En dicha crónica, sin percatarse, la enviada especial ponía en duda las “severidades” de las que a menudo da cuenta, al comentar que el hallazgo se produjo durante el “trabajo de desescombro de un edificio recién demolido. Situado en el casco antiguo de la ciudad de Gaza, el inmueble había albergado durante años algunas de las tiendas del bullicioso mercado y, en su lugar, se había planeado la construcción de un moderno centro comercial con varias plantas”.
Es decir, que si bien, aparentemente, no hay material para reconstruir viviendas, sí lo hay para construir un “centro comercial de varias plantas”. Centro comercial, que, claro está, ofrecerá productos que supestamente «que no hay (o no debería haber)» en Gaza «a causa del bloqueo»…
Pero, volviendo a las antigüedades halladas, el texto informaba sobre algo que estaba teniendo lugar. Aunque, nuevamente sin pretenderlo, acaso, volvía a dar un inidicio:
“Mientras tanto, las obras continúan y las excavadoras siguen ahondando en lo que será el futuro cimiento del centro comercial. Los obreros no cesan de extraer restos de utensilios de cerámica de diferentes épocas, como la romana, y los depositan en una caja de cartón”.
Difícilmente pueda esto ser el trabajo habitual en un yacimiento de antiguas ruinas (ante un hallazgo arqueológico, las obras deberían detenerse; al menos, esa es la práctica usual); aunque, por boca de los representantes de Hamas, el texto de la sensación de un respeto por el pasado cristiano – anterior al nacimiento del islam en la península árabe -, y un cierto orgullo por el descubrimiento.
Mas, según la información (12/04/2016) ofrecida por el periodista árabe israelí Khaled Abu Toameh, la realidad es bien otra:
“Los cristianos palestinos están indignados por la destrucción de las ruinas de una antigua iglesia bizantina que fue recientemente descubierta en la ciudad de Gaza.
La protesta, sin embargo, no ha logrado atraer la atención de la comunidad internacional, especialmente de agencias de las Naciones Unidas tales como UNESCO, cuya misión es asegurar el patrimonio cultural y natural del mundo.
Las ruinas de unos 1800 años de antigüedad fueron descubieras en la plaza Palestina, en el barrio de Al-Darraj de la ciudad de Gaza, donde Hamas planea construir in centro comercial. El dramático descubrimiento de antigüedades no parece haber dejado una imperesión en los trabajadores de la construcción, que han quitado los artefactos arqueológicos y continuado con su trabajo en el sitio.
Desafiando la creencia, se utilizaron topadoras para destruir algunas de las piezas, provocando las críticas de cristianos palestinos, algunos de los cuales se apresuraron a acusar tanto a Hamas como a la Autoridad Palestina de copiar las tácticas de ISIS para destruir sitios históricos.
Para los cristianos palestinos, la destrucción de las ruinas de esta iglesia es un nuevo intento por parte de los líderes palestinos musulmanes de borrar tanto la historia cristiana como cualquier signo de presencia cristiana en los territorios palestinos”.
“… comprueba que Palestina siempre estuvo poblada. Nuestro pueblo siempre ha estado aquí desde la Antigüedad hasta ahora, sin ruptura alguna”.
El diario “El Mundo” ha publicado artículos anti-israelíes en muchísimas ocasiones, o publicado artículos neutros con un título anti-israelí, así los que sólo leen los títulos reciben una impresión falsa acerca de Israel. Cosas parecidas hace “The New York Times”. Sólo los antisemitas pueden leer esos diarios.