[El Secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, le habló en francés a una reunión de representantes de la UNESCO en París, el 18 de octubre de 2015, asegurándoles que «el compromiso de Estados Unidos con esta organización nunca ha sido tan fuerte como ahora».]
Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
- La venenosa y fraudulenta resolución de la UNESCO no sólo es sesgada: es negacionista. Todas las huellas de la presencia judía en Jerusalén y Judea en tiempos antiguos han sido eliminadas de un plumazo.
- Sólo seis países votaron rechazando la resolución: Estados Unidos, Estonia, Alemania, Lituania, Holanda y el Reino Unido. Francia, España, Suecia, Eslovenia aceptaron el texto y votaron por sí. La resolución fue presentada con el apoyo de varios países musulmanes – algunos descritos frecuentemente como «moderados»: Egipto, Túnez y Marruecos.
- La UNESCO es una rama de las Naciones Unidas, y la ONU es una organización donde las democracias son minoría, rodeadas de una inmensa mayoría de dictaduras y regímenes autoritarios impregnados de odio hacia Occidente. Israel es prácticamente el único país designado como culpable de violar los derechos humanos por el así llamado Consejo de Derechos Humanos, y donde, en 2009, el presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad fue recibido como un héroe.
El 11 de abril de 2016, el Consejo Ejecutivo de la UNESCO adoptó una resolución denominada «Palestina Ocupada». El título se expone, inmediatamente, como un documento sesgado. Eso no es sorprendente. Todos los textos aprobados por la UNESCO sobre Medio Oriente son sesgados.
Sin embargo, aquellos que lo lean cuidadosamente pueden ver que se ha dado un paso más.
La resolución de la UNESCO no sólo es sesgada: es negacionista. Todas las huellas de la presencia judía en Jerusalén y Judea en tiempos antiguos han sido eliminadas de un plumazo. El Monte del Templo nunca se menciona. Sólo se lo denomina con el nombre de Mezquita al-Aqsa / Haram al Sharif. El nombre de «Muro Occidental» se coloca entre comillas, para indicar que se trata de un nombre no válido: Muro Al Buraq se utiliza sin comillas. Las tumbas de los cementerios judíos se describen como «falsas tumbas judías».
Es una resolución antisemita radical: niega el hecho histórico, alega que lo que existe no es así, presenta la historia del judaísmo y de los judíos como mentiras. La mentira es acusar a los judíos de «plantar falsas tumbas judías». Se dice que el judaísmo es una farsa y que los judíos son mentirosos y falsificadores.
El documento es absolutamente anti-histórico, contrafáctico y «antisionista»: sin ambigüedades, trata de «probar» que Israel fue fundado sobre una impostura y no tiene razón de existir. El documento describe constantemente a Israel como la «fuerza ocupante» y lo presenta como un país abusivo y arbitrario.
Votar por un texto como ese sería respaldar el negacionismo histórico, el antisemitismo radical y el «antisionismo» absoluto.
Descifrando correctamente el significado de la resolución y sus implicaciones, los representantes de seis países occidentales – Estados Unidos, Estonia, Alemania, Lituania, Holanda y el Reino Unido – votaron no.
Los representantes de otros países occidentales – Francia, España, Suecia, Eslovenia – aceptaron el texto y votaron sí.
La resolución fue presentada con el apoyo de varios países musulmanes – algunos descritos frecuentemente como «moderados»: Egipto, Túnez y Marruecos.
El texto fue escrito por «expertos» de la Autoridad Palestina (AP). Desde 2011, la Autoridad Palestina ha tenido un asiento en la UNESCO bajo el nombre de «Estado de Palestina».
El gobierno israelí expresó inmediatamente su indignación. El Primer Ministro Benjamin Netanyahu dijo que «nadie, y mucho menos una organización encargada de preservar la historia, podría negar este vínculo que se extiende por miles de años».
Se hizo circular una petición de Stand With Us y el Foro Internacional Legal, exigiendo que la UNESCO cambie su actitud y se mantenga «fiel a sus principios fundacionales».
La indignación del gobierno de Israel y la de otros es legítima. La petición se justifica plenamente.
Sin embargo, esperar que la UNESCO cambie su actitud es ilusorio. Esperar que la UNESCO se mantenga fiel a sus principios fundacionales es esperar algo que no sucederá. Hace mucho tiempo que la UNESCO abandonó sus principios fundacionales.
La UNESCO es una rama de las Naciones Unidas, y la ONU es una organización donde las democracias son minoría, rodeadas de una inmensa mayoría de dictaduras y regímenes autoritarios impregnados de odio hacia Occidente[1]. Israel es prácticamente el único país designado como culpable de violar los derechos humanos por el así llamado Consejo de Derechos Humanos, y donde, en 2009, el Presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad fue recibido como un héroe.
En octubre de 2015, la UNESCO ya había comenzado a descender por la senda que sigue hoy en día. Definió la Tumba de Raquel como la Mezquita Bilal bin Rabah y la Cueva de los Patriarcas como la Mezquita Ibrahimi, y los declaró «sitios palestinos».
Lo que es preocupante es que sólo seis países occidentales estuvieron dispuestos a rechazar una resolución totalmente venenosa y fraudulenta.
Los países occidentales que votaron a favor de la resolución, evidentemente aprueban su contenido. Estos países han perdido toda legitimidad para afirmar que quieren la paz en Medio Oriente. Al aprobar la resolución, muestran que están en guerra: contra el judaísmo, los judíos e Israel. Uno de ellos, Francia, afirma que apoyará una reunión para revivir el «proceso de paz»: en este contexto, la afirmación es grotesca.
El hecho de que un grupo de países musulmanes, a menudo descritos como «moderados», apoyó la resolución sólo puede conducir a la pregunta: «¿Moderados?» ¿Cómo puede ser descrito como “moderado” un país que apoya un tal documento?
Que «expertos» de la Autoridad Palestina hayan escrito una tal resolución debería ser suficiente para mostrar que la AP no es «moderada». Claramente no tiene ninguna intención de crear un Estado al lado de Israel; en cambio, como frecuente y abiertamente admiten sus líderes, su plan es que Israel debe ser demonizado, triturado y reemplazado.
El problema subyacente es que este negacionismo, el antisemitismo y el «antisionismo» están profundamente arraigados, tanto en Europa como en el Islam.
El Corán dice que los judíos y los cristianos («cruzados») han falsificado sus libros sagrados, y la historia del judaísmo y del pueblo judío es falsa. La tradición musulmana dice que Mahoma ascendió al cielo desde Al Aqsa, y que el Muro Al Buraq es el muro donde se unió a la criatura alada sobre la que voló al cielo. No queda espacio para el Monte del Templo o el Muro Occidental, a pesar de que estuvieron allí, con un sinnúmero de reliquias arqueológicas, durante más de mil años antes de que Mahoma naciera.
La tradición musulmana dice también que los judíos, como incrédulos, están condenados a la humillante condición de dhimmi[2], y que todos los territorios conquistados por el Islam deben seguir siendo musulmanes para siempre[3]. La tradición musulmana no puede aceptar un país gobernado por judíos o cristianos en una tierra que una vez fue conquistada por el Islam – sea Israel, antes parte del Imperio otomano, o grandes franjas de Portugal y España.
La resolución adoptada el 11 de abril por el Consejo Ejecutivo de la UNESCO es «islámicamente correcta». Los países musulmanes «moderados» no pueden contradecir el Corán y la tradición musulmana sin correr el riesgo de ser acusados de irtidad (apostasía)[4]. Los «expertos» de la Autoridad Palestina están siendo fieles al Corán y a la tradición musulmana.
Los países occidentales que aprobaron la resolución mostraron su sometimiento y dhimmitud a la «corrección islámica». Dhimmis, en la historia del Islam, son ciudadanos de segunda clase, «tolerados», que están sujetos a leyes especiales que les recuerdan su inferioridad, así como a un impuesto, el yizya, para comprar «protección» para sus casas, posesiones y vidas.[5]
Los países que rechazaron la resolución serían considerados insubordinados.
Rechazar una resolución de este tipo no es suficiente. Ya es hora de pedirle al mundo musulmán que deje atrás su pesada carga de tradiciones nocivas, amenazas de chantaje y violencia.
También es hora de hacer más.
Bajo la presidencia de Ronald Reagan, en 1984, Estados Unidos abandonó la UNESCO, porque la UNESCO, obviamente, estaba subordinada a la Unión Soviética, y estaba sirviendo intereses contrarios a los de la libertad y los valores occidentales.
Estados Unidos regresó a la UNESCO en 2003. En 2011, cuando la Autoridad Palestina fue admitida en la UNESCO, EE.UU. congeló su contribución financiera.
Estados Unidos necesita desesperadamente abandonar nuevamente la UNESCO. La UNESCO está, obviamente, subordinada a la «corrección islámica», y sirve intereses contrarios a los de la libertad y los valores occidentales. Hace ochenta años, el negacionismo y el antisemitismo condujeron al Holocausto. Es urgente decir «Basta».
El Dr. Guy Millière, profesor de la Universidad de París, es el autor de 27 libros sobre Francia y Europa.
[1] Dore Gold, Torre de Babble: Cómo las Naciones Unidas ha Alimentado el Caos Global, Crown Forum, 2005.
[2] Bat Ye’or, el Islam y la Dhimmitud: Donde Las Civilizaciones Colisionan, Fairleigh Dickinson University Press, 2001.
[3] Robert Spencer, El Islam Sin Velo: Preguntas Inquietantes sobre la Fe de Crecimiento Más Rápido del Mundo, Encounter Books, 2003.
[4] Yohanan Friedmann, Tolerancia y Coerción en el Islam: Relaciones Interreligiosas en la tradición musulmana, Cambridge University Press, 2006.
[5] Bat Ye’or, op. Cit
hace rato teniamos que abandobarla es peor o mas peligrosa que la onu