecta el cerebro y todos los sentidos de las personas involucradas. No podemos verlo como una noticia en los diarios. Los que estuvieron en situaciones similares saben de qué se trata. Pero en este caso no se trataba de un enemigo capturado, un prisionero de guerra, sino de un terrorista agarrado con las manos en la masa.
LOS TERRORISTAS ¿TIENEN DERECHOS?
Tengo mas preguntas que certezas, pero creo que debemos pensar de una vez por todas sobre la situación actual en el mundo y especialmente en Medio Oriente e Israel. Un terrorista es alguien que mata sin sentido, que no le importa quien es la víctima, la mayoría de las veces elegida al azar. Es alguien que no respeta la vida de los demás ni su propia vida, pero sobre todas las cosas es alguien que no respeta ninguna norma, regla, ley o derechos. El mundo está organizado en continentes, países, ciudades, comunidades, en los que hay leyes que regulan la convivencia y sin las cuales todo habría desaparecido hace ya mucho tiempo. Nada de eso es respetado por un terrorista. No le importa, no quiere, y nunca se someterá a norma alguna, ni legal ni ética. La pregunta es si alguien que no acepta las reglas y no las respeta, tiene derecho a ampararse en ellas. Seguro que en teoría todos tenemos derecho, pero solo si estamos hablando de seres humanos. Todas las personas, los seres humanos tenemos derechos que deben ser respetados y que debemos respetar.
UN TERRORISTA ¿ES UN SER HUMANO?
Mi respuesta es NO. Tiene forma de persona, cuerpo, cara, ojos, nariz boca y cabellos. Tiene brazos y piernas, pies y manos. Se parece a un ser humano, pero lamentablemente no lo es. Un terrorista es una bestia, un monstruo, algo que sirve para matar, para destruir, para odiar, y finalmente matarse. Entonces, cómo aplicamos las normas y leyes a ese monstruo? Le damos los beneficios que el no nos otorga? En este sentido eliminar a los terroristas pasa de ser una mala acción a ser una acción necesaria de subsistencia y autodefensa. Cuando un terrorista es eliminado se han salvado varias vidas de gente que ni siquiera interviene en los conflictos, que son parte de nuestra sociedad indefensa. Y claro que con nuestra cultura y nuestras convicciones nos sentimos terriblemente mal en pensar y decir que matar está bien. Pero no está bien matar una persona, no se debe ejecutar a una persona, no hay nadie que tenga la facultad de tomar una vida humana en sus manos. Solo que un terrorista no es un ser humano y eso es lo que debemos tener en claro. Las leyes no están preparadas para eso pero habrá que adecuarlas. El mundo cambió y seguirá cambiando, así como la tecnología nos pone ante nuevos desafíos que debemos resolver adaptando las normas a la nueva realidad. Si no definimos quién es un ser humano no podemos hablar de derechos humanos. No hay derechos humanos para los terroristas. Debe haber derechos para terroristas y seguro que serán muy diferentes. No vamos a vencer al terrorismo que no respeta norma alguna con nuestras normas morales y democráticas. Es lamentable pero cierto.
Nooooo