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| jueves noviembre 21, 2024

Los niños, víctimas de la guerra Hamás-Autoridad Palestina


La trágica muerte de tres hermanos en un incendio que destruyó su casa en la Franja de Gaza el pasado día 6 demuestra una vez más hasta dónde son capaces de llegar los líderes palestinos para explotar a sus niños por motivos políticos e intereses particulares.

Los tres hijos de la familia Abu Hindi –Mohamed, de 3 años; Naser, de 2, y Rahaf, de de dos meses– murieron en un incendio provocado por velas que se habían utilizado por los constantes cortes de luz en Gaza. La crisis eléctrica es resultado directo de la lucha de poder entre dos fuerzas rivales, Hamás y la Autoridad Palestina (AP).

En los últimos meses, la crisis se ha agudizado, dejando partes de la Franja sin electricidad la mayor parte del día. Hamás culpa a la AP de la crisis por no cubrir los costes del combustible necesario para poner en funcionamiento las centrales eléctricas del territorio. La AP ha respondido culpando a la “corrupción” y la “incompetencia” de Hamás.

La familia Abu Hindi reside en el campo de refugiados de Shati, donde viven el líder de Hamás, Ismaíl Haniyeh, y otros líderes del movimiento islamista. Pero, a diferencia de las autoridades de Hamás, la familia Abu Hindi no pudo permitirse comprar un generador eléctrico para tener electricidad durante los cortes de luz. En su lugar, esta familia golpeada por la tragedia, como la mayoría de las familias de la Franja, recurrió al método de iluminación más barato: las velas.

Esa fatídica noche, los tres niños se fueron a dormir con las velas encendidas. Horas después, los cuerpos carbonizados de los tres fueron sacados de la casa mientras ésta seguía ardiendo, envuelta por el humo.

En cualquier otro país se habría informado de este incidente como una tragedia cotidiana, de las que podrían ocurrir en ciudades como Nueva York, Londres o París. Aquí, sin embargo, la muerte de los tres niños no es una mera tragedia particular más. Esto fue, más bien, un caso de sacrificio infantil: los niños de los Abu Hindi fueron sacrificados en el altar de la guerra que libran desde hace décadas la AP y Hamás. Y esos niños no son, ni mucho menos, las primeras ni las últimas víctimas.

La AP y Hamás están explotando en igual medida la tragedia de la familia Abu Hindi en una mutuacampaña de desprestigio. No es que estos rivales hayan vivido en armonía hasta ahora. Pero este cruce de acusaciones a costa de los tres niños muertos ha llegado a niveles repulsivos.

Aún no habían sido enterrados los críos cuando los líderes de Hamás ya estaban acusando al presidente de la AP, Mahmud Abás, y a su primer ministro, Rami Hamdalá, de ser personalmente responsables de la crisis eléctrica en Gaza. El portavoz de Hamás, Sami Abu Zuhri, afirmó que ésta era parte del empeño de los líderes de la AP por mantener toda la Franja bloqueada. El objetivo último de la AP, explicaba, es ver a Hamás debilitada y desalojada del poder en Gaza.

Otros miembros de Hamás dijeron que la crisis era resultado directo de la insistencia de la AP en aplicar un impuesto al combustible que da suministro a las centrales eléctricas de la Franja, carga económica que Hamás no podría permitirse, por el coste ya de por sí elevado del combustible. Dijeron que el impuesto no estaba justificado porque la AP, mediante un acuerdo con Israel (a quien compra el combustible), consigue el reembolso del tributo. Además, añadieron, la AP se ha negado a solicitar a Israel que aumente el suministro de electricidad a la Franja.

Traducción: Hamás no asume ninguna responsabilidad por el hecho de que en Gaza dos millones de palestinos pasen casi doce horas al día sin electricidad. En su lugar, opinan que es responsabilidad exclusiva de Mahmud Abás y de su primer ministro, cuyo único interés es despojar a Hamás del poder.

Pero ¿a dónde fueron a parar los millones de dólares de las donaciones internacionales? ¿A financiar a los terroristas y a sus familias? ¿Cuánto cuestan los túneles que utiliza Hamás para lanzar ataques terroristas contra Israel? ¿No podría haberse invertido mejor ese dinero en evitar que los niños mueran a causa de incendios provocados por velas?

Los líderes de Hamás escenificaron bien la campaña acusatoria. En una jugada inaudita, mandó a varios miembros enmascarados de su brazo militar, las Brigadas de Izedín al Qasam, al funeral de los tres niños. También estaban presentes otros líderes de Hamás, como Ismaíl Haniyeh, que expresaron sus condolencias a la familia. Las cámaras lo recogieron todo, mostrando la simpatía de la familia por Hamás e insinuando que Abás y la Autoridad Palestina eran responsables de la tragedia.

La AP también está queriendo rentabilizar la tragedia librando una guerra de difamaciones contra Hamás. Yusuf al Mahmud, portavoz del Gobierno de la AP, rechazó las acusaciones de Hamás. “Los responsables de esta tragedia son los que siguen manteniendo secuestrada a la población de Gaza”, dijo, refiriéndose a los gobernantes de Hamás. “La tragedia de estos niños en Gaza es la tragedia de todos los palestinos. Hamás es responsable de la actual división [entre la Margen Occidental y la Franja]”. La facción gobernante de Abás, Fatah, ha llegado incluso a presentar el duelo del padre de los niños como propio.

La AP espera ahora que la tragedia de la familia Abu Hindi lleve a los palestinos de la Franja arevolverse contra Hamás. Hamás espera que la tragedia socave aún más la credibilidad de la AP entre los palestinos, al ser presentada como cómplice en el bloqueo de la Franja para evitar que reciba armas.

Estas acusaciones y contraacusaciones constituyen una prueba más de que la AP y Hamás están decididos a mantener su lucha hasta el último niño palestino.

Entre tanto, Abás está intentando convencer al mundo de que respalde su plan para establecer un Estado palestino soberano en la Margen Occidental y la Franja. Es difícil imaginar cómo será capaz de poner siquiera un pie en Gaza después de este funeral.

Lo que ocurrió en la casa de los Abu Hindi es una tragedia familiar inenarrable. Lo que le está pasando al pueblo palestino, siempre liderado por individuos a los que no les importa su bienestar, es una tragedia nacional.

© Versión original (inglés): Gatestone Institute
© Versión en español: Revista El Medio

 
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