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| miércoles diciembre 25, 2024

68° Aniversario de Israel – Las 10 verdades que no te van a decir a la hora de hacer Aliá (emigrar a Israel) – Por Gabriel Ben-Tasgal


Primera verdad – Tus hijos van a ser israelíes

Quizás te lo digan a la hora de llenar las planillas para hacer aliá. Te señalarán que al hacerte israelí, indefectiblemente, tus hijos, aunque no vivan en Israel (y que tú tampoco lo hagas por entonces), también van a poseer ciudadanía israelí. Algunos preguntarán: ¿Y eso en qué nos afecta? En el pasado lejano significaba que cuando tú hijo llegaba como turista a Israel lo esperaban oficiales militares malhumorados amenazándolo con enlistarlo, derechito desde el aeropuerto a la base correspondiente. Actualmente no es así. Tampoco te cobrarán impuestos retroactivos ni te perseguirán por el mundo para convencerte que regreses a Israel. Los tiempos han cambiado. Sin embargo, para aquellos que «SI» decidan seguir viviendo en Israel, la frase: «Tus hijos van a ser israelíes», posee un significado sublime. Ellos van a ser la primera generación de sabras… Ellos se reirán de tu hebreo, de tu acento, van a corregir tu gramática y te mirarán como un astronauta cuando pidas las cosas «por favor» o cuando expreses un amable «gracias» tras recibir un servicio. Al ser latinos, tus hijos van a rogar que no utilices palabras que incluyen letras impronunciables correctamente como la hebrea «Zain», asegurarán que todas las palabras que terminan en Mem Sofit (eme final) en tu boca suenan a ENE y, suplicarán al dios Neptuno que no vuelvas a hablar con la maestra (femenina) utilizando, por error, todos los verbos en un perfecto masculino.

Segunda verdad  – Mejorarás tu hebreo

Al cabo de tres a cinco años sabras palabras en hebreo que antes no sabías. Si conduces mucho por las rutas israelíes también aprenderas insultos en árabe (incluso algunos agravios en ruso y puede que asimiles algunos en amhárico). El hispano-portugués-parlante promedio, si estudia ordenadamente, es capaz, a los tres años, de contar con las palabras suficientes para explicar aquello que le falta cuya palabra desconoce. Por ejemplo: puede que no sepás cómo se dice en hebreo brújula (Matzpen) pero es probable que a los tres años ya puedas explicar que necesitas ese aparato para señalar en donde está el norte. Muchas cosas son probables. Pero hay una cosa que es segura. Tu español o portugués empeorará. Llegará un momento es que no hablarás ningún idioma bien, especialmente antes de las 9 de la mañana. Por suerte los teclados de los teléfonos móviles poseen corrector automático. Debo confesar que mi esposa es catalana y española parlante de nacimiento y también habla bien inglés, desde que introdujo el hebreo a su léxico ha logrado empeorar 3 idiomas. (¡Un record notable!).

Tercera verdad – Aunque no lo desees, serás argentino

Aproximadamente 120.000 nuevos inmigrantes de habla hispana han llegado de Argentina a Israel. Otros 16.000 vinieron de Uruguay. En total hay unos 160.000 inmigrantes llegados a Israel desde los países de habla hispano-portuguesa. La reacción natural del israelí será escuchar tu acento y de forma automática, aunque hayas hecho aliá desde Costa Rica, te lanzará la conocida «Argentina, Messi (o si hiciste aliá en los 80´… Maradona)», para luego nombrarte alguna telenovela que transmitían en Israel. Recuerdo la trágica historia de mi añejo amigo Ariel G. (cuyo nombre la censura prohibió su difusión pero creánme que termina en Olstein) cuyo mefaked (oficial) castigó duramente tras ordenarle repetidamente que debía dirigirse a hacer guardia. El oficial les ordenó; a él y a otro soldado; «el ruso y el argentino vayan a hacer guardia» ante lo cual mi amigo no se inmutó. La orden fue repetida elevando varios decibeles. Nada sucedió. A la tercera, el oficial se acercó al susodicho e increpándole le espetó… «¿Es que usted está sordo?». Arielito lo miró fijamente para responderle «¡Usted dijo el argentino y yo soy de Uruguay!». En resumen, de dónde crees que vienes, poco vale, en Israel serás argentino.

Cuarta verdad – ¡El ulpán es importante! Pero…

Tú te matarás estudiando para dominar el hebreo como Eliezer Ben Yehuda. Nada importará. Para el israelí promedio, tú eres una magnífica oportunidad para practicar «su» español que aprendió gracias a las telenovelas que transmitían en el canal Viva. Millares de adolescentes hablarán contigo en perfecto español que aprendieron gracias a Rebelde Way o a la serie Violeta. Mi experiencia traumática en la materia ocurrió hace unos 15 años cuando la secretaria del edificio en el que trabajaba me preguntó amablemente si yo hablaba «Topazit». No le entendí. Sonaba a un idioma pero no era el mío. Hebreo es Ivrit, francés es Tzorfatit, inglés es Anglit y castellano es Sfaradit… Pero… ¿Topazit?… Un largo minuto y medio me tomó comprender que Topazit era el idioma que se hablaba en la… popular telenovela venezolana «Topacio (Topaz)» con Grecia Colmenares.

Quinta verdad – A los cuatro años no podrás quedarte quieto en una fila

Las filas de espera en Israel no existían. Hasta hace unos años era imposible identificarlas. En los últimos años han sido importadas por atrevidos aventureros aunque la versión llegada a Israel difiere mucho de la que conocíamos en nuestros países de origen. La fila en Israel consta de una persona que se para en primer lugar (no significa que esa sea la persona que arribó primero al sitio) y tras este ser se ubicarán dos personas flanqueándole y luego tres y cuatro,  formando una especie de triángulo que tras abrir el bus sus puertas se lanzarán de forma coordinada hacia adelante bloqueando el descenso del viajante despistado. Aunque usted no lo crea, la empresa de Tranvías de Jerusalén tuvo que hacer una campaña publicitaria explicando que antes de subir había que esperar que los otros «bajasen». A la par, descubrirás que partes de tu cuerpo poseen funciones mágicas… Por ejemplo, los codos.

Sexta verdad – Una palabra clave en Israel… «Minus»

El estereotipo mundial del judío es su tacañería o poder ahorrativo. Más aún, sendos chistes se han enarbolado alrededor de este tema. Aquella persona que repite esos chascarrillos desconoce al pueblo de Israel. En Israel, usted revisará su estado de cuenta para comprobar «cuánto usted no tiene en su cuenta». Puede que cuánto mayor sea el sobregiro más exitosa será su aliá. Muchos, entre nosotros, nos acostumbramos a vivir en «minus», es decir, en números rojos. El banco, de forma casi automática, te permite sacar del cajero automático mucho más dinero que el que posees. Consume que ya lo pagarás, musitan. O no. La afirmación «la manera de hacer una pequeña fortuna en Israel es venir con una grande» se convertirá en menos divertida a medida que pasen los años.

Séptima verdad – Una correcta absorción en Israel es cuando te metes en la vida de otros sin que te lo pidan

Una mujer conocida por el autor de estas líneas (no puedo decir que se trata de mi amada esposa, ya que la cite con anterioridad y sería un abuso volver a hacerlo) estaba viajando en el bus 63 de Tel-Aviv camino a su Ulpán de hebreo y, en el camino, y a último momento, redactaba los ejercicios que le había mandado la maestra. De pronto sintió dos dedos sobre su hombro derecho. Girose sorprendida para descubrir que un total desconocido le decía con absoluta seriedad… «la palabra que estás escribiendo va con Vav (v) y no con Bet (b)». Esa mujer no quería que la despierten. No deseaba la ayuda. No entendía que querían de ella. A decir verdad, no entendía hebreo. I don’t speak hebrew… Trató en vano… El resultado fue un debate en medio del bus sobre el idioma hebreo para corregir el grave error cometido. ¿Por qué se meten todos en mi vida? –dijo suspirando. Porque si… Así nos tratamos cuando estamos en familia. En una situación parecida, sugerí a una persona culta y seria, la inminente necesidad que, debido a esa costumbre de inmiscuirnos en donde no nos llaman, se dictase una ley que prohiba hacer el amor en la vía pública. ¿Por qué, no comprendo? -me cuestionó sorprendido. «¡Porque siempre vendrá otro israelí para explicarte cómo hacerlo mejor!», dije. El chiste no fue de su agrado.

Octava verdad – No intentes, de ninguna manera, traducir expresiones idiomáticas del español al hebreo  

Ezequiel G. (hoy Hezi) quería copiar su música israelí en los antiguos cassetes (si, esos que se rebobinaban metiendo un lápiz en uno de los agujeros como si fuese una matraca). No tuvo mejor idea que solicitar en un negocio especializado en el tema que le vendiese, (cita textual)… una «Keletet Betulá» (una cinta VIRGEN). Ezequiel entendió, por la sonrisa del vendedor, que hay palabras que no se deben, de ninguna manera, traducirse literalmente al hebreo. Algo parecido le sucedió a Josefina quien, tras varios meses viviendo en Israel consultó sobre una mujer que era constantemente citada en la radio israelí… ¿Quién es Sarah Bitajón? (Sar es Ministro, HaBitajón es de Defensa).

Novena verdad – Espera por lo menos cinco años para decir cosas cruciales

Por ejemplo, el tiempo para decidir cómo te vestiras el resto de tu vida. Existe una tendencia a utilizar sandalias para sentirse una combinación de «Sabra» y Jesús. Puede, que al cabo de un tiempo, te des cuenta que hay opciones más cómodas  y que, aunque sea natural y muy local hacerlo, calcetines blancos deportivos bajo estas sandalias de cuero quedan fatal. Te tomará menos de esos cinco años, más o menos, entender que las noticias del mundo se han convertido en algo irrelevante en los noticieros y diarios locales. Te tomará menos de tres años comenzar a gritarle al policía de tránsito porque no pone orden a los que no cumplen las reglas. Te tomará una milesima de segundo entre el momento en que el semáforo se puso en verde y tu pitido (claxón), ya que el auto que está delante tuyo no se mueve a la velocidad deseada…

Décima verdad – Lo más importante no te lo dicen…

A pesar de todo lo anterior, tus hijos serán judíos israelíes y sentirán un orgullo díficil de explicar. Ellos recorrerán las mismas carreteras en las que deambularon los profetas y reyes judíos. Van a celebrar las fiestas judías y caminarán por calles con nombres de super judíos que transformaron el mundo. Ellos, como tú, se convertirán en parte directa del desarrollo y la revolución judía en su cuna nacional.

¡Feliz día de la Independencia!

Gabriel Ben-Tasgal fue Sheliaj durante cuatro años y medio en la hermosa comunidad de Uruguay. Hoy dirige el programa de Diplomacia Púlica Hatzad Hasheni – www.hatzadhasheni.com

 

 
Comentarios

Cuál es el objetivo de este artículo? Porque es evidente q es muy negativo. Da la impresión q Israel es el país más racista del mundo. Flaco favor hacen.

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