Ahogando a Nasrallah

[Nasrallah (Foto: AFP)]

Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld

Es el acontecimiento que se ha metido bajo la piel de los comerciantes libaneses: Mamdouh L. es un comerciante cuyos negocios incluyen una cadena de tiendas de artículos electrónicos. Gracias a su antigüedad y su reputación, pudo organizar el monopolio de la provisión de equipos y piezas de repuesto para decenas de canales de televisión que operan en Beirut. Es él quien compra el equipamiento, envía técnicos, es responsable de la operación adecuada de las emisiones, y gestiona el centro de formación. Al final del mes, llena sus cuentas bancarias con sumas impresionantes. Vive como un rey en una extensa villa, mantiene una flota de automóviles y un séquito de sirvientes, y sus hijos estudian en las universidades más caras de Estados Unidos.

Pero hace dos semanas, una tormenta económico-política aterrizó sobre Mamdouh. El Subsecretario del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, Daniel Glaser, responsable de inteligencia, fue a Beirut con una «lista negra» de altos funcionarios de Hezbollah e insistió en que el gobernador del Banco Central cerrara las cuentas de 100 comandantes del ala militar y el ala política de Hezbollah, de ministros y miembros del parlamento identificados con la organización.

Cuando se trata de organizaciones criminales que trabajan en las líneas de una mafia internacional, dijo Glaser, no diferenciamos entre combatientes y propagandistas. Para nosotros, el ala política da órdenes y el ala militar es el arquitecto de su ejecución.

Es interesante que Washington no se molestó en denominar a Hezbollah una organización terrorista. La decisión del Congreso definió a la organización como un imperio criminal, alimentada por un flujo regular, mensual, de dinero desde Teherán y receptora de ingresos secundarios en la cantidad de cientos de millones de dólares de contrabando de armas, tráfico de drogas y lavado de dinero en Europa, América del Sur y África.

Ahora Mamdouh L. está hasta el cuello en esto. Como chiíta, su corazón está con la creciente actividad de Dahiyeh en Beirut, pero su cabeza está con su fortuna. Ha firmado un contrato a largo plazo con los canales de Hezbollah Al-Manar y Al-Mayadeen. Las autoridades le han informado que su nombre se encuentra actualmente en período de prueba, fuera de la lista negra de los servicios de inteligencia. Pero si sigue trabajando con estudios de radio y televisión de Nasrallah, su negocio de electrónica irá a la quiebra, y él mismo estará en el punto de mira. Por otro lado, si trata de escabullirse, se meterá en problemas con la Guardia Revolucionaria y con el ala militar de Hezbollah. Una mañana podría encontrar una bomba debajo de su Mercedes.

La actividad económica de Hezbollah representa alrededor del 40 por ciento de la economía del Líbano. Con la administración de EE.UU. presionando por un lado, y Arabia Saudita parando su infusión anual de dinero en efectivo por el otro, su sistema financiero ha comenzado a funcionar debajo de la mesa. A los ministros de Hezbollah se les paga no oficialmente, y los miembros del parlamento están recibiendo sus salarios en efectivo. Al igual que un hombre que se ahoga y que amenaza con arrastrar a su salvador.

Pero Glaser no será el tonto de nadie. Antes de irse de Beirut, les dejó a los gerentes de los bancos y de la bolsa de valores instrucciones de informar cualquier actividad inusual: alguien que cierra repentinamente todas sus cuentas, alguien que abre nuevas cuentas a nombre de hombres de paja, y alguien que de pronto retira grandes cantidades.

Debido a los largos brazos de Hezbollah, Líbano no ha logrado elegir un presidente durante los últimos cinco años. Los turistas, una importante industria de ingresos, son disuadidos. Si añadimos el flujo de refugiados de Siria, que crea un fuerte aumento del desempleo, el Líbano está empezando a ahogarse. La semana pasada, el gobierno de Washington se aseguró de imponer sanciones, deliberadamente antes del comienzo del Ramadán. Esto impide la apertura de las “mesas misericordiosas» para los necesitados, detiene las donaciones de caridad, y neutraliza las bonificaciones para las familias de los combatientes en Siria.

Nasrallah ha advertido a los directores de la banca que no cedan ante el «crimen» estadounidense, y ya está estableciendo canales que eludirán las sanciones. Por el contrario, el ministro del Interior está revelando cuchicheos detrás de bastidores. Incluso Hezbollah ha preparado una «lista negra» de colaboradores. Ambos están al borde de la asfixia, dispuestos a jurar, detrás de bastidores, que Israel es el que montó la inteligencia estadounidense de la «lista de los 100».

http://www.ynetnews.com/articles/0,7340,L-4814752,00.html