Netanyahu amplía su Gobierno con el nombramiento de Lieberman como ministro de Defensa

El ulatraderechista Lieberman dando la mano al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. AMMAR AWAD REUTERS

• Este acuerdo ha abierto un enorme debate político y mediático en el país
• Durante el discurso, el nuevo ministro pide perdón por los ataques dialécticos que declamó en el pasado a Netanyahu

Israel asiste estos días a dos acontecimientos que parecían imposibles hace pocos meses: el campeonato de Liga del modesto Hapoel Beer Sheva tras 40 años en el desierto futbolístico y el nombramiento del polémico Avigdor Lieberman como ministro de Defensa en lugar de Moshé Yaalon. Éste dimitió la semana pasadaantes de ser destituido por el primer ministro y líder de su partido (Likud)Benjamín Netanyahu en su plan para ampliar el Gobierno. Si el primer hecho ha provocado el aplauso generalizado de todo el país, el segundo firmado este miércoles ha abierto un enorme debate político y mediático. No es para menos teniendo en cuenta la polémica carga con la que el ex titular de Exteriores y fundador-líder del partido ultranacionalista «Israel Beitenu» llega a la sede de Defensa en Tel Aviv: Más de una década de investigaciones de corrupción solventadas con un juicio que le declaró inocente, escasa experiencia militar y controvertidas declaraciones en el pasado.

«Aplicaremos una política responsable en beneficio de todos los ciudadanosempezando por su seguridad. Buscaremos llegar a un acuerdo con los países vecinos», ha afirmado Lieberman en el momento de la firma en el Parlamento (Knésset) en Jerusalén ante los temores y críticas que su nombramiento despierta dentro y fuera de Israel.

Respecto a su agrio enfrentamiento con Netanyahu tras las elecciones del año pasado que le llevó a no seguir como ministro de Exteriores, Lieberman señaló: «Desde hoy somos nuevos y viejos socios. Agradezco al primer ministro que hayamos podido superar todos los obstáculos y cargas del pasado. Lo más importante ahora mismo es la seguridad de los israelíes. Para este objetivo, hemos aparcado el resto». En su cara más conciliadora, pidió perdón por sus duros ataques dialécticos a Netanyahu que, entre otras perlas, incluyeron términos como «mentiroso, timador y premio Nobel de la charlatanería».

«Desde la formación del Gobierno hace más de un año, dije que mi objetivo era ampliarla para dar más estabilidad y poder afrontar mejor los grandes retos que Israel afronta. Israel está comprometido a hacer todo lo posible para llegar a un acuerdo de paz con nuestros vecinos», ha afirmado Netanyahu reiterando su oferta al partido laborista para sumarse a la coalición. «La puerta está cerrada. Netanyahu ya ha elegido a su compañero de viaje», responde el jefe de la oposición, isaac Herzog.

«Lieberman y yo nos conocemos desde hace mucho tiempo. A veces, debido al ardor de la discusión, se dicen cosas que no deben decirse por las dos partes», ha añadido el jefe de Gobierno que hace pocas semanas señaló que Lieberman no tiene experiencia militar alguna. «Nunca ha llevado soldados en el frente y no puede ser ni analista militar», le dijo entonces. Palabras que hoy se lleva el viento en una relación de amor y odio entre dos dirigentes que se conocen a la perfección desde mediados de los 90.

Lieberman asumirá la cartera más importante, estratégica y sensible de Israel como resultado de una trepidante semana de intrigas y sorpresas que supera cualquier serie de suspense político. Una semana que se inició con Netanyahu a punto de firmar un acuerdo de Gobierno de unidad con el centro izquierda (laborismo) y acaba pactando con un pequeño partido derechista y el dirigente de origen moldavo y explosivas declaraciones en Defensa.

Mientras el liderazgo palestino en Ramala declara que es una «muestra de la oposición del Gobierno israelí al proceso de paz y su radicalización», el grupo islamista Hamas reta a Lieberman teniendo en cuenta que una de sus banderas más conocidas es la exigencia para derribar el régimen islamista en la Franja de Gaza.

En Israel, la llegada de Lieberman y la marcha de Yaalón -ex jefe del ejército- al tiempo que atacaba duramente a Netanyahu y «la radicalización en el Likud» han provocado una tormenta política.

De momento, Lieberman ha renunciado a su exigencia electoral para promover la pena de muerte a los terroristas. De discurso radical en la oposición, muchos analistas locales están convencidos de que al frente de un ministerio tan importante e influyente moderará sus posiciones y recuerdan que siempre apoyó las estrechas relaciones con EEUU. Otra cosa es su animadversión hacia el presidente palestino, Abu Mazen, al que en más de una ocasión le ha llamado «terrorista». Los palestinos por su parte recuerdan que vive en un asentamiento en Cisjordania. «Lieberman es la cara auténtica del ejecutivo radical israelí», afirman desde la OLP.

Con el pacto con «Israel Beitenu», Netanyahu se asegura el apoyo de 66 de los 120 diputados de la Knésset en lugar de la mayoría ajustada (61) con la que gozaba. O mejor dicho, sufría.

http://www.elmundo.es/internacional/2016/05/25/5745716a46163f1d7a8b45c1.html